Peligro inminente

De vez en cuando, me entra la nostalgia y me apetece sentarme delante del televisor para disfrutar de una película de esa buena época de los 90, cuando actores como Harrison Ford estaban en lo mejor de sus carreras y hacían películas como churros. "Peligro inminente" es de esas pelis americanas patriotas pero que están francamente entretenidas. No he visto el anterior trabajo de Ford como agente de la CIA Jack Ryan, "Juego de patriotas". Seguramente sea mejor trabajo que éste, pero yo me lo he pasado pipa viéndola. La película cuenta con una más que correcta actuación del atractivo Harrison Ford, un actor que no ha tenido, quizás, más reconocimiento dentro del cine pero que cumple con estos papeles de hombre honesto que lucha por la verdad, como ya hiciera ne la más que loable "El fugitivo". Pero Ford no está sólo aquí, está rodeado de una serie de secundarios que no están nada mal. Entre ellos, debo nombrar a Henry Czerny, a Harris Yulin y a Donald Moffet, realmente cumplidores. Pero el que destaca entre ellos es el atractivo portugués Joaquim de Almeida, actor que se hizo un hueco importante en el cine americano en esa década y que, a pesar de ser luso, se especializaría en villano de origen hispano. En este caso, interpreta a un corrupto ex agente de la CIA cubano. Sin embargo, la discreta actriz Anne Archer está aquí totalmente desaprovechada habiendo sufrido grandes recortes en el guión su personaje como esposa de Ford. Creo que, sin duda, es lo más flojo de la película. Muy entretenida y recomendable.

Tras el típico primer plano de la bandera de las barras y estrellas, comienza esta nueva adaptación de Tom Clancy.
No se puede decir otra cosa que la película es buena en todos los aspectos, pero su falta de acción y escenas emocionantes termina dejándola por debajo de “Juego de patriotas”.
Como adaptación, traslada bastante bien la espesa novela, pero inevitablemente queda demasiado larga y pesada. Está claro que no es una película apta para ser vista demasiadas veces.
Casi todo transcurre en las oficinas de la Casa Blanca y la CIA, aunque tenemos la parte con Willem Dafoe, que da el contrapunto con la acción en el terreno en esta lucha contra los cárteles de la droga en Sudamérica.
Hay mucha política (demasiada), corrupción, conspiraciones e intrigas, pero muy poca emoción, quitando un par de escenas. Ryan no pone en peligro su vida tanto como en la otra película, quedando aquí solamente un par de secuencias en las que haya un poco de adrenalina.
Aunque cuando escribí la crítica de “Operación sombra”, sentencié que las de Harrison Ford estaban mejor, al haber vuelto a ver “Peligro inminente” no lo veo tan claro porque no la veo para tanto. Me resulta más aburrida que la de Chris Pine. De todas maneras no pienso cambiar mi otra crítica por esa pequeña incoherencia.
Mi nota por su guion y desarrollo sería un 5.5, pero la dejo en el 6 porque está bien hecha y por el buen trabajo de los actores.

