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La venganza de la pantera rosa

Comedia El inspector Jacques Clousseau, condecorado por sus servicios a Francia por el mismo presidente de la Nación, se enfrenta, por primera vez, con la mafia. El jefe de esta organización en Francia, Douvier, quiere acabar con el inspector definitivamente. Este asesinato puede servir también, para que el Padrino de la mafia en Estados Unidos deje de criticar la falta de acción de la organización en Francia. Guy Algo, el teniente de Douvier, ... [+]
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
5 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por última vez tenemos el privilegio de ver a nuestro detective francés favorito en una de sus clásicas y trepidantes aventuras.
Tras haber recuperado el diamante más famoso del Mundo y enfrentarse al malvado Dreyfus, se convierte en blanco de la despiadada mafia. ¡Pues que Dios se apiade de ellos!

En 1.976 se estrenaba "La Pantera Rosa ataca de Nuevo" bajo la triste mirada de un Blake Edwards que no pudo realizar su épica producción de más de tres horas por culpa de las decisiones de los imbéciles de United Artists, obligándole a recortarla en exceso (cuyas partes sobrantes se reutilizarían en "Tras la Pista de la Pantera Rosa"); pese a todo, y si bien no igualó el éxito de "El Regreso...", sí logró unas buenas cifras en taquilla. Así que ya no quedaba más que rascar sobre las peripecias del arrogante y patoso Jacques Clouseau; una modesta retirada con aquella 3.ª parte (no contemos "A Shot in the Dark") como broche de oro habría supuesto un final más que digno para la saga.
Pero ese no fue el caso, y para evitar que la nueva entrega, en preproducción al poco tiempo de estrenarse la anterior, se conviertese en un refrito de lo que sobró de ésta, el sr. Sellers insistió en rodar una película con una historia propia. Y pasó lo que no debió haber pasado, intentar lograr resultados diferentes probando los mismos métodos; un detalle importante era que el diamante ya estaba olvidado (¿no hubiera sido mejor entonces usar otro título y desligarse de una vez de la saga?), así que Edwards, con otros colaboradores, se las ingenió para situar a su protagonista en el centro de una intriga original y divertida.

Lo malo es que ni original ni tampoco muy lúcido se revela el argumento imaginado por Edwards, Ron Clark y Frank Waldman, dado por el arrebato de ego que sufre Philippe Douvier, importante hombre de negocios y jefe de la mafia en territorio francés, cuando su estatus pierde importancia para sus coetáneos en EE.UU.; pues no se le ocurre otra cosa a este individuo de percha impoluta, porte señorial y cara de político de derechas que un asesinato contra una célebre personalidad es lo más adecuado...y a nadie más se le ocurre que el pobre Clouseau, cuya existencia ya peligra bastante sin la intervención de la French Connection.
¿Por qué este planteamiento?, ¿por qué no una operación menos absurda para meter al inspector francés en el ajo?, ¿por qué no volver a robar la Pantera Rosa? No, señores. Edwards prefiere mirar a los "thrillers" de gángsters y grandes conspiraciones internacionales del momento y unirlo a su clásico estilo paródico, exhuberante, disparatado y colorido, a veces tomando de referencia el imaginario James Bond. Para rizar el rizo de las licencias, regresa el otrora jefe Dreyfus, obviándose lo sucedido en "La Pantera Rosa ataca de Nuevo" (quizás fue sólo un gran delirio durante su estancia en el manicomio...).

¿Encaja Clouseau en algún resquicio de este desaguisado? Sí, si puede cumplir su cometido de brindar al desinteresado espectador un agradable pasatiempo. Y es que ver en acción a Sellers bajo la batuta de Edwards es siempre un privelegio, porque pocos binomios actor-director ha habido tan buenos en el cine cómico como éste; las constantes zapatiestas en las que se ve involucrado el idiota detective o sus desastrosas peleas con Cato son de agradecer...a pesar de realizarse los mismos "gags" con una nota de humor claramente menos inspirada. De hecho el entrañable Burt Kwouk tendrá más participación en la trama esta vez, y aquellas secuencias en las que aparece le está robando inconscientemente el protagonismo a Sellers.
Él y el gran Robert Webber (en la piel del caricaturizado villano por los malabares del guión) son los únicos secundarios que merecen atención de un plantel bastante insulso; hasta Herbert Lom, cómico de enorme talento, pierde algo de chispa limitándose a repetir sin gracia los tics más reconocibles de su papel. Podremos reírnos con la explosión en la casa de disfraces (con un homenaje impagable a "Dr. Strangelove"), la aparición de "el abejorro de plata" o cuando Cato y Clouseau investigan en la parte trasera del pub, antes de tomar la historia un inesperado desvío a Hong Kong (gracias a James Bond y Bruce Lee se puso muy de moda filmar en Oriente en aquel entonces).

Sí, el incorregible director, respetando su acostumbrada manía de regalar a su público un tramo final con todas las concesiones al entretenimiento más delirante y artificioso (si bien hace lo posible por proponer un buen desenlace a las flojas intrigas que se habían desarrollado, y fracasa en el intento), se va a Hong Kong a rematar una historia donde el sinsentido ha tomado su lugar por encima de cualquier esmero narrativo; y viendo a qué niveles eleva el absurdo hay que decir que seguramente no estaban preparados para alguien como Edwards en la ciudad del Mong Kok y los dim-sum.
Secundarios como mucho correctos, a destacar Robert Loggia, Graham Stark y Paul Stewart; Dyan Cannon es preciosa, sí, un buen florero que mirar, pero como actriz deja muchísimo que desear. Al director, no obstante, le costaba trabajar más con Sellers, debido a la degeneración mental y física que estaba acabando con su angustiosa existencia, a la cual por otro lado no le quedaba ya mucho tiempo (incluso tuvo que pararse la producción tras haber sufrido un ataque cardíaco).

