Sor Citroën

Puede que sea otra película de cine de barrio, con algún chiste malo y tópicos de la época, pero seguramente este fue uno de los papeles que terminaría de encumbrar a Gracita Morales.

Gracita, con su naturalidad y desparpajo nos regala una actuación inmensa, de esas que te enganchan a la película por su particular forma de ser... Y es capaz de emocionar a cualquiera con su papel de monja tontaina de inmenso corazón. Una película totalmente inocente, con un humor blanco para todo tipo de públicos que hasta llegó a sufrir cortes por parte de la censura.

Un gran éxito es su época pero incomprensiblemente infravalorado actualmente y eso que cuenta con los mejores del cine de la época: Gracia, Rafaela o José Luis López Vázquez.

Está película para mi es una debilidad, no por lo que pueda o no representar (costumbrismo) si no por ser una película a reivindicar en el cine español que sigue esperando generaciones de actores de verdad, de esos que con una sola frase son capaces de comerse toda la pantalla.

Da gusto volver a cine de barrio (marginal) para rescatar clásicos de nuestro cine.

De Sor Citroen destacaría su gran banda sonora, esa cancioncilla típica de muchas producciones de la época, que mezclan estilo do-wa y en este caso, un toque tropical de bossa nova.

Y por supuesto nombrar a la única actriz española que podía emitir ultra-sonidos, Gracita Morales. Impagable como monja moderna que se lanza a la conducción cual Carlos Sainz con hábitos y a Rafaela "cara rottweiler" Aparicio, actriz que en esta película escapaba de sus dos registros: sirvienta buenaza o suegra porculera.

Otro aspecto a destacar es lo que le gustaba a los directores de la época meter pobres huerfanitos en sus cintas, sin duda era un elemento que convencía a mamas y abuelitas para que fueran al cine.

Extrapoint para las peripecias de Gracita al volante (sobretodo cuando estrena carnet) atropellando a todo lo que se le pone delante y saltándose semáforos cual moderno tunero de hoy en día y para López Vázquez como sufrido agente de trafico.

Posiblemente el anuncio de Citroen más rentable de la historia.

Resulta complicado establecer cierta objetividad cuando va unida al corazón. Una de esas películas de los años 60, tan denostadas en su momento, y que el paso del tiempo ha situado en el lugar que merece.

Era un cine de domingo, de entretenimiento sencillo, sin complicaciones; para un público que buscaba la risa fácil y aceptaba la moralina dominante en aquellos tiempos.

La revisión de todas esas películas, con el paso de los años, consiguió situarlas en otro lugar: El de la nostalgia de una época, donde, tal vez, éramos más simples, pero mucho más felices.

UN 5

Está claro que esta película es fruto de un tiempo muy concreto, para un público muy concreto y con una ideología muy concreta pero... queramos o no los que ya peinamos alguna cana es parte de nuestra formación cinematográfica y tiene un hueco en nuestro corazoncito. Ñoña, previsible, en fin con todas las virtudes y defectos del cine de su tiempo. En la línea que seguiría, por ejemplo, "Jhonny Ratón" y que venía de películas como "Un día perdido". Como siempre lo mejor la galería de secundarios (actores de reparto, que es más políticamente correcto) que desfilan en torno a la monjita progre (para la época) y que logran salvar cualquier cosa. Están todos: Juanjo Menéndez, J.L. López Vázquez, Alfonso del Real, Rafael Alonso, Margot Cottens, Rafaela Aparicio, en fin, todos. Hay que verla con indulgencia, haciéndose un poco el tonto y dejándose ganar por cierta ternura almibarada.

Curiosa la publicidad que hizo aquí Citroën de uno de sus coches más populares, absoluto protagonista del film, al que da una buena dosis de ternura (casi es una persona para Sor Citroën). Centrándonos en la película en sí, me parece que está muy infravalorada. Hay comedias españolas actuales mucho mejor consideradas, cuando en el terreno del humor no le llegan a ésta ni a la suela del zapato. Quizás arrastra esta obra de Lazaga todos los prejuicios con los que uno nunca debería ver este film, pues funciona perfectamente como comedia en su primera parte, con una pareja protagonista espectacular. La segunda parte se torna en una especie de drama familiar, más edulcorado y rancio, pero aún así la película resiste en su conjunto, y no se queda únicamente en documento de una época. Es una gran comedia española de su tiempo. De las mejores.

Viva Sor Citroën!