Animal de compañía

Competente film co-producido entre España y USA, con esforzado y muy curioso guión de Jeremy Slater, que saca chispa y lleva a situaciones sorprendentes gracias a su originalidad o al menos en su pretensión, conseguida, de ir más allá de lo trivial y llevar al espectador y la historia a terrenos resbaladizos donde nada es lo que parece.
Así, se logra mantener la tensión y la intriga, apenas con dos personajes, aunque haya más, pero los dos intérpretes principales llevan el peso de la trama, haciéndolo francamente bien, con mención a Dominic Monaghan, que con este personaje "se moja" y arriega en verdad, saliendo victorioso de la empresa.
Excelente fotografía de Timothy A. Burton, muy eficaz realización de Carles Torrens, y un acabado técnico impecable, amén de ser en todo momento, pese a evidentes irregularidades, interesante y amena.
Lo cierto es que gusta, mereciendo la pena.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es

Animal de compañía (Pet) es un áspero thriller psicológico que muestra una morbosa visión del amor como pocas veces se ha visto en el género. Claramente influenciada por la genial «El coleccionista» (The collector, William Wyler, USA, 1965), su director Carles Torrens hace un sólido trabajo fílmico en su segundo largometraje y nos muestra un enrevesado y peliagudo final que no dejará indiferente al espectador. Ya en «Emergo» prometía un próspero futuro en el mundo del terror y parece que con Animal de compañía (Pet) se ha consolidado como tal. Por ello, seguiremos de cerca su trabajo de aquí en adelante.
La puesta en escena es firme y segura y se apoya en la seria fotografía de Timothy A. Barton y en la música de Zacarías Martínez de la Riva. Esto se percibe, por ejemplo, durante la presentación de los personales, cuya soledad viene acompañada del uso de abatidos planos de la enorme y animada ciudad de Los Ángeles. El resultado global de la cinta, en definitiva, es un tenaz trabajo, con un buen ritmo y que mantiene la tensión en todo momento.
En Pet, sin embargo, la parte formal pasa a un segundo plano y su guión se interpone como la principal fortaleza del filme. Jeremy Slater firma, así, su segundo largometraje de terror después de «El efecto Lázaro» (The Lazarus effect, David Gelb, USA, 2015) y escribir varios guiones de la serie «El exorcista» (The exorcist, USA, 2016). No cabe duda que en Animal de compañía queda patente la manifiesta madurez del guionista.
En este sentido, la descripción formal de Seth y Holly – ambos personajes solitarios aunque antagónicos – da paso al predecible rapto y cautiverio de la hermosa rubia por parte del obsesionado perturbado cuidador de perros. Sin embargo, un irascible giro trueca violentamente lo que allí sucede, donde se desconoce quién es el raptor y quién es el raptado. La nueva situación precipita, como no podía ser menos, en un grotesco y crudo desenlace que, lamentablemente, peca de insuficiente originalidad.
Los protagonistas realizan un más que serio trabajo. Ya conocíamos a Dominic Monaghan en otros papeles como en la trilogía de «El señor de los anillos» (The Lord of the Rings, Peter Jackson, USA, 2001) o «Perdidos» (Lost, USA, 2004). Empero, destaca especialmente la actuación Ksenia Solo que muestra una rotunda habilidad en su papel de víctima. Si sigue la senda del terror, se convertirá en una nueva musa del género.
En definitiva, Animal de compañía (Pet) aprueba con un suficiente alto para el otroladodelterror.

Creo que sería justo decir que el Amor, con mayúsculas, ya no es como lo conocíamos.
Una cultura popular nos ha llenado la cabeza de tonterías eternas y sacrificios grandiosos por el ser amado, y mientras escuchamos ya estamos pasando lista a los posibles candidatos de Tinder.
Más bien habría que decir que nuestro concepto del Amor no se ha empobrecido, sino que ha mutado: lo vemos como una meta a la que aspirar, siempre que podamos escaquearnos de sus chungas debilidades. La seducción ya no es descubrirse al amado o amada, sino adelantarse a él o ella para llevarse la mejor jugada.

No es que 'Pet' aspire a provocar esas reflexiones, pero si que bajo su apariencia de simple juego mental intenta definir esa concepción actual del Amor, y los posibles límites que encierra.
Holly vive sus relaciones amorosas sin preocuparse de las decepciones que deja a su paso: para ella, el romance es moneda de cambio sexual, nada más después. Y es entonces cuando Seth la encuentra, sutilmente horrorizado de su falta de escrúpulos, eternamente subyugado por su embriagadora presencia.
Ponerla en una jaula y privarla de comodidades no parece tanto una satisfacción de controlarla, sino una manera de dejarla en un sitio, para saber dónde está, para volver y que ella no se haya esfumado en otros placeres de su frívola existencia. El diálogo es inevitable ante un secuestrador nada interesado en violarte, pero lo curioso no es la situación, sino la dinámica.

Holly sigue teniendo poder en ese agujero.
Sigue pudiendo confundir a Seth, por mucho que esté rodeada de barrotes. Porque amar de verdad es conocer cada sucio secretito del amado, y ambos se saben sus respectivos, entrando en una revelación de debilidad donde por fuerza se tienen que adelantar el uno al otro (¿ilusión de seducción?).
Bajo la capa mundana de Holly se esconde un alma retorcida, de la que Seth se ha enamorado de verdad. La otra, la rubia superficial, no le interesa, es basura de la que se tiene que librar.
Y el problema pasa a ser que Holly depende demasiado de esa capa, como un abrigo de imprescindible necesidad en sus frías interacciones sociales. Pero la otra Holly, la peligrosa y cruel Holly, asoma de vez en cuando, pidiendo más, pidiendo salir.
¿Nadie diría que ayudar a una persona a ser la mejor versión de si misma no es amor, verdad?

El resto de personas se antojan hostiles y preocupadas por idioteces. Solo es en ese reducido cubículo donde Seth encuentra a una igual, y Holly está empezando a encontrarlo, rodeados de vísceras y secretos enterrados.
Hay aprecio en esta relación, hay cariño, y aunque sea la clase de cariño que muerde y consume, es algo que muy pocas veces nadie comparte.

Seth salva a Holly con su sacrificio desinteresado.
Y aunque pueda verse algo repulsivo y retorcido, no cabe duda de que existe un amor diferente entre ellos, esperando aun a ser nombrado.
No habría que despreciarlo.

Película dirigida por un español y protagonizada por el para siempre Charle de la serie Lost, aká Dominic Monaghan, quien hace de un "stalker" que se acaba obsesionando demasiado con una antigua compañera de instituto con la que se reencuentra en un bus. La peli nos habla de las obsesiones, las dificultades de las personas para relacionarse, las apariencias, los miedos, la locura... todo en una obra de suspense oscura, y con giros muy locos, alguno incluso cogido por pinzas, pero la suspensión de la incredulidad se mantiene debido al buen resolver del director. Una película interesante y entretenida, pero no para todos los públicos.

http://consumidorcultura.blogspot.com.es/

Sí, la terminé de ver. Pero no hizo nada en mi memoria. La premisa de la película es buena y podría haber sido mejor aprovechada a mi criterio, pero a la mitad del film ya está "todo el pescado vendido" y solamente queda esperar a ver cómo el director resuelve una partida de ajedrez de dos piezas, o sea aburrida. La violencia expuesta en pantalla está narrada de modo cautivante, pero a la larga es lo único que le queda para llegar a terminar de verla.