Este sería el triste final para una saga que podría haber acabado de mejor manera, y "triste" porque en la siguiente entrega ya no estaría Sellers, aunque virtualmente fue el protagonista.
Pero lo más triste, lo más tristemente imperdonable, es que Edwards tuviera la imperiosa necesidad de volver a revivir la saga, cada vez de peor manera, como un mero salvavidas para su situación monetaria...
Chris Jiménez
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21 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que Blake Edwards se divertía y no veía motivo de matar a la gallina de los huevos de oro tan rápida. Incluso, como atinadamente apuntan críticas previa, si había que pasarse la continuidad de Dreyfus por el arco del triunfo se hacía sin mayores complicaciones. No obstante, todo valía para disfrutar del talento de Peter Sellers en el el que acabó siendo su personaje más emblemático.

La adorable Pantera Rosa solamente está como dibujos en los maravillosos títulos de crédito del inicio y en nombre de esta entrega, ya que el maestro de la comedia lleva a Jacques a medirse contra la mafia, incluyendo un viaje a Hong-Kong con algunos momentos desternillantes, inspirados gags... y muy poco hilo conductor, la verdad.

Los indicionales de la saga la paladearán, aunque es absolutamente prescindible, más allá del protagonista de siempre y esa maravillosa réplica que le daba Herbert Lom, uno de los grandes fichajes de la franquicia.

La mafia va a por el inspector... no saben en el lío que se han metido.
El Libanés
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24 de abril de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta quinta entrega ya se nota claramente el bajón de calidad. Su guión no convence, a pesar de que tiene un planteamiento inicial que daba mucho juego: la mafia intenta asesinar a Clouseau y de manera fortuita acaba con otra persona, de forma que todos creen que es el inspector el fallecido y éste trata de investigar el caso. Son graciosas las escenas en las que se cruza con Dreyfus y este se asusta como si viera a un fantasma, pero el desarrollo se encuentra bastante deslucido y falto del gancho que había tenido la saga. Los continuos disfraces del protagonista y las referencias paródicas a El Padrino tampoco ayudan, pero afortunadamente Sellers cumple lo justo para mantener a esta película en el aprobado.

La escena final está muy por debajo de la correspondiente a anteriores secuelas. Me parece muy caóticamente organizada y dirigida. Hay que recordar que Blake Edwards, cuando pasaba malos momentos financieros, solía sacar su gallina de los huevos de oro que representaba esta saga. Y es una pena que en esta, la última con Sellers vivo, no se esforzase un poco más. Pero como ya he dicho cumple con lo mínimo imprescindible.
Rawlico
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27 de enero de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de una cuarta entrega moderadamente solvente, "La pantera rosa ataca de nuevo" (1976), Peter Sellers regresa de la mano de Blake Edwards con un quinto episodio más flojo, es decir, en la línea de lo que es habitual en esta saga. Se trata de la última película del inspector Clousseau como Peter Sellers aunque por ahí hay una continuación, "Tras la pista de la Pantera Rosa" (1982), realizada tras la muerte del popular actor británico, con imágenes descartadas, que no sé cómo va a quedar. Por cierto, que más adelante Edwards quiso seguir explotando la franquicia con nuevos protagonistas (Ted Wass o Roberto Benigni), incluso Steve Martin se ha apuntado con un par de secuelas más.

En cualquier caso la presente degenera en un trabajo menor con poca imaginación y menos gracia. La trama nunca engancha y los gags son aislados y muy poco divertidos. Sin duda lo más reseñable es la presencia de un misteriosamente recuperado inspector Dreyfus (Herbert Lom), después de su evaporación, que nos deja la mejor secuencia en un elogio fúnebre en el que la risa es interpretada como llanto. Lástima que se le de tan poco juego. Los nuevos fichajes son Robert Webber y Dyan Cannon, una chica con cierta presencia televisiva y en el cine de los años 70, pero que a la postre pasará a la historia, dentro de lo que cabe, por haber sido la mujer de Cary Grant. En fin, es una obra regular.
Reaccionario
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16 de junio de 2022
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A veces, cuando quieres estirar el chicle pasan estas cosas. Después de la decente "El regreso de la pantera Rosa" y la alocada "La pantera rosa ataca de nuevo", nos llega una quinta entrega que no consigue estar a la altura.

Por donde empiezo... La historia no hay por donde cogerla. Clouseau se enfrenta a la mafia, después de que estos simulen su muerte. Clouseau tendrá que descubrir la verdad y limpiar su nombre. La premisa ya de primeras, no me convence.

En esta película Cato (Burt Kwouk), tiene mucho más protagonismo, pero no me gusta nada el papel que desempeña. Volvemos a ver a Herbert Lom, y se agradece pero su participación no tiene ningún sentido, después
de como acabo la película anterior. También tenemos a Dyan Cannon, que es la presencia femenina de esta cinta, pero no aporta gran cosa.

Es una cinta muy pobre. Los disfraces del inspector, en esta ocasión llegan al absurdo extremo.
Me da pena ver a Sellers, al que se le nota ya hastiado del personaje.
Tenemos gags que intentan hacer gracia, pero no te sacan ni una risa. Lo Único que rescato del film, es la parte final, con la que me he llegado a reír. Pero el resto...Insustancial. Incluso la música brilla por su ausencia.

Conclusión: Mejor nos quedamos con las 4 primeras. Esta quinta, es para ver y olvidar. Una pena, ya que es la última en contar con la participación de Sellers. Un 3, no puedo aprobarla.
Javi94
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