Conspiración en el Vaticano

En la primera escena aparece el joven cardenal Rodrigo Borgia compartiendo tálamo con la futura madre de sus hijos, Vannozza Cattanei. Le interrumpe el imberbe obispo Giuliano della Rovere, posterior rival suyo en intrigas vaticanas, comunicándole que su tío, el papa Calixto III, está en las últimas y que quiere verlo.

Creo que en esta película aparece cuatro papas: Calixto III, Pío II, Alejandro VI y Julio II. Todos de cuidado. Sólo dos salen el cónclave que se fabula, basado por lo visto en una leyenda popular romana. Me da igual si lo que cuenta es cierto o no. Ambiciones, puñaladas traperas, ofertas que no se pueden rechazar y demás malidicencias. Vamos, todas esas cosas que entretienen en una película. La beatería en cine suele ser aburridísima. Todo eso me lo creo y más, y extrañamente me reconforta.

Hoy en día está de moda mostrar la cercanía o rechazo a la Iglesia por las virtudes o defectos de sus papas, obispos y la denostada curia. ¿Por qué? No lo entiendo. Si existe Dios, en su propia esencia es Inmutable, así que el gran milagro es que esa inmutabilidad la haya conservado la Iglesia bajo el mando de esta gentuza que retrata la película, a la que tampoco critico porque yo haría aún más barbaridades.

No sé, pero yo en tiempos de grandes marejadas y timoneles perversos vislumbro a proa el halo del Espíritu Santo.

“Conspiración en el Vaticano” es una película imprescindible para comprender cómo funciona un cónclave, esto es, la reunión en la que se elige a un nuevo Papa. Ésta es una producción canadiense que fue dirigida por Christoph Schrewe en 2006, cuenta con las actuaciones de Manu Fullola, Brian Blessed y James Faulkner.

La historia se sitúa en Roma en el año 1458, el cónclave está formado por un grupo de cardenales para decidir quién será el Papa que suceda al recién fallecido Calixto III. La cinta es muy buena porque presenta con objetividad lo que eran esos encuentros, en donde los purpurados se debatían entre intrigas, sospechas, rivalidades y luchas por el poder. También es sumamente interesante porque presenta la participación del joven prelado Rodrigo Borgia, amante de Vanozza Catanei, quien años después llegaría a convertirse nada menos que en el infame Papa Alejandro VI.

De modo que aunque la historia se ubica en una época pasada, el tema sigue siendo importante, pues a la generación actual nos ha tocado enterarnos de la realización de un cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo II, y seguramente nos tocará uno más que relevará a Benedicto XVI, de quien se ha dicho que por su avanzada edad es un Papa de transición.

La película, pues, es valiosa y se disfruta si es que nos interesan temas históricos y religiosos, pues aunque no es una cinta de acción, no carece de intensidad, la cual descansa, sin embargo, en la inteligencia de su argumentación.

No me extenderé mucho en esta crítica, lo que pienso de la película es el título de ella. Es una película buena y atrevida, original y poco vista. Por fin en medio de todo este culebrón de los "Borgia" con las series tan buenas que están viniendo menos mal que alguien se ha acordado de que Rodrigo Borgia fue joven una vez y que se enamoró perdidamente de Vanozza Catanei. Porque con tanta Lucrecia, César, Juan Jofree y Giulia Farnesio siempre he hechado de menos una peli sobre la juventud de Rodrigo. Por ello ya merece un aprobado, pero no le puedo dar más nota por lo pesado de algunos pasajes y lo repetitivo, y la desperdiciada Vanozza. Lo siento, pero es buena, gran trama.