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I Am a Hero

Terror. Acción. Comedia Hideo es un dibujante con una vida miserable. Un día, su novia lo echa de casa y, al cabo de unas horas, se abalanza sobre él convertida en un agresivo zombie. Será la primera señal de que el mundo a su alrededor se desmorona. (FILMAFFINITY)
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Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
16 de marzo de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los zombies están de moda. Sí. Como si de un virus se tratara, el género zombie ha conseguido "infectar" a una gran parte de la población hasta convertirlo en todo un fenómeno de masas; no obstante, este fenómeno no es nuevo. El célebre intelectual estadounidense Noam Chomsky, en una teleconferencia que dio para el Massachusetts Institute of Technology, reveló la razón de porqué están tan de moda los muertos vivientes, afirmando que se debe a un reflejo del miedo y de la desesperación del ser humano. Sea como fuere, esté en lo cierto (o no) el ensayista, cabe decir que desde hace unos años, los zombies han asaltado masivamente todos los formatos y géneros que tiene el entretenimiento, como las novelas, los cómics, los videojuegos, los mangas, las series de televisión, las películas y hasta las obras de teatro.

Precisamente de un manga japonés parte esta película que nos concierne, titulada "I am a Hero", que llega a las carteleras españolas impulsada por la imperecedera moda zombie actual, el gran éxito de la serie de Robert Kirkman "The Walking Dead", y el estreno este año 2017 de dos cintas zombiescas muy potentes (que también pasaron y fueron premiadas en Sitges), como son "Melanie: The girl with all the gifts" (Colm McCarthy, 2016) y sobretodo "Train to Busan" (Yeon Sang-ho, 2016). El manga, de título homónimo, fue creado en 2009 por Kengo Hanazawa, que también se encarga de escribir el guión (junto con Akiko Nogi), siendo todo un éxito en el país nipón. Sería algo así como meter en una batidora metafórica la serie de "The Walking Dead" junto con el videojuego "Dead Rising", pero en un tono mucho más gamberro, sangriento y políticamente incorrecto; de hecho, hay una brillante pullita en el filme que define perfectamente este razonamiento, la cual uno de los personajes, tras reventar literalmente la cabeza de un zombie con un bate metalizado, alude que si tal acción se desarrollara en una película estadounidense, con un disparo en la testera hubiese bastado. El concepto queda más claro que el agua. Cuanto más bestia, bizarro y sanguinolento, mejor que mejor. Así que, con todo, conforma una de las películas más cruentas de los últimos tiempos.

Shinsuke Sato, un verdadero experto en la materia, ha sido el encargado en llevar a la gran pantalla el delirante manga de Hanazawa. Sato ya demostró su maestría cuando en 2010 encabezó la adaptación cinematográfica de uno de los mangas y animes más transgresores de las últimas décadas, "Gantz", y convirtió ambas películas en grandes éxitos de taquilla. Un éxito que ha repetido con "I am a hero", y que fue presentada inicialmente en España en el Festival de Sitges 2015, suponiendo una auténtica revolución dentro del certamen, siendo galardonada con el Premio del Público y a los Mejores Efectos Especiales.

La premisa se centra en Hideo, un mediocre dibujante de manga que dedica la mayor parte del tiempo a soñar despierto. Un auténtico "loser" con una realidad en la que es el héroe que siempre está dibujando. Un día una epidemia empieza a extenderse por Japón, convirtiendo a los infectados en unos monstruos hambrientos de carne humana y forzando a Hideo a huir de Tokio a toda prisa. Movido por su cobardía y el instinto de supervivencia, por el camino irá encontrando a nuevos compañeros que le mostrarán el verdadero rostro del ser humano, y obligándole a decidir si de verdad quiere ser el héroe que siempre ha soñado.

Sería pertinente reseñar que "I am a Hero" es mucho más que una simple película de "zombies", ya que trata el tema del fracaso en la vida y sobre las segundas oportunidades; sobre si te empeñas lo suficiente, puedes conseguir todo aquello que te propongas. Con perseverancia, fe... y las condiciones adecuadas (claro está). Nuestro protagonista se encuentra abatido por su fracaso profesional, en el que nunca ha dejado de ser la eterna promesa; y a esto hay que añadirle los problemas en su relación sentimental, mostrados a la perfección en la demoledora escena en que la novia le cierra la puerta en los morros, diciéndole aquello de que "Eres tan normal"... la misma novia que intentará, unas horas después, arrancarle la mano a bocados tras caer bajo el influjo del virus zombie de turno. Por si esto fuera poco, Sato se atreve a dotar a sus retornados (o ZNQ, como aquí se llaman) de un mínimo de consciencia, como ya hiciera el maestro George A. Romero en sus clásicos: "Zombi" (Dawn of the Dead, 1978), "El día de los muertos" (George A. Romero's Day of the Dead, 1985) y "La tierra de los muertos vivientes" (George A. Romero's Land of the Dead, 2005). El eco de la vida pasada; o dicho de otro modo, esa repetición de algunas acciones de su vida anterior, en el que incluso algunos hablan para expresar la metáfora de aquello que "ya estábamos muertos", que sin lugar a dudas se convierte en un auténtico y voraz reflejo de la sociedad actual, aquella que se encuentra en un estado casi mortal y vegetativo, marcada enormemente por los roles, el consumismo atroz con las nuevas tecnologías (sobre todo si cabe en la palma de la mano), así como la competencia entre clases sociales. Toda esa esencia subyacente entre litros de sangre, vísceras y acción a raudales, elevan por encima de la media una película de estas características, haciéndola una propuesta sugerente y sumamente interesante; qué no es poco.
La Taverna del Mastí
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19 de abril de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez no sea la panacea del género zombie, pero ciertamente entretiene. Puestos a comparar, está muy por encima de muchas otras producciones de serie b o incluso de superproducciones que cuentan con destacados actores y actrices del panorama internacional.

El protagonista (copiopego) Yô Ôizumi, muestra una actuación muy competente que consolida un largometraje lleno de buenos efectos especiales y de originalísimos zombis.

La historia engancha desde el principio, a pesar de que en momentos concretos se estanque.

En definitiva, dos horas bien aprovechadas para aquéllos que nos gusta este género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javier
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11 de septiembre de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando te sientes mal el primer síntoma con el que te pueden reconocer a simple vista es tener mala cara. Si sometes el cuerpo a un exceso voluntario, en similares condiciones, la situación suele empeorar y termina degenerando en algo previsible, comúnmente definido como, te has puesto morado. Si el camino continua hacia un lugar sin retorno entonces irremediablemente abras de palmarla, y ya nadie albergará la duda al reconocer que el rostro se ha vuelto pálido. Es por tanto, que ahí la vida expira y el cuerpo se convierte en un inanimado ser muerto.
Pero en el cine a veces pasan cosas extraordinarias y te puedes encontrar a un individuo cuyas características anteriores confluyen todas al unísono. Aquel que debería yacer sin vida se pasea desordenadamente por el mundo adelante, con su rostro pálido como la muerte y una mala cara preocupante que permanece hasta el exceso completamente amoratada. Con ojos desorbitados que no auguran nada bueno, sin albergar el menor interés ni la menor gana de ponerse a razonar y con un comportamiento incívico que deriva claramente hacia el canibalismo. Un ser, en definitiva, empecinado a todas luces, en la fijación de dar muerte, sin la menor contemplación, a cualquier ser vivo, preferiblemente humano al que le pueda hincar el diente. En un mundo sin futuro, el que más hambre habría de pasar es aquel que se convierte en Zombie.

A un espectador no le constaría ningún trabajo deducir, sin la menor duda, que esa abominación famélica con aires de tarado es un Zombie. Algo en lo que no suele reparar con facilidad un personaje creado para una película de este género, que por motivos obvios de guion, desconoce las características que definen a este ser y el significado que la palabra Zombie tiene en el diccionario cinematográfico.


