City Hall (La sombra de la corrupción)
2.877
Intriga. Drama
John Papas, el alcalde de Nueva York, gobierna la ciudad a su antojo gracias a su elocuencia y a su indiscutible carisma. En un barrio negro, un niño resulta muerto en un tiroteo entre narcotraficantes y detectives de narcóticos. Cuando el narcotraficante detenido es liberado a las pocas horas, Kevin Calhoun, el idealista teniente de alcalde decide investigar el caso. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2010
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la película, crees que va de cine negro o algo parecido, te quedas a verla por si se cuece...
Al minuto 5 ves a un alcalde que parece una gran persona, a su ojito derecho, a una tipa que sale de la nada, y a un puñado de personas más que no sabes qué pintan ahí.
Al minuto 10 estás flipando porque ya pasaron mil cosas y aún así te estás aburriendo.
Al minuto 15 ya sabes cómo va a acabar la película aunque no te estés enterando de nada.
Al minuto 20 te estás quedando dormido.
Una hora después te despiertas, ves la escena final, y apagas la tele con una sonrisa en la cara porque tenías razón.
Al minuto 5 ves a un alcalde que parece una gran persona, a su ojito derecho, a una tipa que sale de la nada, y a un puñado de personas más que no sabes qué pintan ahí.
Al minuto 10 estás flipando porque ya pasaron mil cosas y aún así te estás aburriendo.
Al minuto 15 ya sabes cómo va a acabar la película aunque no te estés enterando de nada.
Al minuto 20 te estás quedando dormido.
Una hora después te despiertas, ves la escena final, y apagas la tele con una sonrisa en la cara porque tenías razón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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8 de septiembre de 2010
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante propuesta de radiografía de la política y sus cloacas: corrupción, demagogia, burocracia, manipulación, hipocresía. Desafortunadamente, la película parece olvidar que una cosa es lo que se narra y otra las cualidades cinematográficas, así que introduce negativamente en su discurso formal dosis de demagogia, manipulación y trucos burdos. El resultado es una rara combinación de momentos muy lúcidos y acertados con otros inexplicablemente torpes.
La primera secuencia, clave por ser el disparador de la subsiguiente trama política, predispone para lo peor: narración en off innecesaria, planteamiento y resolución torpes de la única escena de acción de toda la película mediante un montaje chirriante. Afortunadamente, esta mala secuencia da paso a la trama política con toques policiacos contada de forma convencional pero con cierto vigor.
Entre el tono medio aceptable saltan aquí y allá algunos desajustes: efectismo sensiblero, diálogo cogido con pinzas, licencia dramática que resta credibilidad a lo que se está contando, giro argumental nada o mal explicado.
Aiello memorable. Cusack bien. Fonda inexpresiva. Pacino sobreactuado en las escenas más dramáticas, con tics y excesivamente gesticulante con manos y brazos (en la escena del funeral parece un ventilador), algo difícil de encajar en el papel que interpreta: no conozco un político que en público haga tan exagerados ademanes con brazos y manos.
La primera secuencia, clave por ser el disparador de la subsiguiente trama política, predispone para lo peor: narración en off innecesaria, planteamiento y resolución torpes de la única escena de acción de toda la película mediante un montaje chirriante. Afortunadamente, esta mala secuencia da paso a la trama política con toques policiacos contada de forma convencional pero con cierto vigor.
Entre el tono medio aceptable saltan aquí y allá algunos desajustes: efectismo sensiblero, diálogo cogido con pinzas, licencia dramática que resta credibilidad a lo que se está contando, giro argumental nada o mal explicado.
Aiello memorable. Cusack bien. Fonda inexpresiva. Pacino sobreactuado en las escenas más dramáticas, con tics y excesivamente gesticulante con manos y brazos (en la escena del funeral parece un ventilador), algo difícil de encajar en el papel que interpreta: no conozco un político que en público haga tan exagerados ademanes con brazos y manos.
9 de noviembre de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierto que no es una película redonda, pero tiene muchas virtudes. La más obvia sin duda es el reparto excelso, que caracterizan a sus personajes a la perfección. Destaco sobre todos ellos, un underrated de manual como es Danny Aiello, que baila con el papel más jugoso de todos y lo borda. Tampoco defraudan el trío protagonista, como era de esperar por otra parte siendo quienes son.
La verdad es que se enmaraña y precipita un poco en el último tercio del metraje, pero hasta ese momento nos relata con firmeza e interés las componendas que se deben hacer para contentar a la opinión pública, a los múltiples intereses que rodean al poder, y a las propias conciencias finalmente.
Yo la recomiendo a pesar de sus aristas.
Nota: 5,85.
La verdad es que se enmaraña y precipita un poco en el último tercio del metraje, pero hasta ese momento nos relata con firmeza e interés las componendas que se deben hacer para contentar a la opinión pública, a los múltiples intereses que rodean al poder, y a las propias conciencias finalmente.
Yo la recomiendo a pesar de sus aristas.
Nota: 5,85.
26 de diciembre de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guión decente para una película buena, la cuestión es ¿Merece la pena aguantar dos horas a John Cusack en esta buena película? Evidentemente no, la lucidez que se demuestra en la película se diluye con un inaguantable Cusack y una Bridget Fonda pésima. El espectador no se va a perder nada que no se haya visto ya en cine. Harold Becker apuesta sobre seguro con un rodaje firme, pero sin llegar a innovar, convirtiendo a su cinta en una película para ver y no ser recordada.
22 de septiembre de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teñida del color de las películas de calidad, City Hall, se esfuerza por parecer y ser pretenciosa.
Con cierta desidia en la dirección, nos adentra en un mundo que obliga a reordenar ese trasfondo político, incapaz de deshacerse de la estructura formal del género, cuya evolución resulta poco imaginativa.
John Cusack y Al Pacino gestionan un producto, donde ninguno de los dos parece muy convencido del trabajo a desempeñar. Pese a ello, nos encontramos ante una entretenida producción, para esos espectadores, siempre amantes y fieles, a las intrigas políticas.
Con cierta desidia en la dirección, nos adentra en un mundo que obliga a reordenar ese trasfondo político, incapaz de deshacerse de la estructura formal del género, cuya evolución resulta poco imaginativa.
John Cusack y Al Pacino gestionan un producto, donde ninguno de los dos parece muy convencido del trabajo a desempeñar. Pese a ello, nos encontramos ante una entretenida producción, para esos espectadores, siempre amantes y fieles, a las intrigas políticas.
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