Seda (Silk)

Suave y lenta.



Quizás no sea una obra maestra...

Quizás sea lenta y puede que aburrida en algunos momentos.



Pero es belleza. BELLEZA absoluta.
Girard plasma de forma espectacular los paisajes a lo largo y ancho del film.

Acabandolo todo en un final lo menos emotivo e incluso inesperado.

En resumen, no es una película de Oscar aunque está infravalorada.

Por lo general, cuesta hacer una buena película de un buen libro, pero si el libro es corto y con pocos dialógos la cosa se complica todavía más.
Cuando acabas de leer "seda" de Alessandro Baricco , suspiras , es una historia sobre el amor, llena de poesía , sensualidad y misterio. Cuando acaba la película, te quedas como estabas, comprendo la lentitud con la que se desarrolla la historia, y es necesaria, pero me sorprende el poco tiempo que le dedican a los 3 viajes del protagonista.
Michael Pitt está inexpresivo en todo momento y Keira Knightley no consigue transmitir lo que realmente siente su personaje en el libro; y los encuentros de los protagonistas tras los viajes no tienen la pasión que se siente entre ellos en la novela. Alfred Molina en su escaso papel está correcto como siempre.
Tiene una gran fotografia, que hace de ella una buena película de cine, si no se quedaría en un simple telefilm, y es lo que me hace que le ponga un 5-pasable, de nota.
Insisto en que no han sabido adaptar la novela al cine, y eso hace que la trama pierda toda su emoción y pasión, y que los personajes no nos transmitan nada.

Es lo que hace la voz en off del protagonista. Quizás aquí radique su principal deficiencia. Cuando se tiene que recurrir a ese extremo, o bien la novela es peliaguda de llevar al cine y no queda otro remedio o la falta de oficio de los guionistas o del director no encuentra otra forma. Aún así, está llena de cosas inexplicables en lo que cuenta. Los viajes parecen spots de publicidad, aunque los de vuelta los resume en una sola imagen, eso sí, siempre la misma. Yo en particular he echado de menos a los propios gusanos de seda, tan solo una breve aparición, a la propia seda, y a la persona que enseñó francés al señor feudal japonés, un feudo un poco cutre, no?, ya que puestos a deslumbrar..., por qué en Japón no?.
Los actores afectados, Keira, guapísima, como es ella, y el Pitt de hoy no tiene nada que ver con la frescura que desplegaba en "Soñadores". A destacar el oficio de Alfred Molina.

Es un dolor impreciso, que no se sabe dónde duele. Tal vez sea la pena por la vida que pasa, por todo lo que se pierde, por todo lo que se va, por la fugacidad de lo pleno, por los caminos que no se tomaron, por lo que nunca se tendrá, por tantas cosas sin ver, sin descubrir, una piel que no se tocará, una canción que no se escuchará, un amor que se quedará esperando.
"Seda" es como su título, suave, sutil, delicada, describirla la empobrece, hay que sentirla en el roce con la piel. Sensaciones que duran un momento y que se graban en la memoria de los sentidos.
La esencia más pura del amor es aquí etérea y silenciosa, no precisa palabras, ni promesas. Comprende y habla con gestos y miradas, llega hasta el fondo del corazón.
Y aguarda siempre. Toda la vida.
El amor es esperar con la paciencia del gusano de seda.
Es hogar, viaje y destino, es puerto y es mar, es descanso y es peligro, es paz y es tormenta, es marchar hacia el otro lado del mundo para perseguir su tacto esquivo y volver para que su abrazo cálido rodee como un nido y derrita el cansancio de la búsqueda de ese algo que ya no se sabe por qué se busca.
Las razones se olvidan.
Y al final, en el jardín de los recuerdos, sólo quedará la melancolía por las primaveras que se fueron.

Cuando uno de los actores más aburridos que recuerdo protagoniza una película al lado de una de las actrices más gélidas (sí, muy guapa y todo eso, pero más fría que un pingüino) y se pasa media película en interminables y silenciosos viajes por medio mundo hasta un recóndito pueblucho de Japón (un país y unos habitantes que no se caracterizan precisamente por ser las almas de las fiestas) el resultado no podía ser otro que un bostezo. Un laaaargo y perezooooso bostezo ante una película absoultamente sin alma, sin chispa y, desgraciadamente, sin más interés que ver un poco de las tetas de Keira Knightley.

"Seda" es, en términos cinematográficos, el equivalente aburrido a la música de Kenny G. Vale, no, estoy exagerando, tampoco es para tanto... sería más como la música genérica ambiental de los ascensores... una forma de que haya ruido en casa cuando estamos solos en casa dedicados a otras cosas. Después de casi dos eternas horas, el tedio es sustituido por la indignación cuando el desenlace revela que no había otra razón para todo lo que ha ocurrido en la película que intentrar sorprender y emocionar con un poético final.

Un desenlace poético, pero tan lento y coñazo como el resto de la película que no compensa el esfuerzo de aguantar dos horas para eso. En el lado positivo, la factura es impecable, con una fotografía preciosa pero al servicio de la más total y absolta carencia de entretenimiento: largos planos sin conversación de la estepa, del desierto, del océano... silenciosas mansiones victorianas donde nadie habla con nadie, preciosos jardines en los que nadie dice nada para no estropear el momento... bares de pueblo enormemente animados en los que sólo se oye alguna palabra de vez en cuando.

Ideal para conciliar el sueño una tarde de verano, seguramente sea una joya artística. Perfecto, no lo discuto, pero que la vea quien le guste... lo que es yo, a mí no vuelve a engañarme con ese cartel de relumbrón y esa estética de época.