>>Sí… “I am a Hero” es, porque no lo esconde, una película de Zombies, el espectador pronto habrá de descubrirlo, pero no hay un solo personaje en esta historia que repara en esta peculiar circunstancia<<.


Al comienzo de “I am a Hero” un hombre que sujeta fuertemente un bate de beisbol con ambas manos golpe sin cesar una y otra vez a su jefe en la cabeza. Tres, siete, doce veces son los golpes que le asesta en el cráneo sin descansar un solo segundo. Persistiendo en su empeño continúa su labor y le asesta un golpe más y otro, y luego otro y otro y otro hasta acabar convencido, más por el puro agotamiento, qué aquello en lo que se convirtió su patrón (nosotros sabemos que es un Zombie) ya no se volverá a levantar más. Esta escena es observada por el protagonista de esta historia, que permanece inmóvil, horrorizado y atónito. Al terminar esta sangrienta escena el hombre del bate de beisbol se incorpora, agotado del esfuerzo, mira al protagonista que es su compañero de trabajo, los dos en ese instante comienzan a ser conscientes de que una pandemia enfermiza se está apoderando de las gentes de la ciudad, y le suelta la siguiente frase, (En referencia, a terminar con la vida de alguien que te inspira poca confianza, debido a la tonalidad que el rostro de su jefe había terminado por adquirir) y “estas” son palabras textuales:

“En Estados Unidos esto lo solucionan a tiros”


Una frase genial que arranca el inicio de una odisea muy bien elaborada, con un gusto por las formas muy japonés, capaz llevar la historia por múltiples escenarios con un rigor y un orden exquisitos, y que termina por aupar al protagonista, un joven sin suerte que sueña con la posibilidad de alcanzar el éxito dibujando comics, hasta la cima más alta. Difícilmente se puede uno imaginar un final tan apoteósico, digno de las mejores producciones, donde catapulta hasta el honroso patíbulo de los héroes a un tipo corriente y común que parecía abocado a fracasar en todos los aspectos de la vida. Esta entretenida película esconde una fantástica obra del género de Zombies. Una clara y directa visión del buen cine que se hace en Japón desde hace mucho mucho, mucho tiempo.
Siempreasimetrico
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23 de mayo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un marginal mangaka fracasado cuyas novelas gráficas no son publicadas y no obtiene ingresos es visto como un paria para la trabajadora sociedad nipona, y más por su pareja que, avergonzada de él, decide desahuciarlo al poco de que comience una epidemia viral que transforma a las personas en infectados sedientos de carne y sangre humana, llamados ZQN, que aún presentan vagos recuerdos de sus vidas pasadas. Hideo Suzuki, armado con su legal rifle, se embarca en una huida acompañado de una joven escolar. A partir de entonces, no solo los ZQN serán la amenaza.

Premiada en el festival de Sitges en 2015, I Am a Hero es una adaptación del manga homónimo ideado por Kengo Hanazawa y llevado a la gran pantalla por Shinsuke Sato, director bastante relevante por sus numerosas adaptaciones a imagen real de mangas del calibre de Death Note o Gantz.

Shinsuke Sato, aunque la idea primaria ronde gracias a la mente de Kengo Hanazawa, hace una representación sublime del antihéroe a una escala grandiosa desde el punto de vista de que este no reúne ninguna de las virtudes propias del héroe, viéndose a sí mismo como un desgraciado, pero no por ello menos incapaz de alcanzar tareas loables. Presentándonos una concepción de personaje así desde el punto de partida, el director se vale de su condición para criticar los valores en los que se aposenta la cultura japonesa contemporánea, en la que exclusivamente se premia una cantidad de trabajo desmesurada, una cultura que introduce en sus ciudadanos la idea de nacer para trabajar, creando así diferentes escalas sociales basadas en la ocupación y obviando el esfuerzo, sobretodo, en ámbitos artísticos, contraponiendo personajes como un empresario y un taxista compartiendo el mismo plano y, aunque a través de la exageración, mostrándolos a través de sus interacciones. A lo largo de la cinta, el director hace mucho ahínco en este aspecto, que se mantiene flotando en el argumento casi de principio a fin, dando a entender también la clásica idea de que, ante ciertas situaciones, la pirámide social se iguala hasta el mismo punto obviando los triunfos que se hayan obtenido anteriormente, cambiando, también, la concepción social rápidamente, haciendo alusión al tópico de la Edad Media de la muerte igualadora. Al ser una película de infectados, conlleva obviamente también los temas de interacciones humanas ante situaciones de supervivencia y moralidad.

