Quo Vadis, Aida?

Quo Vadis Aida pudo haber sido también 'El pianista' o 'La lista de Schindler', pero es una película balcánica y no hollywoodense, mejor incluso que exitosa y ganadora del Oscar 'En tierra de Nadie', de Danis Tanović, en mi opinión. Todas las masacres son igualmente repudiables y en esta época parece mentira que continúen sucediendo. Triste. En esta película, protagonizada magistralmente por Jasna Đuričić, la dureza de algunas de sus imágenes muestra la realidad que, sin duda alguna, habrá sido muchísimo más atroz. Un único "pero" es que una banda sonora mejor preparada habría venido bastante bien a la película. Es lo único que echo en falta.

“Quo vadis” es una expresión latina que en su traducción al castellano sería algo así como ¿Dónde vas?, que según relatan los textos, fueron las últimas palabras que el apóstol Pedro dirigió a Jesucristo al encontrárselo en su camino a la crucifixión “Quo Vadis Domine”.
Título que por si solo no dice nada, pero que lo resume todo.

La directora de origen Bosnio, Jasmila Zbanic que firma así mismo el guion de esta producción centro europea, revela una precisa instantánea de un conflicto dentro de un conflicto, de una guerra dentro de una guerra, en definitiva, de un crimen de exterminio en la que como siempre los más débiles carecen de opción alguna. Se esboza el calvario de la desesperación, del que ya nada espera y que ya solo se conforma con mantener la supervivencia, aferrada al recuerdo de lo que un día fue, de los que un día lo amaron, a los que amó.

Cinta técnicamente sobria, por no decir mal resuelta en ese aspecto, que se compensa sobradamente con el hábil manejo del metrónomo que imprime un ritmo que va en crecimiento, revelando una dura y cruel historia de la sin razón de unos y la insolidaridad e inoperancia de otros tantos, evidenciando una vez más el fracaso de la condición humana.

Imprescindible obra para poder entender lo inteligible.

Esta zona de los balcanes esta ganado influencia debido a su incorporación a la U.E a cuanta gotas, y la oferta de turismo que ofrece en parte gracias a los niveles de seguridad y progreso que están alcanzando. Su historia ha de ser revelada, pese a quien le pese.

Lo más destacado de esta película es la información que nos ofrece a los que desconocemos el conflicto de la antigua Yugoslavia y el papel de cada uno de los actores en el conflicto. Principalmente; ONU, Serbia y el pueblo bosnio. Para mi gusto se queda corto al volcar todos los esfuerzos del director en dramatizar hasta la extenuación el papel de la protagonista que aún haciéndo una buena interpretación, se hace algo aburrida y predecible. No profundizando en la política que lo acaba desembocando en el conflicto.

Disfrutable de principio a fin. La actuación de la protagonista me parece inigualable, inalcanzable, imposible de mejorar.
Te transporta hasta allí mismo y te hace ser partícipe del pueblo bosnio y despreciar la inexplicable actuación serbia, con la contienda ya en su lado. Actuar de esa manera contra la población bosnia, por mucho que cada uno hubiera tenido familiares o amigos muertos por la otra parte, no tiene justificación.

¡Ahora vais a ver una buena película. ¡Eso, segundos antes de la matanza, hay que ser despiadados y cobardes. Ya de por si no les tenía ni una gota de simpatía a los serbios, pero si esto que nos han enseñado es verdad, que lo es, los desprecio profundamente y deseo que todos los que dieron las órdenes de ejecución hayan sido tremendamente infelices a lo largo de sus vidas. Un 10.

Aunque se trate de cine bélico y sea casi un thriller de manual, hay más drama que acción en esta maravillosa película.

Zbanic consigue crear una situación angustiosa en todos los minutos. Todas las escenas parecen seguir a la protagonista (Aida), buscando solucionar algo imposible. Su tarea nos provoca la empatía de quien quiere ayudar, pero también teme por los suyos. El bien de todos se opone al individual y es muy difícil decidir. Y cuando digo que Zbanic crea, en realidad debería decir recrea. Sin ser un relato escrupulosamente sacado de la realidad, es un relato completamente realista de una de las escenas más terribles vividas en nuestro continente en las últimas décadas.

De la búsqueda y la tensión, pasamos a la desesperación cuando se van sumando las amenazas y no sabes qué ocurrirá. Así funciona el miedo. Sin mostrar al monstruo, sin dejar claro nada. Lo desconocido asusta mucho más. Entonces Aida despliega todo su miedo manteniendo las formas burocráticas, sin ofender. Casi imposible ver eso en una persona, pero se entiende debido a la descripción del personaje. Si algo nos diferencia de ellos, es el respeto, además de creer que nadie es capaz de algo que uno mismo no haría. Y nos equivocamos, siempre.

La película, sin spoilers, termina con una recomposición de qué hay tras la barbarie. Pero el punto de inflexión ocurre en un interior, donde seguimos sin saber qué ocurre hasta el último momento. Una vez desvelado, zoom out, silencio y explicación: una barbarie nunca termina, sólo estamos en pie por la esperanza.