El amor puede ser visto de muchas formas, en muchas personas y en actitudes tal vez; este no es el caso del protagonista a quien solo el amor es cuestion de cuerpos y figuras bellas y bien modeladas. Cuando por medio de un hechizo hipnótico, este hombre se enamore comenzara a ver las bellezas interiores de las mujeres, sin importar lo de afuera. Y si no que le digan a Rosemary, una muchacha encantadora y gentil, pero con algo de sobrepeso y de la cual se enamorara nuestro protagonista.
Este argumento original e innovador es el que se propone en este film de los hermanos Farrelly, a estas alturas, indiscutidos referentes de la comedia zafada y a la vez tierna y compadeciente. Los directores nuevamente nos insertan en la vida de aquellas personas que por motivos físicos, mas que todo, son dejadas de lado y vapuleadas en una sociedad cada vez mas estética y discriminatoria. La labor de los directores es asombrosa en cuestión de no maltratar, para hacer aparecer la parodia y la risa genuina.
Con un guión muy bueno que transita risa, algo de drama y un sentimentalismo y ternura, para nada barato, el film cumple con las expectativas de entretener y dejar pensando, superficialmente por supuesto, pero deja algo.
Tambien, y por último se destacan sus actores, un pletórico Jack Black haciendo lo que mejor le sale y una maravillosa y siempre digna de ver Gwyneth Paltrow.

Verdadera sorpresa en estos días es el nuevo film de Robert De Niro, quien retoma este hábito luego de muchísimos años; aquí nos introduce en lo que fue la creación de la central de inteligencia más grande, poderosa e implacable del mundo; utilizando a un agente fundador como punto de partida y desarrollo.
De Niro nos introduce en la vida de Edward Wilson un hombre que se debate, mucho, entre la profesión y la familia, aunque da muestras de que lo que realmente le importa y apasiona es el juego de espías.
Gran narrador, sólido y a la vez pretencioso, Robert nos lleva a lo largo del tiempo( 35 años más o menos), narrándonos las sucesivas misiones de este hombre gris y lúgubre, cuya vida depende de secretos, mentiras y silencios. En el medio de este seguimiento a Wilson, están la introduccón auna sociedad secreta, el paso por Yale, la Segunda Guerra Mundial y los hechos de Bahía de Cochinos.
La trama es compleja desde los primeros minutos y cuesta mucho seguir detenidamente, en especial en las deducciones de quien es el traidor, quien no, quien traiciona, como traiciona, que es verdad y que es mentira. Debe agradecerse la inteligencia y la precisión del guión de Eric Roth, que peca a veces de poca agilidad, pero que nunca, nunca, pierde su interés.
Los planteos sobre el ciudadano estadounidense correcto, los dilemas morales y éticos,el valor la confianza, los juicios históricos, los juicios a la CIA misma, son retratados de manera fascinante. Robert De Niro ha hecho un excelente trabajo, irreprochable en varios sentidos.
En rubros técnicos, por ejemplo, el film es extraordinario, fotografía, música y en especial la dirección de arte y vestuario son aspectos que deben nombrarse.
Y en lo que respecta al elenco, De Niro hace un pleno: Matt Damon en su mejor interpretación, contenida y matizada, llena de pequeños detalles, realmente me ha sorprendido muchísimo. Angelina Jolie tiene un papel muy escaso en desarrollo psicológico, pero Jolie esta estupenda y llena la pantalla cuando aparece. En lo que resta del reparto se destacan Michael Gambon, un gran John Turturro, Billy Crudup, otro excelente William Hurt y hasta el mismo De Niro.
Realmente recomendable, "El buen pastor" es una narración crítica y completa, muy clásica y llena de buenos momentos.

Este es el típico ejemplo de un film que arranca potentemente, con una muy buena secuencia inicial y un seguimiento de las conductas de los escasos personajes: construyendo una atmósfera opresiva y amenazante, ominosa y a la vez cruel. Cuando ya estamos encarrilados en la peli, y el misterio se resuelve muyyy rapido, el fin detiene a observar y a mostrar, pero a la vez a aburrir y caer a un film que prometía muchísimo.
La dirección también se pierde como la barcaza, las historias se mezclan sin razón, el guión comienza a fallar en varios tramos, aunque hay que reconocerle la astuta construcción psicológica de algunos personajes.
En fin, un film que se queda a mitad de camino por culpa de apuros innecesarios, escenas malogradas y el pecado de engrandecer a cosas que no tiene a veces el sentido correcto. Se destaca una banda sonora adecuada y unos actores bien predispuestos: Ewan McGregor es un muy bien actor, aquí se tomo (muy, mucho) en serio se rol, y sale airoso; Tilda Swinton es una gran actriz que le saca mucho brillo a sus escenas; Peter Mullan no desentona, a pesar de que su salida es por demás de arbitraria y la muy bonita Emily Motimer posee carácter y presencia escénica.
Rebuscado, a veces muy innecesariamente, pasa por uno, y como viene... se va.

