I Wouldn't Be in Your Shoes

Un policía con la ayuda de la novia del reo busca pruebas para salvarle, dicho policía se parece al poli de ¿Quién mató a Vicky?. La culpa de lo que le pasa a Don Castle es de él ya que los gatos no tienen la culpa de que los tiren los zapatos. I Wouldn’t Be ni Your Shoes es otro noir que no pasará a la historia ni por el que hizo la sinopsis que es más falso que una moneda de chocolate. Yo lo tengo en un dvd que espero ver más veces hasta que pete ya que su visionado es muy gratificante que no tiene nada que envidiar a los grandes pelotazos del género.

Un auténtico diamante cuyo brillo todavía no resalta mucho porque se encuentra a medio pulir.
Eso es lo que me ha parecido este film. Una adaptación de un ingenioso relato corto de Cornell Woolrich (escritor llevado al cine en las magníficas "La ventana indiscreta", "La dama desconocida", "Noche de pesadilla", "Mentira latente", "Mil ojos tiene la noche", "La ventana"..., y muchas, muchas más).
Informándome sobre este autor, he leído que debía ser un escritor rápido y descuidado, de los de aquí te pillo aquí te mato, de los de amplia producción pero cierta dejadez en los detalles y eso, unido a que estamos ante una película modesta de serie B, con director y actores desconocidos y de metraje corto, 70 minutos nada más, explica muy bien algunos errores de verosimilitud, falta de potencia en el subrayado del clima angustioso y cierta torpeza en las actuaciones de algunos personajes.
Pero, ya verán, la historia es de lo más ingeniosa y se apodera de uno lentamente. Partiendo de una situación altamente surrealista, a la que es difícil encontrarle pies y cabeza, la cinta se va adueñando de una extraña realidad, plausible, enfermiza e inquietantemente reconocible en su posibilidad.
Si esta cinta llega a gozar de más presupuesto y metraje y cae en manos de un director como Siodmack, Lang o Hitchcock, nos estaríamos frotando las manos y poniéndonos las botas, porque lo tiene todo, TODO, para conseguir perturbar al espectador que, como yo, siempre esté dispuesto a ser perturbado.
Un falso culpable amargado por las circunstancias al que el destino o Dios, parece querer castigar por ser tan malhumorado y bastante controlador para con su esposa.
Una esposa dulce y bonita con muchos sueños por cumplir, y que no puede evitar ceder ante las pequeñas tentaciones. También el destino o Dios va a castigarla arrebatándole lo que más quiere.
Unos zapatos de baile arrojados a unos gatos serán el detonante de la historia. Ahí comienza la realidad a transformarse en pesadilla.
Una acción, no del todo inocente, sumergirá a estos personajes en un ambiente paranoico persecutorio. Los errores se pagan. A veces, a muy alto precio aunque sea totalmente injusto.
El corredor de la muerte espera para el reo.
La música de Chopin endulza sus últimos momentos.
Su mujer intenta desesperadamente salvar a su marido de la silla eléctrica, hará lo que sea preciso y lo que es preciso es...
La Navidad también se torna en protagonista en esta historia solo que, esta vez, es una Navidad lúgubre, sórdida, plena de soledades, el reverso de lo que una pequeña radio retransmite en esas fechas.
No vamos a decir que la película sorprende aunque fuera esa su intención porque adivinamos el desenlace bastante antes. Aun así a mi me ha encantado. Me parece una película pequeña llena de posibilidades que no han podido desarrollarse muy bien debido a sus limitaciones presupuestarias. Así que allá va el ocho. Un ocho, quizá generoso, pero hoy me siento así.

Agradable sorpresa, no porque esperara de ella que sería mala o aburrida, sino por, primero, no la conocía en absoluto, y segundo porque me ha parecido muy agradable de ver.
Y ello es porque tiene intriga bien medida, aunque realmente se sepa desde bastante antes de finalizar el intríngulis del argumento.
Pero es entretenida en todo momento gracias a un buen ritmo, fluidos diálogos y afortunadas situaciones donde se mezclan los momentos tensos de suspense con los íntimos de la relación romántica de los protagonistas.
William Nigh dirige con soltura y los intérpretes cumplen con creces con su cometido, destacando el siempre seguro Regis Toomey, como el torvo inspector de policía.
Está francamente bien y es un buen ejemplo del estimable cine de género del viejo Hollywood.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

Ingenio y vueltas de tuercas.
Lo peor: Elyse Knox, no da el tipo para su personaje, era una mujer demasiado fría y distante para su personaje, termina resultando superficial e incluso desagradable, y eso que las heroínas de Woolrich en general son muy interesantes pero acá la actriz caga eso.
Lo mejor: es muy ingeniosa, cómo va elucubrando todo el plan, los zapatos que no es solo una frase hecha que usa la película, sino que son fundamentales en la historia. Cómo va tejiendo el conflicto y revelándonos cada cosa.
Uno de los lugares comunes del escritor: el detective aficionado, y siempre lo hacía de forma efectiva.
El inspector Clint Judd alias Santa Claus, un personaje complejo y patético.