Amante a domicilio

Mala. Pero no mala de: "bueno, no se pasa, pero se puede ver". No. Mala de hartarse. Mala de cojones, vamos. Un argumento que da auténtica pena, pero no pena en plan: "me das pena, capullo". No. Pena de ver niños de 5 años muriendo de hambre. No entiendo que a alguien le pueda gustar esta película, y me considero una persona bastante comprensiva con la opinión sobre cine de los demás, aunque no la comparta. Pero es que es muy mala, de verdad. Para empezar, el sonido es horrible, y parece que los focos los maneje un niño de 2 años, por no hablar de los planos, que son terribles. Pero bueno, con un buen guión, todo eso serían simplemente errores técnicos, pero tendría un pase. No es el caso. El argumento no hay por donde agarrarlo. Falla cuando intenta ser picantona, la fastidia cuando intenta ser graciosa, apesta cuado intenta ser original, y cae en el ridículo cuando intenta tocar la fibra romántica. Un actor de comedia bastante aceptable como Kutcher, y una actriz bastante correcta como Anne Heche, intentan aportar, sin éxito, algo de chispa a una história que debería ser condenada por un tribunal de cine. Retrata de manera inverosímil una história que bien llevada podría haber estado bien. Si algún día la echan por la tele, no la veáis. Y bueno, aparte, las escenas de sexo, bastante explícitas para el tipo de película que és, no han sido censuradas, como tampoco pasó con Mentiras y Gordas. Sinde... a ver si apuntamos mejor.

Esta crítica es de una bazofia, piénselo detenidamente antes de verla, y, en caso de shock, consulte a su psiquiatra.

Esta cinta causó 3.000 muertes en Estados Unidos, y lleva camino de superarlas en Europa (fuentes no contrastadas)

Mala. Muy mala. Malísima.

La he puesto para pasar un buen rato viendo a Ashton Kutcher, tampoco pensaba ver nada del otro mundo y, a pesar de que va empezando bien, la cosa se va torciendo hasta límites insospechados.
Mucha escena de sexo, pocos diálogos, unas interpretaciones que dejan muchísimo que desear, una dirección torpe y plana y unas situaciones que se repiten a lo largo de la peli una y otra vez.
No la recomiendo, la verdad. Es malilla.

Mi nota: 4.1

Me ha parecido una película un poco sin sustancia, un final que te deja bastante indiferente. Sólo esperas ver cuál es la siguiente tipa que se va a trincar el protagonista, para pasar el rato está bien pero no para mucho más. Cuando parecía que la cosa iba a tener un final feliz, la cosa se tuerce.

Una película vacía, no me ha aportado nada. Una película así para mí sólo merece un 5 raspado.

Poco después de los 90 minutos que dura, uno se pregunta qué clase de personaje es el que interpreta Kutcher: ¿es un crápula, que se dedica únicamente a vivir de sus ligues a cambio de ciertos favores? ¿es, quizás, un chico con un graaaan corazón que un buen día salió de su casa persiguiendo un sueño que no ha conseguido lograr?.

Ciertamente, nos importa muy muy poco, y no solo al final, sino también al principio. Y nos importa poco por lo inexpresivo de la película, porque no puede ser más lenta, porque el guión tampoco da para mucho más, y porque al rato, lo que parecía no saber muy bien hacia dónde iba, se convierte en un pastel que demuestra que aquí Kutcher por no tener, no tiene ni maldad.

Como no podía ser de otra manera, también existe "una Kutcher" al uso, que se enamora del chico, y con el que vive un extraña relación. Aquí tres no son multitud. De cualquier manera, como con todo en la vida, llega el momento en el que los protagonistas tienen que elegir qué hacer.

Con todo, su duración invita a verla, aunque solo sea para comprobar lo bien que está Anne Heche (tanto el personaje como sobre todo su físico), más atrevida que nunca.

La historia sigue los pasos de Nikky (Kutcher), un joven de provincias llegado a California con la única vocación de disfrutar de la vida, y sobretodo de las mujeres. Contado en off por su propio protagonista, durante la hora y media escasa que dura el film, asistimos en primera fila a las técnicas seductoras de Niccky, con una nueva víctima (Anne Heche) que le permite seguir llevando adelante su forma de vida, saltando de mujer en mujer sin tener otras preocupaciones. Sin embargo, su fijación por una camarera (Margarita Livieva), le llevará a encontrar la horma de su zapato y significarán cambios en su forma de ver las cosas.

No se le puede negar que intente realizar un retrato honesto, como lo demuestra el distanciamiento con que retrata la figura de Nikky, sobre el que evita realizar juicios morales, y al mismo tiempo que el espectador sea partidario de éste, resaltando el cinismo e hipocresía del personaje. Pero lo cierto es que el hecho que el propio Kutcher figure como productor ejecutivo no nos deja lugar a dudas que se trata de un vehículo para el lucimiento propio. Su figura es la única con relevancia en todo el film, dejando muy de lado al resto de secundarios que aparecen en el film (incluida Heche cuya función en el mismo es básicamente retozar con Kusher en todo tipo de posturas y lugares).

Por otro lado, es imposible no darse cuenta, que en definitiva, el mensaje del film viene a ser el mismo de siempre. No deja de ser el típico personaje negativo que sufre en sus carnes la misma medicina que él da a los demás. Pese a que el realizador evita ponerse en una posición demasiado moralizadora, el resultado final del film destila la misma visión convencional del cine al que aparentemente no quiere parecerse. No se puede evitar ver el film desde el punto de vista conservador que predomina en Hollywood, que no ve con buenos ojos el libertinaje sexual, por lo que lo que le sucede a Nikky habría que verlo como un castigo (divino?) por sus prácticas sexuales, y por consiguiente, la redención deberá realizarse por el “camino correcto”: un trabajo, una pareja estable, etc..

No cabe duda que Kutcher exhibe una buena presencia a lo largo del film, favorecido por ser la única estrella del film, y sin ningún otro personaje que le haga sombra. Pese a todo, a diferencia de lo que le sucede en el film, no basta con tener una cara bonita y un buen cuerpo (que no duda en exhibir a la mínima oportunidad), para aguantar el peso de un largometraje sobre sus espaldas. No se le puede negar una cierta inteligencia a la hora de presentar esta propuesta, pero es complicado que pueda engañar a muchos espectadores con una historia que acaba siendo previsible desde el primer momento.