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Infierno en la bahía de San Francisco

Cine negro. Thriller. Drama Cuando el policía Steve Collins está a punto de desmantelar la organización de Vic Amato, un mafioso de San Francisco, cae en una trampa y va a parar a San Quintin, condenado por asesinato. Tras cinco años de reclusión, recobra la libertad y se lanza a la caza del responsable del complot. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
24 de septiembre de 2015
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un interesante thriller de 1955, dirigido por el experto y sobrio Frank Tuttle, con muchos de los ingredientes del cine negro clásico que dotan de brillantez a esta entretenida película: investigación, falso culpable, mafia portuaria, asesinos sin escrúpulos, corrupción policial y violencia extrema.
Las indagaciones por parte de un policía acusado de un asesinato que no ha cometido, hasta dar con el verdadero culpable, da pie a un despliegue de personajes memorables entre los perímetros mafiosos de la bahía de San Francisco.
Tanto Alan Ladd, un duro policía buscando venganza por la injusticia que con él se ha cometido, y atormentado con la relación amorosa con su mujer tras años de prisión, como Edward G. Robinson, encarnando a un brutal asesino que no duda en eliminar a cualquiera que trate de interponerse en sus delictivos asuntos, están impecables y bordan sus papeles. Y con unos actores secundarios impresionantes que dan la réplica a la perfección a los dos protagonistas.
La trama, en principio, es consistente y la dirección enérgica y digna, con algunas magníficas escenas llenas de garra. Pero hay que matizar un par de aspectos.
El primero de esos aspectos es que el film se me antoja que ha sido despojado de parte de su íntegro metraje por parte de los montadores, lo que nos muestra una narración a veces dispersa y que funciona como si faltasen trozos del guion original.
El segundo de los aspectos es la creación de la atmósfera: se echa de menos los ambientes inquietantes, turbios, densos y nocturnos que sí atesoraban las cintas negras clásicas.
Pero dejando a un lado estas dos consideraciones, estamos ante un trabajo serio y logrado, con personajes rotundos dotados de psicología y que hará las delicias de todos los aficionados al género negro.
Luis Ángel Lobato
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23 de marzo de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sórdido mundo del hampa se asoma una vez más a la pantalla para ofrecer su rostro hosco, sombrío y amenazador pero con hechuras cinematográficas de alto nivel.
La intriga policial, los mundos del lumpen, la presión psíquica sobre los personajes y la atmósfera de incertidumbre diseñan un marco de referencia en el que cualquier conjetura puede convertirse en realidad.
El argumento se erige en trama intensa y en él destacan los dos protagonistas principales -A. Ladd y E.G. Robinson- para que una historia viscosa y esquiva resulte, al tiempo, atractiva y artística.
Un contexto de análisis psicológico y social sobrevuela la pantalla de forma que ofrece el aspecto de crónica de una época en la que los malhechores campaban a su anchas y que hoy se pretende que pertenece al pasado.
ABSENTA
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27 de septiembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una magnífica trama, absorbente y bien construida, habría que destacar en este film de 1955 realizado en color y cinemascope pero que sigue los cánones del más puro cine negro, al ofrecernos una historia de investigación policial y venganza.

Un expolicía ( Ladd), sale de chirona después de haberse comido 5 años de condena, por un asesinato que no cometió.
Sediento de venganza y amargado, sólo tiene una idea en la cabeza. Reunir las pruebas que demuestren su inocencia y meter entre rejas al verdadero culpable, un hampón que controla la ciudad. De paso, también, le dará puerta a su novia que, al parecer, tuvo a bien consolarse por ahí mientras estuvo encerrado.

Edward G. Robinson destaca sobre todos los demás. En uno de esos papeles a los que nos tiene acostumbrados, compone un gran personaje como hombre sin escrúpulos e incapaz de ningún sentimiento, que maneja a todos con arrogancia y desdén, su propia familia incluida. Suyas son las mejores escenas del film. (spoiler)

Alan Ladd, por su parte, cumple con su papel, aunque algo inexpresivo, de hombre herido que se enfrentará a todos los secuaces mientras va desentrañando la madeja.

También resulta interesante su historia de desamor con Joanne Dru que aporta un punto más de amargor a su personaje y le dota de una romántica melancolía al tiempo que subraya su profunda soledad.

Con algunas escenas muy buenas y una intriga bien construida, la cinta engancha y atrapa el interés del espectador. Las diversas relaciones de G.Robinson con sus secuaces me parecen muy interesantes ( con su mano derecha, con su matón, con su sobrino, con su mujer, con el policía a sueldo), y, para mí, es lo que hace que esta cinta se siga con interés hasta el final.

Choca bastante que una cinta de este estilo tan canónico esté rodada en color. Cielo azul, días claros, luz del sol, mar abierto...Aunque, claro, hay muchas más así y tampoco me parece que quede nada mal y también tiene sus escenas nocturnas para compensar...

En conjunto es una buena cinta que creo gustará a los amantes del género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
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2 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es una delicia ver actuar a Edward G. Robinson, y cuando hace de malísimo aun más, el tipo parece que lo disfruta. Es el plato más fuerte de una más que correcta película con clásico argumento de "falso-culpable-que-busca-revancha", pero contado con bastante brío y oficio. Protagoniza Alan Ladd en uno de sus clásicos papeles de duro (le veo un poco inexpresivo de más), y su historia de amor con Joanne Dru tiene bastante más miga que las habituales, añadiéndole un puntito al asunto. Buenos secundarios, como Paul Stewart, Demarest, o Fay Wray y ya tenemos un cóctel que funciona a la perfección. Choca ver cine negro (y este es negro del más clásico) en colorines y con tanta luz, pero también tiene su punto. Además, San Francisco es en muchos momentos un protagonista más, y siempre luce bien.

Eso sí, como ha comentado ya alguien, la película parece estar montada a bocados. Tiene unas transiciones a veces tan abruptas que parece que te has perdido algo, aunque no sea así. Pero aun así, muy recomendable, especialmente para amantes del noir.
Troglo
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16 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de las películas que hacen grande el cine, sobre todo el cine negro. Magnífico thriller con tintes de cine negro, en el que destacan la sobriedad en la dirección, un guión excelente de Syndey Boehm y Martin Rackin y una dirección de actores de lujo.

A destacar las interpretaciones de Edward G. Robinon como Victor Amato, Alan Ladd como Steve Rollins y Paul Stewart como Joe Lye.

Una película que tiene varios ingredientes, sabiamente mezclados: venganza, investigación policial, violencia, mafiosos, corrupción policial, todo ello mezclado con sabiduría por un director que tiene en su haber varios títulos interesantes y que consigue, según mi parecer, con esta película el cénit de su carrera.

Una cinta con toques casi de western moderno, con un Rollins a modo de vengador solitario contra un monopolista Victor Amato que extiende su imperio por toda la ciudad.

Una peli muy conseguida, aunque se echa de menos los bajos fondos típicos de las películas de cine negro.

Una película donde se describe muy bien el aspecto psicológico de los protagonistas.

Quizás se notan algunos cambios en el montaje original de la película, pero para mí sigue siendo espléndida.
VICTORPARRADO
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