El reconocido director Phillip Noyce dirige nuevamente a Harrison Ford para presentar una nueva aventura de su personaje Jack Ryan, tras el enorme éxito de "Juego de patriotas".
En este caso, se trata de una nueva historia de espionaje donde la Casa Blanca y su presidente se encuentran involucrados en una trama de corrupción y asesinatos con las mafias colombianas. Unas situaciones y hechos donde el gobierno americano tiene objetivos ocultos, donde la tarjeta de cambio es el disparo o la bomba; con la única finalidad de poder conseguir ciertos beneficios.
La película cuenta con una historia pura de espionaje en la que el director se sabe manejar bastante bien. El problema es que el film resulta un poco pesado en algunas escenas, y no consiguen captar la atención del espectador tanto como otras.
Y es que el film cuenta con momentos realmente brillantes en los que uno no puede ni parpadear ante lo que está viendo. El motivo, la escena de acción que ocurre que está dirigida con una gran precisión, haciendo que uno se sienta dentro de la misma.
No obstante, el principal problema de la película es que la historia resulta un poco enrevesada y densa para conseguir captar al espectador durante todo el metraje. Yo reconozco que soy una persona que me gusta este tipo de tramas, pero en esta ocasión he de reconocer que no me ha hecho disfrutar del todo; haciendo que me resultara un poco decepcionante.
Como decía ante, el director vuelve a contar con el famoso actor Harrison Ford para dar vida al personaje Jack Ryan. Él realiza un trabajo bueno y convence en su actuación; dando vida a ese hombre que se introduce para investigar un caso; pero en realidad se ve introducido en otra realidad.
También uno puede ver el trabajo del magnífico actor Willem Dafoe. Él es un actor que se mueve fantásticamente en los personajes de villano. Este no es el caso, y también demuestra el enorme talento que tiene dando a ese personaje militar.
En fin, "Peligro inminente" es un film de espionaje del que se espera mucho más de lo que luego es en realidad. A mí por lo menos no me ha convencido del todo, aunque hay que reconocer que Phillip Noyce realiza algunas escenas de gran precisión y brillantez. El problema, su historia que se balance entre momentos interesantes y otros que resultan un poco pesados.

Argumento:

Cuando el Almirante James Greer cae gravemente enfermo, Ryan es nombrado subdirector de la CIA. Su primera misión: investigar el asesinato de uno de los amigos personales del Presidente, un importante hombre de negocios vinculado al tráfico de drogas colombiano. Pero sin que Ryan lo sepa, la CIA ha enviado una fuerza paramilitar, dirigida por el temible Clark, contra el cártel colombiano. Atrapado entre dos fuegos, Ryan decide arriesgar su carrera y su vida por la única causa en la que aún cree: la verdad. (FILMAFFINITY)

Juicio:

Muy buen broche final para despedir a Harrison Ford como Jack Ryan y para cerrar de algún modo la historia que nos llevaban contando sobre su personaje desde "La caza del Octubre rojo", aún sin llegar a aquel toque semi maestro que McTiernan supo imprimirle. Este "Peligro inminente" es puro entretenimiento, con actuaciones memorables y momentos de gran calidad. Su ritmo es aún más vivo que el de "Juego de patriotas", la historia recupera más el tema del espionaje y las medias verdades y la acción está en perfecta balanza con la importancia que se le da a los personajes.

Tras su último revisionado le he subido la nota de 6 a 8. Si bien es cierto que la longitud de la cinta es algo excesiva y que su último tercio cae un tanto en el esterotipo, todo ello no impide que "Peligro inminente" sea tremendamente disfrutable como película de acción mezclada con tramas de politiqueo muy turbio y espionaje.

Me sorprende la concepción generalizada de que su precuela "Juego de patriotas" sea superior a ésta. "Juego de patriotas" prácticamente se centraba en la venganza personal de un miembro del IRA (Sean Bean) para acabar con Jack Ryan por haber matado éste al hermano del terrorista en defensa propia. Las escenas de acción eran increiblemente previsibles y el tufillo patriótico yanki tiraba de espaldas. Me quedo con "Peligro inminente" de todas todas, especialmente por contar con una trama mucho más trabajada y un grupo de secundarios más interesante (desde el militar interpretado por William Dafoe, pasando por los burócratas de la CIA jugando sucio y finalizando por unos narcos colombianos muy creibles). Además esta nueva entrega de las aventuras de Jack Ryan cuenta afortunadamente con menos momentos ñoño-familiares entre Harrison Ford, Anne Archer y sus dos repelentes hijos (especialmente Thora Birch). Esas secuencias de familia feliz provocaban subidones de azúcar letales. Por otra parte la película sigue en el tono ultrapatriótrico yanki de su precuela, pero esta vez la historia denuncia el juego sucio y las manipulaciones de las que hace gala su gobierno al más alto nivel con tal de llevar a cabo sus planes en cualquier punto del globo. La imagen del presidente de la nación y de sus consejeros no es precisamente positiva sino que incluso raya la estupidez en el caso del presidente.

Estupendo entretenimiento más allá de su ideología política.