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La aldea de los aullidos

Terror Kanae, una psicóloga en prácticas capaz de comunicarse con espíritus, decide adentrarse en el pueblo maldito de Inunaki, en Japón. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
16 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando baja la niebla ocultando los caminos se abre la entrada al túnel de Inunaki, un lugar no recomendado para débiles de espíritu.
Un pasado de tragedia se funde con el presente marcando un punto esencial para sentir pánico...

Una de las últimas propuestas de Takashi Shimizu, a quien podemos apodar el rey del horror de explotación japonés, se centra en crear una historia a partir de una de esas leyendas populares que circulan alrededor de algún punto abandonado y sobre todo para provocar que jóvenes valientes se filmen a sí mismos visitándolo y colgándolo en internet, o dar pie a otros a aprovecharse de la situación y organizar una broma de cámara oculta para burlarse de los anteriores. En todo caso el objetivo de "Inunaki Mura" es el de alimentar la imaginación del público y mantener viva la llama de la tradición folklórica.
El origen de este deseo se remonta a unos años atrás, cuando Muneyuki Kii, productor de Toei, sugirió al director, recién vuelto al cine tras un tiempo de proyectos dispares, la idea de una película para adolescentes inspirada en la escalofriante leyenda del pueblo de Inunaki. Tan entusiasmado se mostró que poco después ya estaba dando vueltas por el lugar...si bien no el culpable de generar la susodicha fábula; la Inunaki que visitó era la histórica, una aldea de comerciantes de carbón, papel y productos de agricultura que durante la era Meiji terminó anexionándose a otras y formando parte de la actual ciudad de Miyawaka.

Sin embargo la mente de Shimizu, combinada con la de Daisuke Hosaka, su guionista en las últimas décadas, trabajan para dar cuerpo y alma a esa Inunaki ficticia que todos temen. De hecho el principio es todo un homenaje al falso documental y a la seminal "El Proyecto de la Bruja de Blair", así como a los vídeos caseros de esos jóvenes "cazadores de espíritus" de Japón, cuando vemos a Yuma y Akina cruzando el conocido túnel que lleva a la imaginada villa. Toda esta secuencia subjetiva, y escalofriante por el modo en que se nos fuerza a participar en los hechos, se basaba en la de idea del productor Kii. Cuando la acción se registra desde la perspectiva cinematográfica el film irá cayendo en la torpeza...
La del artificio, usando el cineasta más ruido y espectáculo que en sus obras tempranas (donde el silencio y la sobriedad eran las mejores armas para instalarnos en la atmósfera del suspense y el horror), es sólo la primera de muchas. La segunda es relegar a estos protagonistas tras su regreso de Inunaki. Y la tercera, consecuencia de ésto, es introducir a una futura protagonista, la psicóloga y hermana de Yuma (Ayaka Miyoshi, otra "idol" y estrella emergente hermosa pero sin ningún carisma); cuando esto ocurra su participación en el caso a modo de detective remite de nuevo, y por enésima vez, a la estructura de "The Ring".

Y es que las similitudes con la obra capital de Hideo Nakata son evidentes. En reemplazo de Reiko Asakawa tenemos a esta Kanata (cuyo hermano, Kota, quien se cree uno de los "Goonies", viene a ser su Yoichi particular) con el don de percibir espíritus y otros fenómenos extraños, lo cual hace pensar en la carga de una herencia familiar que siempre se ha querido mantener en secreto...y que se nos revela demasiado pronto. Entonces, mientras mantiene su cámara cerca del apabullante lugar, Shimizu vuelve a practicar su drama de personajes torturados, odio familiar y antiguos recuerdos que regresan para atormentar a las nuevas generaciones.
En base a esto se introduce el abuelo de la investigadora novata, un envejecido Renji Ishibashi que sirve de pieza auxiliar y necesaria para una historia hasta ese instante demasiado perdida y enredada por culpa de la intromisión de más y más secundarios (quienes aparecen para morirse o para ocupar tiempo intermitentemente con sus propias e inútiles subtramas (la de Ryotaro, un extracto mal ensamblado en el conjunto, con ecos de "Dark Water" y "Ju-on"...) ). A partir de aquí, ya rebasada una excesiva hora de metraje, empieza como tal la parte detectivesca de la historia.

En ella Kanata nos lleva por los entresijos de la aldea maldita retornando a sus propios orígenes, una idea muy interesante que resulta desaprovechada debido a la tramposa participación de otro personaje auxiliar, un espíritu que la ayuda a desentrañar el misterio, sin que ella se esfuerce absolutamente nada (Reiko tuvo las cosas mucho más difíciles, demonios); ¡si hasta nos brinda la oportunidad de presenciar los hechos utilizando un viejo rollo de película! El descubrimiento de las aberrantes costumbres de los habitantes de Inunaki y los culpables de su muerte no hace sino añadir más confusión al guión.
Además, teniendo en cuenta dichas costumbres (con las que se entiende bien el nombre del lugar) uno se alegra de que tales demonios desapareciesen para siempre de la faz de la Tierra. Shimizu intenta equilibrar las numerosas intrigas y la tragedia histórica ligada a la maldición del linaje familiar con un horror de clichés, violencia y efectos especiales que abre brechas surrealistas en el mundo real por las que penetran los espíritus (más peligrosos pues ahora son más rápidos) y para, de una forma incomprensible, fusionarse pasado, presente y futuro (se repite la maniobra de "Ju-on") planteando una hibridación licántropa monstruosa por la maldición que no tiene ni pies ni cabeza...

Parece un sino en el cine de este hombre: su manía por repetir conceptos, el uso continuo de "flashbacks" y la extraña amalgama de elementos tan diferentes entre sí, que cuesta creer que pertenezcan a la misma película.
Ese embrollo argumental que lo complica todo sin motivo y de personajes aquí y allá hace que el suspense se desinfle mediante avanza el metraje, cuyo epílogo también se lo podían haber ahorrado. Queda, eso sí, una buena factura técnica y visual y unos escenarios escalofriantes, además de la reunión de Megumi Okina con el director, diecisiete años después de "Ju-on"...
Chris Jiménez
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19 de abril de 2024
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El director de "Ju-On", vuelve a la carga, con una escabrosa historia, que tiene como eje principal, a una de las aldeas mas tumberas y peligrosas, que existen en el país japonés.
Con un cast de actores, que realizan, unas buenas interpretaciones, en una ambientación angustiante, y terrorífica... y un par de sustos, que te quedarán para el recuerdo, los cuales, nos tiene preparados, este talentoso realizador, que vuelve para brindarnos, una siniestra y competente obra, donde la pasarán... verdaderamente mal! Lo unico discutible, un par de fx cutres, y algunas sobre explicaciones en la marcha, innecesarias.
Pero esto no empaña, una muy buena película, que tiene un digno cierre...muy al estilo tumbero, de este señor.

(Continúa en spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Contemplando cine
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