La trenza

Laetitia Colombani, actriz, guionista y escritora francesa, publicó en 2017 una novela que se convirtió rápidamente en un éxito de ventas. Ella misma dirige ahora la película homónima, La trenza, con la colaboración de Sarah Kaminsky como coguionista.

El largometraje muestra, con delicado realismo, las vidas de tres mujeres en otros tantos puntos del planeta. Desde las paupérrimas tierras de la India hasta la futurista Montreal pasando por la pintoresca Italia, asistimos conmovidos a la incesante lucha diaria de las protagonistas. Sus relatos se entrelazan, redundante sutileza, en un viaje no solo geográfico. Con el vaivén de los trazos que dibuja la realizadora, nos movemos entre la miseria de Smita, la calma mediterránea de Giulia y el estrés capitalista de Sarah. Ambientes distintos y entornos humanos diferentes plantean, sin embargo, problemáticas muy similares aunadas en una única contienda común: la de hacer frente a aquello que impide el desarrollo personal y el proyecto de vida.

La familia (con un puesto especial para la figura paterna), el trabajo, las convenciones sociales, la religión, el amor o la enfermedad son, con ropajes diferentes, el campo de batalla en el que librar la pelea por sacar adelante sus ideales. Es interesante cómo la perspectiva (y la mirada principal) femenina no conlleva una demonización del varón. Independientemente de las circunstancias, hay obstáculos espacial y temporalmente universales.

Laetitia Colombani equilibra el foco con maestría consiguiendo centrarse en las personas concretas, cargando así el relato de cercanía y verismo. Este equilibrio se rompe a veces en las escenas de Italia, forzado quizá por ser el gozne sobre el que giran las otras dos. La virulencia de Giulia hace caer el film en un tímido maniqueísmo (religión oriental buena, religión occidental absurda) y las diatribas contra los ritos sociales impostados, anacrónicos en la Italia del XXI, abusan de la reiteración y desdicen algo del resto.

Colombani maneja la cámara despacio, con la lenta calma que precede a una tormenta. Describe a sus personajes con cariño y sinceridad y los mueve con verosimilitud en unos escenarios muy acertadamente diseñados por la dirección artística. Un elenco magnífico y una banda sonora en manos de Ludovico Einaudi para rebajar el dolor y aumentar la emotividad redondean en lo fílmico esta adaptación inspiradora en su humanidad y esperanza.

La trenza o piensa en global, debería haber sido el título de la película. No he leído el libro pero por desgracia he visto la película. En ella aparecen tres historias cada una desarrollada en un punto distinto del planeta y que tienen una conexión. Un nexo que nos hace pensar en un mundo global. Es decir, que nuestros actos pueden afectar a otras personas aunque no lo veamos. En la película se trata únicamente de actos que tienen un buen fin, llevándonos a un estado mental buenista que ralla la ingenuidad. Ingenuidad por cierto, que se presupone al espectador desde el minuto cero de la película. En ella todo nos es explicado, por si no lo sabíamos. Qué es un bindi, un Sij o las consecuencias que sufre una mujer tras quedarse viuda en la India. Tratándose de un libro esta información estaría justificada. Pero en la película, hasta se nos informa por adelantado de lo que va a pasar. La madre hindú le dice a su marido que sabe dónde guarda el dinero el maestro que humilló a su hija en la escuela y en la siguiente escena la vemos robándolo. La hija italiana se despide de su padre un día cualquiera tras multitud de besos y abrazos que nos dicen que va a ser la última vez que lo va a ver. Así que, lo de piensa en global, que podría haber sido la premisa de la película tampoco se cumple porque no nos deja ni pensar. Y tampoco nos da una visión global ya que sólo trata de los actos con un buen fin. Sin dejarnos vislumbrar las consecuencias de los actos con fines maléficos.

Tres dramas cotidianos protagonizados por tres estupendas actrices que interpretan con convicción a tres enérgicas mujeres que se enfrentan a serios problemas agravados por su condición femenina. En definitiva, una oda a la mujer, una película feminista en el mejor sentido del término, alejada de los maniqueísmos ideológicos de otras muchas cintas, que se centra en las mujeres como personas, que no las presentan como meras víctimas de desalmados hombres sin escrúpulos, que se limita a reflejar con perspicacia su situación real, el marco social poco grato con el que tienen que lidiar a diario y la fuerza interior que han de atesorar para superar los numerosos obstáculos que encuentran en su camino.

Muy bien filmada, con sencillez pero con dulzura, con sensibilidad, con una excelente fotografía y una muy buena banda sonora, la película te sumerge en el día a día de sus protagonistas consiguiendo que te interesen sus vidas, que te emociones con sus vicisitudes, con su lucha por salir adelante. Al final, las tres historias tienen un punto en común algo cogido por los pelos (si la ven, que espero que sí, entenderán la expresión), que le otorga más empaque al conjunto, aunque tampoco es que eso resulte imprescindible.

En definitiva, una película que si bien puede considerarse menor, resulta sencilla y bonita, emocionante por momentos

Magnificas tres historias para esta fantástica película donde el destino de tres mujeres tendrán un nexo de unión sin llegar nunca a conocerse. Una en La india, otra en el sur de Italia y otra en Canadá.

Smita la Intocable vive miserablemente en la India junto a su marido y su hija, sumidos en la pobreza, comen ratas y algo de arroz diariamente, sueña con una vida mejor huyendo al sur, pero su marido no está muy conforme; por otro lado, está Giulia que vive en un pueblo italiano intentando sacar adelante un pequeño taller de fabricación de pelucas que regenta su padre que está en el hospital en coma tras un accidente. Y tenemos a Sarah en Canadá, una prestigiosa abogada, separada y con tres hijos, que su vida se empezara a desmoronar tras conocer que tiene cáncer de mama. 

Con un planteamiento similar a lo que ocurría en "Babel " de Alejandro González Iñárritu, la directora Laetitia Colombani escribe el guion basándose en su propia novela que ha vendido más de tres millones de ejemplares en el mundo. Aparece también en un pequeño papel.

Puede ser que a veces recurre a la lágrima fácil por lo conmovedora que es la historia, pero se le nota que la realizadora ha puesto mucho corazón en hacerla y la verdad es que el resultado es bastante efectivo. Las tres actrices están estupendas y logran emocionarte en muchas escenas.
Destino Arrakis.com

Realmente una estupenda película. De las que te mueven por dentro y te hacen salir del cine pensando.
La hemos visto en Málaga en plenas navidades y el contraste de la profundidad del film con salir luego a la calle, llena de luces de colores y superficialidad, es tremendo.
Maravillosas interpretaciones de las 4 protagonistas. tres mujeres fuertes, una con su hija, tres continentes, 3 culturas, 3 realidades económicas muy distintas. Pero todas ellas viviendo un presente duro.

Una película feminista y verdaderamente muy muy muy recomendable.