Los niños salvajes

Si tuviera que valorar las interpretaciones de los chicos les daría a todos un 10. Son sublimes, construyen la historia a partir de una creatividad apabullante, donde lo único que falla es lo que se nos trata de contar que interesa entre poco y muy poco.

Es por todo ello que debo calificarla como PASABLE, porque la trama no se sostiene, se muestra dispersa, sin concreción, desdibujando unos personajes que curiosamente rezuman verdad. Una lástima.

A través del testimonio de Gabi (Albert Baró), Àlex (Àlex Monner) y Oki, (Marina Comas) la película de Patricia Ferreira (El Alquimista Impaciente, 2002) nos desglosa la difícil etapa que viven éstos tres adolescentes, entre otros muchos tantos que merodean del instituto al parque donde se citan, beben, pelean y pintan de “grafitti” las paredes. En apoyar el codo no destacan por su brillantez y las aulas se convierten en el polvorín donde se enfrentan a unos profesores que no les comprenden ni escuchan atentamente a sus problemas. Y lo mismo ocurre en el hogar familiar cuyos padres esperan en ellos empuje e iniciativa. Pero son rebeldes, viven a su aire con la simple intención de que les escuchen en voz y voto.

El film de Ferreira es un boceto realista de un conflicto generacional que, sin embargo, puede aplicarse en cualquier etapa. Rodada en excelentes exteriores, entre Badalona y Barcelona, los tres protagonistas forman un triángulo en una periferia urbana que es su mundo libre, a pesar de vivir aprisionados en su condición de jóvenes. Àlex (interpretado por el ahora ídolo de jovencitas Àlex Monner, gracias a su intervención en la serie “Pulseres Vermelles”, con inminente emisión en Antena 3) se le presenta la oportunidad de “grafitear” su arte gracias a una beca inconcebible; por otra parte Gabi también puede llevar sus artes de “kickboxing” a un campeonato y solamente Oki (Marina Comas, la niña de “Pa Negre”) desea ser libre de una vida otorgada gracias a unos padres acomodados (Clara Segura y Francesc Orella). El futuro que les espera a los tres, sin embargo, se ve subordinado por los adultos en algunos aspectos a favor y otros en contra, pero siempre a merced de un camino que ellos por si solos creen que deberían tomar sin el consentimiento de los mayores.

Lo Mejor: la carga testimonial de sus protagonistas
Lo Peor: le falta más contenido visceral

Va llegando un momento en el que la novedad, sea positiva o negativa, debe ser premiada. Patricia Ferreira, directora de la maravillosa y reivindicativa Para que no me olvides (2004), patina en una historia que no aporta absolutamente nada nuevo dentro de un panorama cinematográfico que pide a gritos su salvación. No nos rasguemos las vestiduras cuando cada año, en nuestra cita con el cine español somos testigos de títulos que hacen acto de presencia en un palmarés desolador. Muchos se escudan en la falta de financiación, de medios para llegar a buen puerto el mayor contratiempo que atraviesa nuestro cine patrio y que no es otro que la falta de ideas. Els nens salvatges no conforma el chaleco salvavidas ni pretende serlo, lo que es peor aún. Nos hemos asentado en una dirección correcta, una estructura narrativa que puede alcanzar el efecto y unas interpretaciones solventes, pero ¿y el guión?

