¡Vente a Alemania, Pepe!

Pero vamos a ver, supongo que eso significa que la gente prefiere el pastelón pegajoso y falsísimo de UN FRANCO,14 PESETAS como película sobre el drama de la emigración que sufrió España en los 60. El verdadero estilo del cine nuestro, Sí, DEL NUESTRO, DEL E-S-P-A-Ñ-O-L no es hacer tristísimas y aburridas comeditas familiares con música de piano de fondo para las escenas sentimentales (que son el 90%). ¡Eso ni el cine francés! El estilo español es coger una situación dramática, triste incluso, y presentarla en clave de humor, con grandes actores que sepan vocalizar y hagan gracia digan lo que digan. Tomemos de ejemplo esta infravalorada cinta del así mismo infravalorado Pedro Lazaga (aunque hay cantidad de estupendos ejemplos: EL VERDUGO, BIENVENIDO MR. MARSHALL...).
Un hombre de campo que el pobre está pluriempleado para poder seguir adelante decide, llevado del consejo de un amigo, irse a Alemania para estar una temporada trabajando y ahorrando dineros para luego volverse a España. Ya de por sí, esto es bastante dramático; pero es que además se deja a la novia de sus amores atrás y esperándola: drama doble pues; y luego allí pues conoce a una serie de personajes con sus propias historias. Y de estos personajes, el que más peso tiene es sin duda el interpretado por Antonio Ferrandis, quien representa a la perfección esa gran tragedia que es el exilio, sentirse extranjero en todas partes.
Si un director joven de los de ahora toma todos esos ingredientes, te haría un dramón infumable más trágico que una peli sobre el Holocausto. Pero como hablamos del cine 'de antes', tenemos una comedia bien hecha, alegre, bien interpretada y con mucho más trasfondo del que aparenta.

Título emblemático del cine español de todos los tiempos. Ilustrativo de una filmografía que exceptuando honrosas excepciones tuvo en los años del franquismo un páramo intelectual y artístico que generó unos códigos y héroes propios que consiguieron que la sumisa sociedad española se identificase con unos personajes tipo que ahora resultan bochornosos y perdidos en el tiempo.
Vente... es una comedia dirigida por un director del régimen pero con oficio Pedro Lazaga, y el guión pertenece al franquista Vicente Escribá, sumado a que los interpretes son Landa y Sacristán el resultado es más que previsible. Lo que podía haber sido un documento sobre la emigración española a Alemania se convierte en un panfleto que combina Landismo (comedia burda, machismo y sentimentalismo fácil) con patrioterismo del de toda la vida: salchichón, jotas, maños, toros, etc.
Lo mejor de la película es la primera media hora, con la llegada de Landa a Alemania, en la que vemos lo que podría ser la vida de los españoles que fueron a buscarse la vida allí: trabajos de miseria, alojamiento precarios, extrañeza y soledad ante la ausencia de los seres queridos, ¿de que me suena todo esto?. Luego todo deriva en una opereta donde Landa está desatado, que acaba con un éxtasis final de españolismo impagable.
Desfigurados quedan personajes como el exiliado voluntario, interpretado por Antonio Ferrandis, que sin duda merecían un mayor respeto.

Volví a ver esta película con mi pareja hace un par de días, como homenaje póstumo al gran Alfredo Landa. La había visto de pequeño en casa, con menos de 10 años, y tenía un buen recuerdo de ella, muy simpático. No me ha defraudado en absoluto esta segunda visión.

Me pareció una película divertida, ágil, bien filmada, bien interpretada. Después de verla me vine a mi Biblia cinéfila y me sorprendí. ¿Un 5.0? ¿Por qué? Me esperaba un 6 o un 6.5. Después de leer las críticas me parece entender lo que sucede. Creo que lo peor del cine español actual también está presente en esta página: La creencia de que el arte, y el cine en particular, debe educar políticamente a la sociedad, pero sólo a favor de una ideología, de manera expresa, y superficialmente. Yo, sin embargo, creo que la militancia política no tiene nada que ver con la calidad artística. Es más, cuando aquélla es poco sutil, ésta suele ser baja.

