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Barreras

Drama En los años 50, un padre afroamericano lucha contra los prejuicios raciales mientras trata de sacar adelante a su familia en una serie de eventos fundamentales en su vida para él y para los suyos. Denzel Washington lleva al cine una obra de teatro que ya interpretó en Broadway. (FILMAFFINITY)
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Críticas 102
Críticas ordenadas por utilidad
23 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre lo he dicho y siempre lo diré.
Una película debe tener como principal objetivo ENTRETENER (emocionarte de la forma que sea) y luego ya lo adornas con lo que quieras o puedas.

En esta película Denzel empezó la casa por el tejado en donde un argumento simple se estira hasta el tedio.

Uno puede empezar la película y empatizar con los personajes e incluso emocionarse ante alguna escena o diálogo. Pero claro, si la cosa no avanza, todo es simple y lineal además de sumar momentos intrascendentes para alcanzar las casi 2 horas y media hace que termines desconectando.

Donde no hay discusión es en las actuaciones. Denzel y Viola tiene actuaciones estelares pero especialmente brillante es que lo consiguen en escenas juntos y por separado.

Siempre he dicho que las obras de teatro no se deben llevar al cine porque pierden su encanto. Desconozco la original, pero esta obra choca tanto diálogo (Denzel tiene escenas que no entiendo como respiraba) y tan lento. Mi nota sin duda es solo por las actuaciones y diálogos notables.
FOR8NER
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21 de agosto de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una certera muestra de como eran las dinámicas familiares en EEUU allá por la década el 50, donde el hombre, era quien proveía y decidía por el resto de sus integrantes. En este caso un hombre de color, con un duro pasado, antepone sus valores patriarcales y egoístas por encima de las voluntades individuales de su esposa e hijo.
Sin ser algo sobresaliente, me pareció una buena historia, algo lenta y muy conversada para mi gusto, pero bien contada y con muy buenas actuaciones. 6\10.
Darío Lapicki
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29 de octubre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joder con la peliculita, empieza siendo una aburrida ambientación de una familia de color negro de los años 50 en norteamericana. A punto de cambiar de canal porque no entendía de que iba la trama, ni le encontraba interés por ninguna parte. Pero cuando me he metido en la historia, me ha conmovido como pocas películas lo han hecho. Erase una vez en America y por otros motivos. En esta ocasión la relación con un padre autoritario con mucho carácter a quien sus hijos tienen que sobrevivir en vida de este y después.
Hace años leí que la distancia que separa un padre de un hijo era un muro tan alto que no se puede escalar, o algo así.

Denzel Washington hace un buen papel que va de menos a mas y su esposa en la ficción Viola Davis tiene un papel inolvidable de madre de familia. La película esta enfocada hacia el protagonista masculino, pero podría haberse contado desde la visión de la esposa. Muy realista, la vida es muy puta y pasan cosas con las que hay que tirar para adelante.

Abusa un poco del formato teatral que es de donde viene esta historia y son como actos muy diferenciados. Me ha parecido que hasta después de una hora no había música en la película. Y hasta la escena final es muy de teatro.
Esta bien, pero podrían haber metido mas actores y contar la misma historia como una película, aunque quizás la fuerza que tiene al contar una historia familiar nada extraordinaria, sea precisamente eso que se parece a una obra de teatro. El resultado es bueno, la película me ha gustado mucho y si la recomendaría.
pikuet
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22 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena obra de teatro, eso seguro, pero que en la pantalla llega a hacerse, por momentos pesada, nos narra la historia de un antiguo jugador de béisbol que, debido al segregacionismo de aquella época, no pudo convertirse en jugador profesional y terminó trabajando de basurero. Nos narra toda la frustración y resentimiento, todos los demonios interiores que acumula ese hombre y que tendrá consecuencias para su mujer, ( magnífica Viola Davis ), y para sus hijos. Vuelvo a reiterar, que la película, muy realista y llena de muy interesantes diálogos, a pesar de que narra un crudo drama, se le nota excesivamente su origen teatral y todo lo que debiera ser emocionante o muy dramático, no puedes evitar pensar, en algunos momentos, que te están soltando un rollo, un rollo muy serio y real, pero rollo. Te quedas con una sensación incómoda, porque quieres empatizar con ellos, pero no puedes.Se deja ver pero no creo que repita.
Izeta
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6 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Fences" es un interesante y sólido drama, dirigido y protagonizado por Denzel Washington. Adaptación cinematográfica de la obra teatral del mismo nombre, escrita por August Wilson en 1983. La historia ambientada en la década de los 50 en Pittsburg, gira en torno a una antigua promesa del béisbol americano llamada Troy Maxson (Denzel Washington) que, por circunstancias, ahora se ve obligado a trabajar recogiendo basura para sacar adelante a su familia. Troy es un hombre muy trabajador, rudo, rígido, y constantemente se enorgullece de cómo ha ganado todo en su vida luchando y trabajando duro. Su fiel esposa, Rose (Viola Davis), se ha entregado a él en cuerpo y alma durante más de 18 años de matrimonio, muy enamorada de su marido al que apoya siempre. Ambos tienen dos hijos, uno de una aventura anterior de él en su época de joven, Lyons (Russell Hornsby), un músico cuyo deseo es que su padre vaya a verlo tocar al club. El otro hijo, Cory (Jovan Adepo), es constantemente maltratado física y verbalmente por su padre. La mayor parte del film se desarrolla en el interior de la casa de Troy o en un patio trasero, salvo la escena de apertura que nos muestra a Troy y su mejor amigo Bono (Stephen Henderson) montados en un camión de basura. Esta reducida estructura es debido a que estamos ante una adaptación teatral de una exitosa obra, como ya he mencionado anteriormente.

