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El zurdo

Western William Bonney, alias "Billy el Niño", fue un famoso y escurridizo pistolero. No se había visto nunca en el lejano Oeste a alguien como el problemático adolescente que escribió su nombre con sangre en los anales de la historia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
26 de octubre de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues he aquí otro ejemplo de película hecha fundamentalmente por los actores, es decir: donde es el intérprete lo más valioso y quien da sentido a todo.

En este caso es Paul Newman, cómo no. A parte de guapísimo y bellísimo, y con una sonrisa que hace que te tiemblen las piernas, interpreta a este Billy el Niño con una profundidad que también, pero en otro sentido, te hace temblar. Curioso cómo se configura aquí el héroe del oeste, alejado de todo adorno noble y épico. Al contrario, este Billy es un auténtico sociópota inmaduro y cruel. Por momentos caprichoso y dominante; a veces tímido y asexuado, otras ardiente y lascivo. Y a ver quien es el hombre, la mujer, la criatura o la cosa que se le resiste.

A decir verdad, «El zurdo» es un western inusual. Lejos de llanuras y típicos pistoleros, parece casi un thriller, no sé por qué. Hay una inquietud en el ambiente, algo sobrecogedor que recorre la película, quizá en el personaje de Billy, o en la concepción de la historia, que se presenta funesta, «como a través de un cristal oscuro». Algunos monólogos, por ejemplo, de William Bonney con la mirada azul/gris al frente, como ido, como desde otro mundo, con esa mano izquierda del demonio levantada, son espeluznantes y tienen muchísima fuerza.

Así, esta originalidad en el estilo y la majestuosidad de las interpretaciones, desvían un tanto la atención de la trama propiamente dicha, que se reduce a una venganza poco explicada y a presentar los personajes de la leyenda, porque, claro, tienen que aparecer y de eso se trata. Lo malo es que, en fin, la historia de estos forajidos deja bastante que desear, y la gran mayoría de las veces sientes hacia los compañeros de Billy una imperiosa necesidad de llamarles estúpidos. Con todo, la película funciona bastante bien, concisa a su modo y bellamente teatral.

Me sorprende, eso sí, una nota tan baja para una película realmente interesante. A mi parecer, mejor que muchos llamados «clásicos» unánimemente reconocidos.
Kaori
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17 de abril de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este biopic de Arthur Penn sobre Billy el Niño es posible sea de los menos fantasiosos, de los muchos que se han filmado, sobre la leyenda de un pistolero analfabeto y de clase humilde que quedó huerfano con catorce años (tal vez 12) y que, se calcula, tendría entre 20 y 21 años el día de su muerte.

El director y Paul Newman consiguen desprender del glamour al personaje, humanizándolo y mostrando las carencias lógicas de un jovencito sin educación, sin principios y con el descaro suficiente como para sobrevivir unos pocos años en un mundo infecto. Su irreflexiva facilidad para disparar fue la que le hizo famoso y la que marcó su breve existencia que se inició en Nueva York en 1859.

Las hipótesis sobre su vida y muerte abundan más que las certezas y en esta ocasión el señor Arthur se abona a la teoría de que su último perseguidor fue un razonable, y hasta amigable, sheriff, también legendario, llamado Pat Garrett.
Como curiosidad, por lo que compete al título de este western, en los últimos tiempos se ha concluido que era diestro, ya que la única foto que de él se guarda, y que hacía pensar lo contrario, fue obtenida mediante un ferrotipo negativo, por lo que se trata de una imagen especular con la derecha y la izquierda invertidas.
Sinhué
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28 de noviembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la primera película de Arthur Penn. Trata sobre la vida de Billy the Kid, o Billy el niño, como vuescencia prefiera. Aunque se le tituló El zurdo, no sé muy bien por qué, debe de ser que el protagonista es zurdo, aunque nunca se resalta este hecho en la película.

El hombre-guapo-ojazos-bonitos que encarna a Billy el Niño es Paul Newman, que aquí hace de héroe peligroso, rencoroso, que camina por el lado salvaje de la vida. Es vengativo y al final recibe de su propia medicina.

Es interesante el juego metaliterario, donde el héroe es, al mismo tiempo que vive, ficcionalizado, como Don Quijote, cuando en la segunda parte del libro se encuentra con gente que ha leído sus aventuras en el primer tomo. Aquí es el escritor que escribe sobre sus andanzas el que finalmente le vende y le conduce a la muerte. La literatura siempre tan puta.

