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La horca fatal

Terror. Ciencia ficción. Cine negro Un brillante científico inventa un corazón artificial. Tras intentar realizar un arriesgado experimento con un hombre, es acusado por la novia de éste y es condenado a la horca. Después de su ejecución y gracias a su ayudante, regresará a la vida para vengarse de aquellos que lo enviaron a la muerte. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al inicio de su lenta pero inexorable decadencia en Hollywood, el genial Boris Karloff (1887-1969) abandonó momentáneamente la disciplina del estudio que lo había lanzado a la fama –Universal– para protagonizar cuatro modestas producciones para Columbia, todas ellas centradas en el que probablemente sea el personaje por antonomasia del horror de la década de 1940: el “mad doctor” o científico loco. Aunque se sitúan bastante por encima de la media de la serie B y la serie Z de esos años, tanto "La horca fatal" (1939), "The man with nine lives" (1940) y "El mago de la muerte" (Before I hang, 1940), dirigidas por Nick Grinde, como "Más allá de la tumba" (The devil commands, Edward Dmytryk, 1941) comparten numerosos elementos en común, como su renuncia bastante explícita al horror en busca de una mixtura de intriga y cine policial tamizada por delirantes elementos de ficción científica, sin olvidar el carácter inicialmente bondadoso y positivo de los personajes interpretados por el actor inglés, científicos eminentes que acabarán siendo víctimas de sus delirios de grandeza.

De título original "The Man They Could Not Hang", esta producción de la Columbia es la que seguramente raya a mucha más altura entre las películas antes mencionadas. A pesar de tener solo dos o tres escenarios... ¡Pero qué bien aprovechados! y de que su argumento es bastante típico (la venganza de un científico loco sobre los que le arrebataron su experimento y su vida), la interpretación de Karloff dignifica la propuesta, con su papel lleno de matices consigue que un personaje supuestamente negativo acabe cayéndonos de maravilla y hasta incluso deseemos que consiga su objetivo.

Estrenada en Estados Unidos el 17 de agosto de 1939, esta primera entrega del lote de científicos locos sería la única que conocería exhibición comercial en nuestro país, dónde también es conocida como “La hora fatal” y “La venganza del ahorcado”. Al igual que las dos siguientes, The man with nine lives y El mago de la muerte, cuenta con un delirante libreto firmado en solitario por el oscuro guionista Karl Brown (1896-1990) a partir de una historia de los no menos oscuros George Wallace Sayre y Leslie T. White y supuestamente se inspira en los experimentos reales de Robert Cornish, un bioquímico de la época que consiguió revivir algunos perros con una técnica de su invención (aunque el gobierno estadounidense, lógicamente, le denegó el permiso para experimentar con cadáveres humanos).

Una modesta pero interesante película, con las virtudes y limitaciones de la serie B de aquellos años, que empieza como una clásica historia de ciencia-ficción loca, para acabar convertida en un dignísimo "thriller" de suspense con ecos de tragedia griega. Desde luego que echamos de menos lo que gente como Tourneaur o Browning hubieran hecho con tal material, pero con la presencia del gran Boris nos basta. ¡Chapeau!
Juan Marey
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22 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
! Qué pena!. ! 64 minutos dura esta cinta!.
Una película divertidísima, del estilo de la Universal de aquellos años treinta, ágil e ingeniosa, que con la poderosa interpretación del gran Boris Karloff, retoma el tema de la vida después de la muerte, al que Grinde pone en la piel de un ambicioso científico ajusticiado por matar a un hombre en uno de sus experimentos.
Lo que me parece interesantísimo de esta cinta es que nos enseñan el juicio al que someten a Karloff, que hace que no podamos condenar del todo a este hombre. Bueno, a decir verdad, yo me pongo de parte de él, ! qué pasa!.
Como el subtítulo de este film ya hace suficiente spoiler, podemos colegir lo que va a suceder a continuación.
A Boris Karloff no le interesa en absoluto obtener el premio Nobel. Gracias a su invento vuelve a la vida y, en vez de dedicarse a probar su teoría, que puede cambiar el curso de la humanidad, prefiere dedicarse a la menos productiva pero más satisfactoria tarea de ejecutar su venganza.
Y aquí, la peli entronca con Agatha Christie y se vuelve más divertida aún en mi opinión.
La pena, como he dicho más arriba, es que sólo dura 64 minutos y no nos concede el placer de ver por completo ejecutada su venganza.
Porque ustedes no sé pero yo, estoy de parte del asesino. ! Qué importa que el ser humano encuentre la llave de la eternidad si puedes cargarte a unos cuantos de esas maneras tan imaginativas ( spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
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4 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida e interesante película, que combina inteligentemente los géneros del fantástico, intriga, policíaco, suspense y ciencia ficción, aunque en realidad, tanto lo fantástico como la ciencia ficción están inscritos en el género de la anticipación, no en vano se nos habla de los trasplantes del corazón, con un corazón artificial, etc, que en los tiempos que se rodó el film sí eran elementos fantásticos y de ciencia ficción, pero visto lo que ocurrió tres décadas después...
En relación a la cinta en sí, es de muy corta duración, apenas 64 minutos, pero muy bien condensada y narrada, resultando en todo momento amena e interesante.
Los acontecimientos suceden con agilidad y las interpretaciones y dirección del para mí desconocido Nick Grinde, son de calidad.
Al final, deja un buen sabor de boca por la buena puesta en escena, su maravillosa fotografía en blanco y negro a cargo de Benjamin H. Kline el atractivo de su historia, entonces pura fantasía, ahora... y por supuesto, la presencia del gran Boris Karloff, que lo hace muy bien.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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25 de octubre de 2022
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Otra más del año 1939, y son muchas ya las de ese año, probablemente uno de los mejores de la historia del cine. Esta de ese terror semi científico tan en boga en algunos años y tan buenas películas ha dejado.
Al servicio Boris Karloff, alma de la película y probablemente su razón de ser. Una estrella del género.
Una hipótesis tan inverosímil como cualquier otra de este tipo de películas: la construcción de una máquina que es capaz de devolverle la vida a los muertos. Creo recordar que el primer trasplante de corazón fue en Sudáfrica en 1967 por Christiaan Neethling Barnard. La hipótesis sigue siendo muy parecida a la de la película.
Tiene algo de cine negro, de terror, de ciencias ficción y de juicios. Verdaderamente es un producto de consumo para sesiones dobles en las tardes de sábado en los cines de la época.
ÁAD
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