El género del terror es el primario, teniendo los toques de gore necesario y comedia negra muy dosificada para que no rompa la ambientación que consigue, dirigiéndose a un público adulto, quizás con exclusividad hacia espectadores asiáticos según un vistazo inicial, pero claramente es un ejercicio placentero para cualquier tipo de persona. La acción también es un género que agita con excelentes coreografías y muchísimas escenas rodadas con las técnicas habituales del género, ofreciendo deliciosas escenas de vértigo muy bien compenetradas con el género principal.

Adaptar un manga a la gran pantalla no es tarea fácil por la complejidad que alberga ajustar el guión inicial a los requisitos cinematográficos, pero Akiko Nogi, guionista de la película, hace un trabajo exquisito muy respaldado por la dirección de Shinsuke Sato, donde desde un inicio rápidamente se elabora un esquema de personalidad de su protagonista correcto, y con cierta profundidad, que reproduce una evolución muy grata a través de una estructura tan bien capitulada, con una línea narrativa tan bien relatada, que todos los conceptos fluyen claros hasta el espectador sin que ello acapare insustancialmente mucho tiempo de metraje.

No existe pega alguna en las interpretaciones, todos ofreciendo un registro versátil que acompañan sus personalidades cambiantes, aún cuando la transformación en ZQN se hace efectiva, con caracterizaciones maravillosas, siendo el que más sobresale Yō Ōizumi como Hideo y haciendo mención honorífica de Hisashi Yoshizawa como Iura.

Los aspectos cinematográficos de los que se vale el actor son muy interesantes, comenzando con una panorámica con retro travelling para presentar de manera óptima a su protagonista en el espacio adecuado, con una voz en off por parte de los medios de comunicación informando sobre el detonante de toda la acción y residiendo en segundo plano, captando la atención del espectador inmediatamente. En el mismo planteamiento, se emplean dos planos secuencia en puntos distantes, pero próximos en la trama, usando el mismo escenario cambiando la iluminación y, a través de una ligera angulación que crea un contrapicado con un travelling de seguimiento usando un dolly sobre la figura del protagonista, se expresan sentimientos totalmente opuestos a pesar de usar las mismas técnicas, y enfrentando los potentes pensamientos japoneses del trabajo y la cotidianidad, haciendo un dibujo de la sociedad rápido pero efectivo que cala en el espectador.

La fotografía es preciosa, y muy versátil, que muestra una gran cantidad de escenarios como ciudades, bosques (con el espectacular monte Fuji) o un abandonado centro comercial, acompañada de una excelente iluminación usada en ocasiones de manera muy poética, sabiendo jugar muy bien con la iluminación artificial que ofrece la escenografía. El vestuario busca un realismo, pero también dar un rasgo de personalidad estereotipada a sus personajes, especialmente, al protagonista.

La elección musical de Nima Fakhrara es muy resultona aún teniendo muy poca cantidad de temas y, paradójicamente, los principales sin ser propios japoneses.

Aún alargándose demasiado algunas escenas de acción y dando un desenlace muy inapropiado, es una sublime película sobre infectados que se aleja de los productos serie B que suelen producir en cantidades industriales. Es una obligación su visionado para los amantes del género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tiggy
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16 de diciembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo único que me ha gustado son los efectos especiales, están bien hechos, los primeros 30 minutos de la película valen la pena, sobre todo por una escena en concreto que es bastante interesante y está muy lograda.

Lamentablemente la calidad en esta película son lunares, fuera de ese inicio lleno de efectos y acción, no hay nada más, un paseo por el aburrimiento intranscendente, desearás que termine cuanto antes.
Dregen
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