No me parece conservadora ni machista, sólo hay que fijarse en la trayectoria completa de las parejas de Landa y de Sacristán, o en las bailarinas que viven en la pensión. También hay una crítica clarísima a la situación de sexualidad reprimida de aquella época en España.

He leído varias veces la palabra patrioterismo. No lo veo por ninguna parte. Lo único que he visto ha sido una mirada simpática y nostálgica al mundo rural aragonés y asturiano, y a su folklore. No sé cómo denominarán estos críticos a las simplificadas y un tanto tergiversadas referencias pseudohistóricas, míticas, medievales, segregadoras y territoralmente reivindicativas de nuestros periféricos nacionalismos identitarios, en sus diferentes aspectos culturales.

También he leído comparaciones con Berlanga y Azcona. No creo que el guión de esta película salga muy malparado de esa comparación, como aquí se ha expuesto. Es más, creo que está en su línea. Toma un argumento trágico y lo convierte en una comedia costumbrista, con buenas escenas, bien tratadas, con suficientes matices, y algunos momentos muy graciosos, al estilo de la españolada, del landismo, de la tragicomedia tan propia de nuestra cultura. No es un guión plano, tiene varios matices, y varias lecturas, que se pueden leer entre líneas. Todos los actores están soberbios, con mucho oficio. Alfredo Landa en su estilo desbocado, propio e inequívoco. El gran Alfredo Landa.

Tenía pensado ponerla un 6.5. No veo los decimales, así que redondeo al alza.

Pedro Lazaga retrata uno de los problemas más serios de los españoles de los años sesenta y setenta, problema que ha vuelto a resurgir en los últimos años a causa de la crisis, la emigración.

Alemania fue el país de moda por aquellos años, al igual que Francia, pero siempre hemos tenido a Alemania como ejemplo de trabajo y disciplina.

En una España de secano surgen nuestros protagonistas, que nunca podrían haber estado tan bien interpretados como el genial Alfredo Landa, siempre he pensado que Landa era un Paco Martínez Soria pero refinado, siempre supo interpretar con maestría al pueblerino español.

Lazaga consigue un gran retrato del momento pero aunque no es redondo, uno se puede hacer a la idea de cómo fue en realidad y lo que dejábamos atrás y lo que encontrábamos fuera.

El comienzo es muy bueno y real, la llegada en limusina del primer emigrante del pueblo, cochazo y demás, lujo por todos los lados pero más tarde se puede ver que los españoles solamente éramos la mano de obra barata del extranjero, trabajadores pero la clase baja.

Solamente vivíamos para trabajar, era lo que el español hacía de sol a sol, sin llegar a disfrutar ni a amoldarse del país, siempre con esa “morriña” que inventamos los españoles…
Trabajando en Alemania para poder construir una casa en España, esa era nuestra mentalidad, por desgracia, no hemos cambiado mucho y seguimos siendo así.

Aunque la película retrata los años setenta, la verdad que podría volver a verse, por desgracia, el español ha vuelto a emigrar.

Hay cosas muy buenas y otras un tanto corrientes del cine de comedia de aquellos años, sigue exagerando al retratar al pueblerino pero nada de lo que se cuenta es mentira.

Una tremenda crítica social pero a vez Lazaga nos comenta que lo que tenemos aquí no es tan malo, y si nos hace felices…no hemos de dejarlo, podemos ir a trabajar, hacer un dinero pero…volver sería bastante lógico.
Siempre es discutible pero la visión de Lazaga es siempre muy positiva cuando se habla de la vida rural de España.

Sin llegar a ser de sus mejores películas, es una de las más populares y más famosas.

Para cualquier joven que no haya conocido aquella época nada mejor que ver esta película .. lo que los cursis dirían costumbrismo los jóvenes y los de izquierdas dirían franquismo y los que modestamente diriamos elevar el séptimo arte casi al paraíso , al paroxismo intelectual.Claro siempre estará el progre que pondrá algún pero ,en fin en el pecado llevan la penitencia.Así que a disfrutarla y ha reflexionar en sus personajes ... Quizás lo de ligar tan fácilmente con las guiris sea exagerado pero es que los españoles decentes con pelo en pecho siempre hemos sembrado el terror entre los cornupetas allende los pirineos..nos prefieren a nosotros que se le va a hacer , y ese chorizo del pueblo en una helada noche alemana mmm ..