Haz click aquí para copiar la URL

La dimensión desconocida: La imagen en el espejo (TV)

Intriga. Fantástico Mientras espera en la estación de autobuses para partir a Cortland, Millicent Barnes empieza a experimentar sensaciones extrañas. Un buen hombre, Paul Grinstead, intentará ayudarla. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
25 de noviembre de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Millicent Barnes se halla esperando el autobús cuando una serie de sucesos inexplicables llaman su atención.

Vigésimo primer episodio de la primera temporada, desarrollado en un único escenario, es espeluznante y logra mantener en vilo al espectador.

Aunque el tema del doble es recurrente tanto en literatura (Poe, Dostoievski, etc.) como en el cine (Enemy, Moon, Cisne Negro,…), aquí se relaciona íntimamente con un lugar -la estación de autobuses-, supuesto punto de unión de dos dimensiones paralelas. Claro que la falta de explicaciones del fenómeno actúa en favor del capítulo, haciéndolo susceptible de varias interpretaciones.

Buen papel de la hermosa Vera Miles, actriz que volvía loco a Hitchcock y que estuvo a punto de protagonizar Vértigo.
Jackie Daytona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de octubre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata, en mi opinión, de un episodio muy inquietante, que plantea la posibilidad de un mundo paralelo al nuestro, en el que todos nosotros tenemos un doble: al cruzarse nuestro mundo con el otro, nuestro doble cruza sus pasos con nosotros. Lo inquietante de esta historia viene dado por lo increíble del fenómeno, por las pocas respuestas y explicaciones que se dan al espectador, y también por las implicaciones de lo que se cuenta, siendo, en suma, uno de los episodios más crípticos, extraños y enigmáticos de la primera temporada de "La dimensión desconocida". Vera Miles ofrece una actuación no inferior a las de los papeles que interpretó a las órdenes de Alfred Hitchcock.
Pedro Triguero_Lizana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de febrero de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
24/01(01/02/20) Decepcionante 21 episodio de la primera temporada de la serie de culto, un clásico catódico de la CBS como “The Twilight Zone” creado por Rod Serling, que se emitió el 26 de febrero de 1960. John Brahm (fue el que más dirigió de la serie, con 12 capítulos), Serling afirmó haber tenido la idea después de un encuentro en un aeropuerto, notó a un hombre al otro lado de la terminal que vestía la misma ropa y llevaba la misma maleta que él, Serling consideró lo que sucedería si el hombre se daba la vuelta y se reveló que era un duplicado de sí mismo. Sin embargo, el hombre resultó ser más joven y "más atractivo". Como se indica en su narración previa para el episodio, Serling se retó a escribir un vehículo para una actriz y cambió la ubicación del bullicio de un aeropuerto a la soledad de una estación de autobuses casi desierta en medio de una noche lluviosa. Partiendo de esta premisa me esperaba (además de por la puntuación en FA) algo más que un punto de partida/borrador para la serie de creada casi 6 décadas después “Counterpart” (2017). Todo me parece un esbozo para lago que luego va a pasar, el primer episodio de una serie, pues todo son apunte s de hechos paranoicos y propios de un esquizofrénico, llevándote a situaciones inquietantes envueltas en lo sobrenatural, pero sin reflexión alguna sobre ello, es como si en vez de la protagonista en vez de verse a sí misma desdoblada hubiera visto a gente con cuatro brazos, pues vale, pero esto tiene algún sentido o son solo ideas pesadillescas soltadas sin ton ni son? Me da la sensación que es lo segundo. Pareciéndome todo una obra de teatro (el 95% del capítulo acontece en una parada de bus con poca gente) de arte y ensayo sin rumbo alguno más que intentar por la vía de lo artificioso de tensionarte en tu asiento con la idea juguetona de los doppelganger, versiones nuestras en mundos paralelos que a veces pueden cruzarse, pero que cuando acabas te quedas frio (por lo menos yo).

Narración de apertura:
"Millicent Barnes, de veinticinco años, joven esperando un autobús en una lluviosa noche de noviembre. No es un tipo muy imaginativo la señorita Barnes: no se le da a la ansiedad o los miedos indebidos, o incluso a los vuelos de fantasía más temporales. Como la mayoría de las mujeres jóvenes de carrera, tiene una clasificación genérica como, cita, niña con la cabeza sobre los hombros, fin de cita. Todo lo cual se menciona ahora porque, en un momento, se pondrá a prueba la cabeza sobre los hombros de la señorita Barnes. Las circunstancias asaltarán su sentido de la realidad y una cadena de pesadillas pondrá su cordura en un bloque. Millicent Barnes, quien, en un minuto, se preguntará si se está volviendo loca.”

Brahm compone un episodio con claros tintes pesadillescos, quiere perturbar al espectador con elementos paranormales, epítome es la carátula de la entrega esa mujer que mira al espejo del wc con la puerta abierta y ve en él a una versión de sí misma sentada en un banco en el exterior, creando un retorcido juego de espejos, pero más allá de esto me resulta una acumulación de reiteraciones que no van a lado alguno, no hay capacidad de dilema moral o de reflexión, o de empatía con la protagonista, todo acontece sin hondura dramática alguna: pretenden quizás jugar con nuestra sensación de haber estado en alguna ocasión en deja vu para que nos mimeticemos con Millicent, pero esto es algo que a mí me llega forzado. Lo único que ha estimulado algo ha sido el juego que Brahm hace con el neón del baño de mujeres, en inglés ‘Ladies’, y que en algunas tomas se ve de modo parcial y se lee la paerte final ‘..dies’, traducido al castellano ‘muertos’, quizás una sugerencia subliminal de que esta estación de buses ese en realidad la antesala del ‘Cielo’ o ‘Infierno’, pero esto no sé qué tiene que ver con los doppelganger. Lo dicho, son como ideas metidas en una coctelera sin sentido alguno.

Es significativa la presencia de protagonista de Vera Miles, que pasaría a aparecer en “Psycho” (1960) de Hitchcock, así como en la mítica “The Man Who Shot Liberty Balance” (1962) de John Ford. En este caso en rol que parece tan desrumbada como el espectador (o sea yo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow