Candy (Serie de TV)

Aunque ya dije en su momento que soy un potencial enemigo del formato "telenovela", con Candy Candy no puedo más que agachar la cabeza y admitir que es una gran telenovela; nipona, de animación; pero telenovela.

Y es una auténtica pena que los japoneses dejaran de explotar este otro tipo de series dulces y dramáticas como lo es esta, o aquellas otras pequeñas maravillas llamadas "Heidi" o "Jackie y Nuca". Escondían unos sentimientos y una ternura que jamás se encontraran en un sólo minuto del Doraemon o de Shin Chan. Que no digo que la tele sea la que tenga que educar y enseñar valores a los hijos de nadie; desde luego que no. Pero tampoco hay que estar metiéndole a los chiquillos en la cabeza cuentos horribles y estúpidos a cada instante.

Aunque la verdad, no hace ninguna falta apoyar la crítica en qué es mejor ofrecer a los niños. Candy Candy es capaz de llegar al corazón por sí sola sin la necesidad de ser comparada con ninguna otra serie.

Personajes con reacciones muy humanas, y situaciones tan dura como la vida misma era lo que te podías encontrar aquí;
Hoy, después de tantos años, sólo podría definirla como una historia preciosa.

Por cierto; yo estaba enamorado de la afortunada Annie.

Nota: Esta crítica es el pensamiento de mi hija de 7 años sobre "Candy Candy". Un día estaba yo redactando otra crítica y ella se me acercó para preguntarme ¿papi puedes escribir ahí lo que yo te diga sobre Candy; y bueno aquí esta lo que me dijo.

Primero que todo Candy es una linda serie, mucho más de lo que puedo decirles. La canción me gusta mucho, sobre todo cuando dice: “gira, gira carrusel, tus ruedas de cristal… recorriendo mil caminos tu destino encontrarás”.

Me emocionó mucho cuando Anthony le dijo a Candy, que su nueva rosa blanca se llamaba dulce candy.

También quisiera decir muchas cosas sobre Terry pero cuando pienso en eso me pongo a llorar entonces mejor no digo nada, porque aunque me gustó mucho todo lo de Terry, el final es una basura.

Intentado recordar lo más significativo para mi, visto a través de la televisión desde que tengo memoria, indudablemente recaigo en "Candy Candy".

Lo extraordinadrio es que eran muchas las series infantiles que veía, pero a la fecha creo que solo ésta me haría sentarme en el sofá 30, 40 o 60 minutos a ver dibujos animados a mi edad.

Estoy totalmente de acuerdo con aquella crítica que dice ser una lástima que este tipo de serie o ésta en especial, se haya descontinuado. No son dañinas a nadie!, es más trata de realidades, sentimientos, tolerancia y actitud que una niña debe tomar para poder afrontar la vida dificil que le ha tocado. No digo que los niños deban identificarse con ella, pero si saber que esta condición es muy común en el mundo en el que vivimos y que la vida se hace muy dificil para aquellos menos afortunados. Es una manera de transmitirles situaciones de la vida real a nuetros hijos de una forma adapatada a su edad.

Candy Candy se basa en el manga creado por la escritora Kyoko Mizuki y la mangaka Yumiko Igarashi, surgiendo problemas entre ambas, posteriormente, por los derechos de autor. Candy Candy cuenta la historia de una huérfana desde la niñez hasta su adolescencia, y de las personas que va encontrando en su camino. Pero en Candy Candy están presentes otros temas, como:
- El amor a la Naturaleza (en especial, en Candy y en Albert).
- La separación de una amistad íntima de la infancia.
- La muerte de un ser amado y la dificultad de aceptarlo.
- El clasismo y el odio, los celos.
- La bondad, y el sacrificio. La generosidad.
- La amistad, y en algunos casos el amor no correspondido.
- La añoranza del pasado, de la infancia que ya no volverá.
- La guerra y sus consecuencias.
- El enamoramiento (poco aconsejable en algunos casos -bofetadas incluidas de dos personajes a Candy-).
- El amor más sano, profundo, que llega casi sin oirse, fruto de la convivencia y el cariño, y que se descubre finalmente.

Es por ello que Candy Candy no es una serie más. Respecto al manga (disponible en español sólo en la red), es bastante fiel a éste, aunque ciertamente se inventa todos los episodios que transcurren en una mina. Resulta recomendable, en todo caso, la lectura del manga, ya que las relaciones entre algunos personajes, en especial entre Candy y Albert, o los sentimientos de Archie o Stear, tienen una profundidad que merece la pena descubrir, y que sobrepasan a los de la serie.

- Lápiz de labios de fresa
- Monedero con olor a fresa
- Rotuladores rosas
- Bolsos "de mayor" rosas y oliendo a fresa
- Zapatillas deportivas
- Gafas de sol
- Plumieres
- Camisetas

Este es el daño que el universo "Candy Candy" realizó en los primeros años de vida de miles de niñas (principalmente niñas, ya que los niños aún estaban esperando a Oliver y Benji) que nos obligaba a querer ir siempre vestidas con el color de la Pantera (rosa).

Que nos hacía envidiar las desgracias que le ocurrían a la prota de rubíiiisimos cabellos (porque siempre, al final, le salía todo bien) y que nos dejaba soñando con estar tan enamorada como ella, sin que consiguiéramos que nos brillaran tanto los ojos como Candy que parecía que se le iban a salir de las cuencas con tanto movimiento acuoso. (en mi recreo algunas, las más bestias, se daban golpes en los ojos para ser como ella!)

¿Qué pasa ahora? Que los peques cambian los cabellos de la rubia aquella por el “culito, culito”, “multiplícate por cero” y demás jerga televisiva… ¿Hemos ganado? ¿Hemos perdido? Juzgar por vosotros mismos… (pero yo me quedo con Hommer, Bart y demás familia)