Un 7,22
kerkhoven
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30 de abril de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extrañísimo western. Tanto que más parece una tragedia shakespeareana, casi lorquiana, ubicada en Nuevo México. No en vano adapta una obra de Gore Vidal, uno de esos escritores embelesados con la musicalidad de su propia prosa y poco dados a empatizar con cualquier lector que no sea la Academia Sueca.
Las correrías del pistolero Billy el Niño y su banda son narradas aquí con un discurso arrítmico y bastante deshilvanado. La dejadez que Arthur Penn dedica a las correlaciones tanto lógicas como temporales podría interpretarse- quiero creer- como un remedo del errático funcionamiento de la atormentada mente del foragido. La introducción de ciertos elementos un tanto surrealistas y teatralizantes, y la interpretación, excesiva como siempre, que Paul Newman hace del personaje, incrementan el desconcierto del espectador ante una cinta que parece tener como propósito prioritario pasar a la Gran Historia del Cine por la vía rápida de la transgresión. Cuatro años antes la icónica "Johnny Guitar" lo había hecho. La gran, enorme, diferencia entre ambas radica en que aquélla gozaba de una sensibilidad y falta de pretensiones de las que adolece ésta. De "Johnny Guitar" dimana un subgénero nuevo, el mal llamado "western psicológico". "El zurdo" alumbraría, si acaso, el "western psicopático". Y es que el tumefacto ego interpretativo de Paul Newman se encuentra en esta película con la horma de su zapato, no otra que el ego autoral de Arthur Penn.
No obstante lo dicho hasta el momento, "El zurdo" atesora elementos de gran valor que hacen de ella una obra interesante. En concreto el lenguaje fílmico que emplea, ciertamente innovador. La excelente fotografía en blanco y negro corre a cargo de J. Peverell Marley, quien recurre con frecuencia al desenfocado y puntualmente a la cámara lenta con finalidad expresiva tan audaz como acertada.
Western, en fin, más propio de un museo de arte moderno que de una sala de cine. En cuanto a la bondad, o no, de dicha aseveración, ahí ya no me atrevo a entrar.
Carorpar
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9 de octubre de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre sin rumbo que se hace llamar William Bonney (Paul Newman) y que dice que proviene de Kansas pero que nunca ha estado allí, se presenta a un grupo de ganaderos encabezados por Tunstall (Colin Keith-Johnston) un inglés que desprecia las armas pero que ha encontrado en América un buen lugar para llevar sus negocios. William se ganará la confianza de su patrón así como algunos de los vaqueros como Tom (James Best) y Charlie (James Congdon) que se convertirán en amigos inseparables. Llevando el ganado a través de las nuevas tierras de Nuevo México, los ganaderos de la zona alertan al sheriff del oportunismo de Tunstall por entrometerse en sus tierras y con su consentimiento lo asesinan a sangre fría. Billy, que ha tomado a Tunstall como a un padre, jura venganza contra los habitantes de Lincoln escondiéndose en otro poblado, Madero, forjándose como leyenda ante los ojos atentos de Moultrie () un periodista que redacta sus vivencias y el juicioso Pat Garrett (John Dehner) que quiere estar al margen de las andanzas de Billy y sus hombres.

Western mitómano que Arthur Penn (El Milagro de Anna Sullivan; Georgia) se fijó en la figura de Billy el Niño, interpretado por un brillante Paul Newman al que le supo sacar provecho al personaje; un rebelde y fuera de la Ley en busca de Justicia por la codicia de unos otros. Así se forja un mito. Desde su infancia, marcada por la violencia, Billy no es un personaje temperamental ni pacífico cuando sabe que se encuentra en peligro. Penn detalló algunos momentos remarcables que hacen que esta película del Oeste sea algo especial (principalmente por la mirada irada de Newman o la despreocupada caracterización que hace John Dehner de Pat Garrett). Pero algunas secuencias merecen ser recordadas: la de Billy y los suyos disparando de noche a la Luna reflejada en un charco dejando levantado una columna de humo que disipa sus siluetas o la del tiroteo en Lincoln donde un hombre abatido en el suelo es objeto de las risas de una niña con la consecuente respuesta de la bofetada de su madre.

Arthur Penn rodó otros “westerns” como “Pequeño Gran Hombre” (Little Big Man, 1970), con Dustin Hoffman y “Missouri”(The Missouri Breaks, 1976) donde Marlon Brando y Jack Nicholson se enfrentaban a un lento y psicológico duelo a muerte.
Natxo Borràs
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