La cinta nos adentra, a modo de reiterativos flashbacks y flashforwards, en las vidas aisladas de tres adolescentes. Álex, el malote del grupo pero de buen corazón y cuestionado talento. Grafitero y víctima de la crisis económica que atraviesan sus honrados padres. Gabi, de carácter influenciable, vive bajo el temor de defraudar a su progenitor, el cual ha convertido sus propios fracasos en una obsesión haciendo de su hijo una marioneta. Laura, la niña bien que comienza a aparcar las muñecas por el vicio. Harta de ser incomprendida, como cualquier adolescente al uso, se revela contra el mundo encontrando en sus dos compañeros de clase la mejor de las terapias. Hasta aquí nada nuevo pero si hemos de sumarle un padre maltratador, una madre enganchada a las pastillas para no ver la realidad, una profesora recién llegada que pretende cambiar el sistema, un profesor hueso cuya expresión sobreactuada no impide a sus hipervitaminados alumnos echárseles encima ya es de juzgado de guardia. Un cúmulo de lugares comunes que ensombrece los intentos de una directora por recuperar aquello que divagaba en su cabeza antes de aventurarse a rodar semejantes estereotipos.

Vivimos en un mundo aislado aún cuando disponemos de los medios para no estarlo. En infinitas ocasiones dichos recursos son un arma de doble filo. Oímos pero no escuchamos. Hablamos para nosotros y no para los demás y en ocasiones ni eso. El gran acierto de Els nens salvatges se centra en este sentido aunque le faltó un análisis más pormenorizado. El retrato que Ferreira realiza de esa lacra actual denominada incomunicación requería un mayor tratamiento psicológico de los adolescentes y no de sus familiares y profesores. Resulta soberanamente condescendiente con los jóvenes.

(Continúa en spoiler por falta de espacio)

Hay que agradecer a esta película la presentación de un problema, como el de la adolescencia, sin tomar partido. Se presentan las historias de tres chicos y su entornos familiar y escolar. No se buscan culpables ni inocentes, no hay maniqueísmo en los personajes a que que dan vida unos actores de primera. Muy bueno el montaje que mantiene el suspense hasta el final.

Nada mas ver el título de esta película debemos preguntarnos primero: ¿qué entendemos por "salvaje"?. Según la R.A.E. (Real Academia Española de la lengua), salvaje es:

1. No cultivado. Se aplica a las plantas silvestres.
2. Se dice del animal que no es doméstico, y generalmente de los animales feroces.
3. Se aplica al terreno montuoso, áspero e inculto.
4. Sumamente necio, terco, zafio o rudo.
5. Se decía de los pueblos primitivos y de los individuos pertenecientes a ellos.
6. Dicho de una actitud o de una situación: Que no está controlada o dominada.
7. Cruel (insufrible). Ejemplo: Le impusieron un castigo salvaje.

Por lo tanto, al ver los posibles significados que nos brinda la R.A.E vemos que estos niños:

1. No son plantas silvestres
2. No son animales salvajes, ni mucho menos fieras a las que haya que tener encerradas con la finalidad de exhibirlas en un circo o zoológico.
3. Nada que ver con un terreno áspero.
4. Mas que necios, tercos, zafios o rudos, estos niños son un poco mal educados y mimados.
5. No vienen de pueblos primitivos. Los niños en aquella época estaban mas preocupados por aprender a cazar y ayudar a su familia-tribu que pasarse todo el día de pelea o pintando con el spray.
6. Las situaciones que se dan en esta película no pueden calificarse de salvajes. En cambio, si hubiesen contado la historia de unos niños perdidos en la jungla, que son acogidos por una tribu de caníbales, para acabar convirtiéndose, con el tiempo en devoradores de carne humana, entonces si serían salvajes de verdad.
7. Coincido en que mas que cruel, esta película es insufrible. Heredera de series como Compañeros, Al Salir de Clase, SMS, etc.

Con lo que llegamos a la conclusión de que el que dio título a esta película no tenía ni pajolera idea de lo que era el significado de la palabra salvaje.

La cinta pretende concienciar mentes, presentándonos una historia cruda y emotiva, cuando en realidad no llega a ser mas que un retrato tosco y superficial de tres adolescentes de familia acomodada, enfadados con todo lo que les rodea, pero sin contar nada realmente. Y es que por lo que se ve en esta historia, si el chaval de turno no recibe la paga semanal de sus papás, entonces es cuando vemos como el niño se vuelve salvaje...