The Boxer

El tandem Jim Sheridan y Daniel Day Lewis que tantos éxitos ha cosechado con películas como "Mi pie izquierdo" o "En el nombre del padre", se volvió a reunir para contarnos una historia ambientada en Irlanda con la amplia sombra del IRA planeando sobre ella. Sin embargo, cualquiera que piensa que Sheridan/Day-Lewis iban a seguir explotando el filón de "En el nombre del padre" se equivocan totalmente. Daniel Day-Lewis encarna a Danny Flynn (personaje inspirado en la vida de Barry McGuigan) un boxeador que debido a sus convicciones cercanas al IRA ha estado encarcelado acusado de colaboracionista. Una vez sale de la cárcel intenta rehacer su vida por su cuenta, distanciándose tanto de los simpatizantes del IRA, como de los colaboracionistas ingleses.

El film muestra el desencanto del protagonista que ha visto como lo ha perdido prácticamente todo, y tiene que empezar de cero pero intentando mantener una difícil neutralidad que en el fondo no le acarreará más que problemas. Sheridan filma de forma descarnada, y dejando la sensación de un cierto hastío, la situación de una sociedad totalmente afectada por tantos años de lucha clandestina, y por ciertas imposiciones. De alguna forma, el film más que una crítica hacia el dominio inglés viene a mostrarnos una crítica hacia sectores activistas pro-IRA. Por otro lado destacar también la excelente planificación de la pelea de Danny, con una puesta en escena un tanto austera pero filmando un combate duro y efectivo.

Otra vez Sheridan, otra vez Day-Lewis, otra vez Irlanda y otra vez magnífica pelicula basada en el caso real sucedido al campeón de boxeo Barry McGuigan. Este fue encarcelado por su pertenecer al IRA a pesar de mantener siempre una posicion dialogante y pacifista. Película muy bien ambientada y trenzada que no cae nunca en la monotonía

Jim Sheridan ya había tratado el tema del IRA en su prodigiosa película "En el nombre del padre". En esta ocasión abarca el asunto desde el proceso de búsqueda de la paz, y como interiormente en el grupo terrorista algunos estaban a favor de la entrega de armas y otros no.
El director expone el tema desde los ojos de un boxeador que acaba de salir de la cárcel por ser miembro activo del IRA. Después de todos esos años en prisión su mente ha cambiado, y ahora lo único que desea es recuperar su pasado y alejarse de las bombas. Pero la mayor explosión no vendrá de un artefacto, sino de un antiguo amor que volverá a aparecer en su vida, y que tendrá prohibido tocar.
Es una historia que narra un hecho político crucial para Reino Unido e Irlanda, que se mezcla con esa historia de amor prohibido. Como el boxeado y la joven no pueden pasear ni siquiera juntos, debido a las represalias que pueden tener de miembros terroristas. Una simple mirada o tomar un café, puede acabar en asesinato ya que ella es la mujer de un preso, y él es un repudiado del IRA.
El director confía nuevamente en Daniel Day-Lewis, y no es de extrañar ya que su capacidad actoral no tiene límites. Junto a él una maravillosa Emily Watson y un brillante Brian Cox. Todos realizan un trabajo sorprendente, donde el valor de la contención es la base de su interpretación. Los personajes son estupendos debido a lo que callan y ocultan.
No obstante, debo decir que el film cuenta con momentos que flojea un poco. No llega a decepcionar en ninguna escena, pero sí que cuenta con algunas que no están a la altura. Es una pena la verdad, pero esas escenas que se quedan a medio camino hacen que al final la historia no brille tanto como debiera.
En fin, nos encontramos ante una película irlandesa que narra un hecho histórico muy importante, expuesto desde dos puntos bastante curiosos: el amor y el deporte. Es un film que se disfruta en casi todo, y que cuenta con un final que le deja pegado a uno en el asiento.

Jim Sheridan y Daniel Day-Lewis se vuelven a unir en un film para demostrar que conforman un dúo brillante y talentoso, y para regalarnos la conmovedora historia de un hombre bueno dispuesto a cambiar su pasado para poder tener un futuro.
Danny “Boy” Flynn (Day-Lewis) es un boxeador que tras pasar 14 años en prisión por colaborar con miembros del grupo terrorista IRA, es devuelto a la sociedad. Danny regresa a su antigua casa en su viejo barrio en Belfast sin ánimos de revancha ni deseos de venganza. Solo quiere recuperar su vida, abrir de nuevo el viejo gimnasio de box de la ciudad con la ayuda de su ex entrenador y sobretodo reconquistar el amor de Maggie (Watson), su ex novia de la adolescencia.
Sheridan logra mostrarnos una historia atrapante, comprometida y conmovedora en donde Day-Lewis brilla, una vez más, en el papel de un hombre tranquilo pero de gran fortaleza y templanza ante los golpes que el pasado parece empeñado a darle.

Revisé esta película el otro día. Tenía mis dudas de volver a verla. La vi en el cine en su día pero pasados más de 20 años apenas me acordaba de nada. Pensé que trataba sobre el conflicto de Irlanda del Norte. Pensé que abordaba el tema del terrorismo del IRA desde un punto de vista más profundo. Pensé que acercaba el espectador a los convulsos años que se vivieron en Belfast a finales de siglo XX, atentados y represión policial que golpearon a una sociedad enfrentada a muerte. Pensé que el director hacia un alegato a favor de la paz y el diálogo como único medio para superar conflictos.
Bien, todo lo que pensé es cierto pero la película va mucho más allá. Es también un alegato al valor, al coraje y a la dignidad del ser humano. Valores que se ven representados magistralmente en el personaje interpretado por Daniel Day-Lewis. Un hombre cuya talla moral le lleva a situarse al borde del precipicio, sabiéndose más muerto que vivo pero con la grandeza de quienes no se dejan amedrentar, levantan la cabeza, siguen andando y no permiten que nadie les diga como deben vivir y pensar.