Profundidad seis

La segunda en discordia de un año plagado de aliens que acosan submarinos merece en mi opinión una (pequeña revisión). De ella me gusta que logra mantener el interés aún cuando no ha hecho aparición el monstruo en sí. También me parece un acierto mostrarlo lo justo y necesario...y me gusta la interpretación de un joven Miguel Ferrer, en un papel bastante desgradecido. ¿Qué falla? Crea situaciones de tensión, pero las reacciones de la mayoría de los personajes son absurdas...y la mayoría de muertes parecen bastante evitables y, por tanto, desaprovechadas. Aún así, entretiene, que no es poco.

Fue "Profundad seis" la que estrenó esa racha de cine submarino con monstruos vista en 1989, seguida por "Leviathan" y terminando con "Abyss" que, siendo la última, era sin duda la mejor con diferencia.

Sin embargo, esta película de Cunningham (el director de la primera "Viernes 13"), me parece mejor que la segunda. No mucho mejor, pero sí más compacta en su conjunto, ya que "Leviathan" echaba a perder lo que era una buena película con un último tramo bastante lamentable.

A la hora de echarle algo en cara a esta película podemos hablar de su lento desarrollo en sus primeros dos tercios, tirándose casi un hora sin generar demasiada tensión entre el espectador. Los primeros sucesos fatídicos no terminan de engancharte para, finalmente, ofrecer una buena espiral de emoción y muerte (con alguna escena gore bastante buena). Quizás la intención es que puedas empatizar bien con la tripulación, definir correctamente el perfil de cada personaje. Eso se consigue a medias y podría haberse destinado menos tiempo a ello y más a la acción, además de poder haber intentado ser menos previsible respecto al destino de los personajes.

Pese a ello, no creo que la película sea aburrida en absoluto. Quizás le falta un poco más de sustancia en determinados aspectos, pero al menos ofrece una parte final bastante entretenida y mejor llevada que su posterior competidora dentro del subgénero del terror acuático. La de James Cameron jugaba en otra liga, así que en ese caso las comparaciones son odiosas.

Cuando la saga de Viernes 13 empezó a renquear en taquilla, sus creadores optaron por producir este insulso film de terror submarino con la esperanza de pegar otro pelotazo, pero esta vez no fue así porque la película fue un fracaso de crítica y público.

El principal problema que le veo es que es muy aburrida. El monstruo tarda en salir en escena y cuando lo hace decepciona. Es bastante cutre, parece una boca con ojos y sus apariciones carecen de emoción. Tampoco hay tensión o suspense efectivo, de ahí que todo se vuelva rutinario. Las muertes se suceden sin sorpresas y todo termina de manera convencional.

Estamos ante una película que quizás fue buena durante los años ochenta o una película típica de videoclub, de aquella época en la que se alquilaban las películas.
Profundidad seis es una película de ciencia ficción que se desarrolla en las profundidades submarinas o mejor dicho, en unos estudios de cine y donde pasan allí toda la película pues de mar muy poco y de bichos raros, mucho menos, aquí no se ve nada de nada.
La película divaga durante una hora sobre diálogos tontos, cosas que se suponen, golpes y mucha más mierda que aburre y me obliga a avanzar la película y pensando que no es normal que me torturen de esta manera, que no quiero perder más tiempo.

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El rotundo éxito cosechado por Alien el octavo pasajero, trajo consigo innumerables pasajeros de todo tipo, dando lugar a productos de mayor o menor calidad, que seguían el mismo esquema argumental, una tripulación en peligro, al estar expuesta a una forma de vida desconocida.

Profundidad 6 es una producción de corte similar, en la que se observan excesivas similitudes con Alien, pero que posee una calidad técnica e interpretativa inferior a la ya mencionada pionera.

Un aspecto positivo es como el director juega con la ambigüedad y el suspense, dejando espacio para el miedo, la tensión y la acción.

Lo que da comienzo como una misión submarinista, se convierte en un infierno bajo las frías y oscuras aguas de las profundidades, donde deberán luchar por salvar sus vidas.

Tiene ese inconfundible toque de serie B, del que es consciente y que exprime al máximo, para lograr un producto aceptable, con el que poner en tensión al espectador y hacerle disfrutar del terror de las profundidades del mar.

Todos los personajes siguen los tópicos de este tipo de producciones, en las que se incluyen representantes multirraciales, para dar paso a una oleada de sangre de ingenuas victimas, que desconocen el peligro que corren.

Las interpretaciones de todo el reparto, resultan aceptables, pero ninguna de ellas destaca por encima de las demás.

Mención especial merece uno de los intérpretes que encarna a un personaje, que pierde la cordura, convirtiéndose en un riesgo adicional para toda la tripulación. Su interpretación resulta histriónica y desmesurada, cayendo en lo ridículo.

Los efectos especiales se basan en las tradicionales técnicas artesanales, empleando robots y maquetas que en algunos casos resultan convincentes, pero que en otros, el paso de los años han dejado en mal lugar.

El argumento no es para tirar cohetes y todo lo que sucede resulta previsible, pero logra ir aumentando progresivamente la sensación de que un gran peligro, se encuentra acechando a los protagonistas.

Sin ser una maravilla, su director emplea con astucia los elementos de que dispone, para hacer convincente la historia, logrando generar instantes de tensión y ligero suspense.

Juega con los riesgos que se pueden vivir en las profundidades del mar, con la oscuridad y retrasa la primera aparición de la criatura, logrando generar suspense, a base de sugerir, en lugar de mostrar todo.

Uno de los grandes problemas, radica en la falta de desarrollo de algunos personajes, no llega a profundizar en ellos lo suficiente, como para que llegue a importar lo que les pueda ocurrir, haciendo que todo resulte irrelevante.
Sin ser una maravilla y con el sello indiscutible de un producto de serie B, logra cumplir con sus pretensiones, la de ser un entretenimiento, donde el publico pueda disfrutar pasándolo mal, bajo las oscuras profundidades del mar.

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