Todo por un sueño

Desde los puntos blancos de los píxeles de televisión, al rojo de la sangre por sed de poder. Una historia de ambición como jamás la has vivido. Fragmentada, intensa, "In crescendo", violenta, amarga, con tonos de humor negro... Las vivencias de una chica de clase alta dispuesta a hacer lo que sea para llegar a ser alguien conocido (reconocido) por la sociedad más frívola.

Ni que decir tiene que es el segundo mejor Van Sant en años. El primero fue "Mi Idaho Privado". Hasta Cronenberg echa una "mano" sanguinaria. Es un puzzle como "Fraude" de Orson Welles, un ritmo a base de escenas llenas de fuerza y vitalidad que no tienen porqué ir conexas unas con las otras y siguiendo el ritmo lógico de la narración.

Van Sant se adentraba peligrosamente en el cine comercial. Ésta le fue bien pero después se convirtió en un rebelde domado hasta que le dio por hacer un cine desprovisto de contenido.

Joaquin Phoenix está genial y Kidman no ha vuelto a brillar a esta altura dramática.

El sorprendente Gus Van Sant, nos dió aqui un retrato despiadado sobre la ambición, la falta de etica y límites para lograr los objetivos. Aqui es la historia de Suzzane, una rubia enérgica y decidida a convertirse en periodista.
Como se sabe hará lo que sea para lograr sus objetivos, desde revolcarse con jefes de cadenas hasta tratar de eliminar a su marido, que según ella le impedía realizar su sueño.
Atravesada por un feroz humor negro que describe a los personajes extraordinariamente bien, exponiendo sus miserias y defectos, el film logra su cometido de mostrar las facetas de la ambición y sus consecuencias. Aunque en algunos momentos se pierda un poco el sentido.
Apoyado de un muy buen guión y de la monumental actuación de Nicole Kidman, sin duda en el primer papel en el que se luce como la genial actriz que es, la muy buena labor de Matt Dillon y el patético pero muy convincente papel de Joaquin Phoenix.
Despiadado retrato y muy buena propuesta de Van Sant.

Sin demasiada esperanza de encontrarme con una película buena o aceptable me dispuse a ver 'Todo por un sueño', de ese señor a ratos querido a ratos odiado llamado Gus Van Sant, en la cual contaba con la aún principiante, guapa y sin operar, Nicole Kidman.

Al comienzo marea un poco, no sabes a qué viene ese continuo cambio de tiempo en el desarrollo de la película, pero finalmente va tomando forma. La película está montada como si de un documental o reality se tratase, por un lado vemos a Kidman y a otros personajes soltando algunos testimonios en relación con la muerte del marido de Suzanne (Kidman) y escenas de lo que fue ocurriendo. A partir de ahí, con un buen montaje se nos va soltando prenda de lo que realmente pasó y lo que pudo ocurrir para que esa gran relación de pareja que comenzó prometedora acabara con la muerte del marido y con la acusación de su asesinato recayendo sobre su mujer.

Gus Van Sant se lo monta bien entregándonos una película muy bien hecha, que a pesar de que no llegue a ser una enorme película ni mucho menos, porque donde no hay, no hay, mantiene entretenido al espectador y nos entrega 103 minutos de suspense sobre la obsesión de una mujer con unos sueños y metas bien consolidados que no está dispuesta a que nadie le robe, la de ser una gran presentadora de la televisión. Y ahí es donde entra Nicole Kidman, que en 1995 empezaba a ver la luz, y quieras que no, en esta película creó un personaje enorme que le hizo ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz Comedia-Musical en 1995 (añado que si hay algo que no entiendo es que ésta película sea considerada del género de comedia) dando un empujón a su carrera, una genial actuación en la que se ve la evolución de su personaje, desde sus ambiciosos inicios hasta el no poder reprimirse las ganas de estar fabulosa ante una cámara que la está grabando. Cabe destacar también el personaje de Joaquin Phoenix, que parece en colocón permanente pero aún así empezaba a prometer, y que sorprende ver por ahí a un joven y violento Casey Affleck.

Con todo esto quiero decir que creo que debe darse una oportunidad a la genial dirección de Van Sant, la soberbia interpretación de Kidman, y el gran guión de Buck Henry (guionista de 'El Graduado' y '¿Qué me pasa doctor?' para quien no lo sepa), que forman de 'Todo por un sueño' una buena película de suspense con uno de los personajes femeninos más curiosos y obsesivos que he visto. Grande Kidman.

Gran trabajo de este extraño director que no deja de sorprendenos. Con "Todo por un sueño", Van Sant destroza la ya resquebrajada imagen de la sociedad norte-americana. Y lo hace creando un personaje ciertamente terrorífico, el cual es interpretado por una gran Nicole Kidman.Gran trabajo de ésta camaleona cuya incursión por caminos independientes la distancian de todo esa gama de actrices más preocupadas por el elegir el vestido para la gala de los oscars que por elegir buenos guiones. Mención especial para un extraño Joaquin Phoenix, de colgado total.
Imprenscindible. Muy pero que muy recomendada.

Gus Van Sant se ceba con el personaje de Suzanne Stone (Nicole Kidman) para dejarnos claro qué piensa de la ambición; a la que quienes la justifican suelen poner el añadido de desmedida, dando por hecho que existen "super-aspiraciones guays". Y no; según la R.A.E. el objetivo de quien la padece es "...Deseo ardiente de conseguir algo, especialmente poder, riquezas, dignidades o fama". Y todos sabemos qué sucede cuando alguien se marca esas metas y qué hace con los obstáculos que se encuentra en el camino, sean seres inanimados o animados.

La actriz australiana está sobresaliente encarnando a esa esposa aburrida que ha trasladado la cuestión erótica palpable, con su fiel Larry Maretto, a ese éxito que nadie se toma en serio pero al que ella sabe que está abocada desde su trampolín de chica del tiempo de la televisión local.

El ridículo no existe para quien no tiene sentido del mismo o está cegado por la luz de la gloria terrenal que, viene a decirnos el director con mucha sorna, no es imprescindible esté reservada a personas talentosas; basta con un poquito de suerte, un pellizco de tiempo, unos gramos de trabajo y migajas de glamour.

Un Joaquín Phoenix, de 20 años, hace notar su inquietante presencia de adolescente obseso en un reparto más que decoroso, aunque puesto al servicio del lucimiento de una Kidman apabullante.