Durante el transcurso de la narración nos enteramos que Troy, tuvo un padre abusivo que lo obligó a abandonar su casa siendo aun adolescente, estuvo en la cárcel y fue un prometedor jugador de béisbol. Descubrimos cierta frustración en Troy porque nunca tuvo la posibilidad de acceder a las Ligas Mayores de Béisbol, hito que rompío Jackie Robinson en 1947 como el primer jugador afroamericano en conseguirlo. Ese hecho histórico rompió barreras para los jugadores de color, que hasta ese momento tuvieron las puertas cerradas por el racismo imperante de la época. La película ofrece al público una visión de la vida de la clase trabajadora afroamericana durante la década de los 50, y cómo su existencia está marcada y moldeada por el racismo, justo antes de que llegara el movimiento por los derechos civiles. Hay muy pocos jugadores negros profesionales, y esa obsesión de Troy con el racismo que le ha perseguido toda su vida, es lo que le impide dar la autorización para que su hijo pequeño, Cory, continúe jugando al Béisbol, a pesar de que hay un ojeador que se ha fijado en él. Queda del todo claro, que utiliza sus propios fracasos como una excusa para frenar las ambiciones de sus hijos, nunca parece tener remordimientos por las decisiones que toma por muy poco consistentes que sean a veces, y siempre la culpa es de otra persona. Aun así, como espectador uno siente lástima por Troy. Un hombre terriblemente frustrado y afligido que ha construido su propia cárcel.

Sin embargo, resulta patente la calidad del libreto que sirve de base a su sólido guión, así como la implicación del director con los personajes y con el espíritu de la obra. Lleva a cabo una recreación honesta y cuidadosa de un texto sumamente importante, no sólo para él sino también para millones de sus compatriotas. Tratándose de una inagotable fuente de inspiración para cineastas de los más diversos estilos y de un vehículo para la filmación de un cine de denuncia, social y reivindicativo. En pleno siglo XXI, el problema de fondo, lejos de atenuarse, se recrudece cada cierto tiempo en las calles estadounidenses y continúa presentando un notable protagonismo en los proyectos que la industria se encarga de llevar a la gran pantalla. El largometraje conmueve y traslada a los espectadores una carga dramática muy elevada. Algunas de sus secuencias ponen los pelos de punta, dada la emotividad de la tragedia y la capacidad que despliegan los actores a la hora de transmitirla. Sin duda, el principal factor del éxito del film se asienta sobre la labor interpretativa de su reparto. Son ellos quienes se elevan por encima de la corrección formal para alcanzar un nivel superior de calidad artística.

Las actuaciones son sublimes, ya que es una cinta fundamentalmente con muchos diálogos y monólogos, y un escaparate ideal para el lucimiento personal de sus protagonistas con sus brillantes interpretaciones, destacando por encima de todos, la soberbia interpretación de Denzel Washington y de Viola Davis. Hay muchas escenas memorables a lo largo de la película entre ambos, pero, hay una en particular, por la que se me puso un nudo en la garganta, un momento desgarrador y cruel, cargado de una cruda emoción, y capturado por la cámara de forma intensa y muy real, donde Troy y Rose tienen una acalorada discusión en su patio trasero. A través de primerísimos planos y contraplanos consigue que no se escape ni un solo detalle de cada gesto de ambos, en su descomunal duelo interpretativo, de tal forma que es imposible mantenerse impasible e indiferente ante los sentimientos mostrados por Viola Davis tras recibir una terrible noticia. La vemos llorando mientras grita a Denzel Washington, con los ojos empañados en lágrimas, gotas recorriendo sus mejillas y la cara llena de mocos, una escena tan natural y auténtica que me hizo sentir como si estuviera ante una pareja en la vida real atrapada en la pantalla. La complicidad, sintonía y compenetración existente entre ambos actores raya la perfección.

En definitiva, una poderosa historia sobre la familia, el amor, la responsabilidad, y las expectativas de la sociedad, con portentosas interpretaciones. Brillante dirección y gran adaptación con una fotografía que acompaña y logra crear esa atmósfera teatral que el director pretendía. El mérito del film es poder encajar la humanidad real en la pantalla. Dentro del caos de la vida y su despropósito se crean personajes caóticos y sin propósito que tratan de lidiar con su vacío interno sin tener porque llegar a ningún sitio. Lo genial es que no lo explican al público, sino que se evidencia en los diálogos.
DavidFilme
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