Es imposible no comenzar esta crítica sin nombrar a Julia Roberts, básicamente porque ella es el film entero, ella es la que le da el valor para convertirlo en uno de los mejores del 2001 y en uno de lo más logrados melodramas de denuncia de los últimos tiempos.
El film es básicamente la cruzada de Erin, una madre divorciada, con un carácter y una presencia demoledora, que al entrar a trabajar en una firma de abogados empieza a investigar múltiples casos de contaminación acuífera en un pequeño pueblo y a atacar de lleno a una gran compañía con la ayuda de su jefe.
Ágil, fuerte, cómico, dramático, entretenido, solvente y cumplidor, el film es realmente un entretenimiento garantizado, a la vez es un film que nos posiciona ante el tema de los poderosos y lo que no lo son, mostrándonos los abusos que muchas veces e ejercen sobre nuestras narices.
Es muy solvente la dirección de un Steven Soderbergh que sabe como atrapar con sus pelis; con un guión sólido: no glorificando a los estadounidenses, con casi pocas arbitrariedades y estereotipos, enfocando el el hecho de contar y con un humor excelente y necesario. Destacando también unos rubros técnicos muy buenos.
Como ya dije Julia es la función, no sólo dando la mejor labor de su carrera, sino demostrándonos que tan buena es, los elogios son más que entendibles, su personajes contiene una fuerza, matices y una carnadura humana avasallante y admirable. A su lado esta el extraordinario Albert Finney iluminando cada escena en la que aparece y un correctísimo Aaron Eckhart como el soporte emocional de Erin.
En fin, recomendable, muy, muy buen film, para ver y dejarse llevar por una historia que llega a apasionar, al igual que la admirable composición de Julia Roberts

Una plaza, una pileta pública, casas perfectamente arregladas, calles seguras y poco transitadas, espacios cerrados... esos son los escenarios de este film que recrea, la vida en un suburbio, en el que conviven muchas personas, con muchas historias, que Todd Field se encarga de contar en su segundo film.
Lo que más le importa a Field es mostrarnos las conductas de estas personas que viven en esta suerte de barrio privado, sus miserias íntimas, sus obsesiones, sus insatisfacciones y satisfacciones incompletas, sus defectos y virtudes, sus comportamientos, etc.
La comparación de niños y adultos reside en demostrar que estos adultos actúan como si fueran niños, sus juegos tienen otro carácter y sus consecuencias no son muy medidas...
Lo más fuerte de esta peli novedosa es su guión que enhebra hábilmente las historias dándole caracter de importantes a todas y cerrando muy bien cada una de ellas; haciendo interesante y nunca aburriendo, a pesar de que el metraje se extienda un poco. Además se cuela una crítica liviana, pero eficaz, a este modo de vida que refuerza a todas estas historias que encuentran su merecido interés y que se siguen sin dificultades.
En rubros técnicos el film es correctísimo, teniendo una fotografía espléndida. Field sin duda es un riguroso director que aquí se supera a si mismo teniendo en manos un film ambicioso en su concepción, que muy difícilmente pueda irritar o disgustar.
El estupendo elenco contribuye a que el film se aprecie: Kate Winslet otra vez nos fascina con su composición por la sensibilidad y la imponente sugestión que le impone a su Sarah; Patrick Wilson está excelente y se ajusta muy bien a su rol; Jennifer Connelly esta muy, muy ajustada, pero le saca todo el jugo posible; Noah Emmerich se desborda un poco pero está muy bien también. A quien no se le puede sacar los ojos es a Jackie Earle Haley en una sensible, cuidada y magistral interpretación del pedófilo del vecindario, lejos lo mejor del reparto junto a la gran Kate.
Muy buen film, agradable y sólido, atrayente y penetrante, atributos que no son pocos en los films de estos días.