Haz click aquí para copiar la URL

La reina esclava (La luna de Israel)

Drama. Romance En Tanis, Egipto, el príncipe Seti, heredero al trono, conoce a la joven Merapi (Luna de Israel) que vive como una esclava en su propio reino y cuyo padre acaba de ser asesinado por un oficial, que quería vengarse de ella por haberle rechazado. Entre Seti y la joven se inicia una especial relación que habrá de enfrentar a los dos países y a otras fuerzas mayores… al tiempo que brota el amor. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
27 de marzo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia que aboga por la unión entre los pueblos y que ejemplifica una sabia manera de gobernar; unos decorados artísticos y monumentales que, aún hoy, resultan de deslumbrante belleza; un vestuario ajustado a las posibilidades de la época; una fotografía y una iluminación esplendorosas; unos efectos especiales con la tecnología de punta para 1924; y una dirección apreciable y elocuente por donde se mire, hicieron de, <<LA REINA ESCLAVA>>, la película que animaría a la Warner Bros., para llevarse a Hollywood al director húngaro, Mihály Kertész, quien, desde entonces y ya para siempre, sería presentado con el nombre, Michael Curtiz.

Es muy probable que, Curtiz, quisiese emular la majestuosidad de filmes como, “Intolerancia” de David W. Griffith o “Los Diez Mandamientos” de Cecil B. de Mille, pero, ¿quién, que sueñe en grande, no deseó alguna vez hacer algo como eso? Lo espiritual o lo portentoso, son las estrellas que miran todos los hombres que, de algún modo, aspiran a la grandeza.

Basada en la novela de, Sir H. Rider Haggard, "Moon of Israel" (1918), la historia nos habla de la relación que se entabla un día, entre un príncipe egipcio llamado Seti, humilde, honrado y justo como el que más, y la joven Merapi, esclava en Egipto como muchos de sus compatriotas, pero, con una dignidad y un sentido de entrega a lo que ama, que conmueve a cualquier hombre que consiga cruzarse con ella. De aquí en adelante, habrá una lucha de poderes, humanos y espirituales, afectivos y materiales, y el filme nos lleva por un sendero de interesantísimas experiencias.

Una vez más, el guion es del talentoso, Ladislaus Vajda, y la fotografía de Gustav Ucicky, dos nombres claves en el cine que realizó, Curtiz, en Hungría y luego en Austria. Estrenada en Inglaterra, y más tarde en los Estados Unidos de Norteamérica como, “Moon of Israel” -aludiendo al significado de Merapi, nombre con que suele llamarse a la joven en la película-, en aquel primer país fue todo un éxito; y en su visita a Europa, en 1925, en busca de nuevos talentos, Harry M. Warner se llevaría una copia de, <<LA REINA ESCLAVA>>. Cuando días después, pudo verla con su hermano Jack, la decisión fue sin preámbulos: Había que contratar a semejante talento. Un cable le fue enviado al director de inmediato… y Curtiz aceptó sin reserva alguna.

Si esta magnífica película no ha hecho parte de los grandes clásicos del cine, sólo puede explicarse por las comunes manipulaciones de la gran industria.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de junio de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia localizada en el Egipto de los faraones da para grandes decorados, masas de gente y diversidad de vestuario que consiguen la espectacularidad deseada. Otra cosa es que todo ello nos lleve a una historia interesante. La esclavitud de los israelitas y la dureza de sus trabajos se contraponen a la fiesta continua que parecen disfrutar los egipcios. Dos pueblos viviendo en un mismo espacio y de creencias tan diferentes servirán para hacer emerger el amor entre dos de los miembros de dichos pueblos. Pero no cualquier miembro, sino ambos de alta alcurnia: príncipe uno de Egipto y princesa la otra de Israel. Las diferencias religiosas aparecen en cierto momento y Curtiz hace hincapié en los milagros para resolverlas. Hay una clara alusión a la Biblia, y la presencia de un profeta que sacará a los israelitas de Egipto, Moisés, no deja lugar a dudas. Nuevos fastos y fiestas en Egipto son el motivo de nuevo espectáculo fílmico, pero solo en la apariencia, pues la historia no adquiere clímax. Un año antes Cecil B. DeMille ha realizado “Los diez mandamientos” en su primera versión muda, hecho que, sin duda, Michael Curtiz conoce. En fin, pensando en las enormes dificultades que tendría la realización de un espectáculo como este en aquellos tiempos me atrevo a valorarla con algo más que un aprobado.
Pp Ferrer S
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow