El asesino del nudo

Quien busque suspenso o terror en ella, no lo encontrará, ya que la línea narrativa del filme no es eso, no es un thriller.
Acá la conocida historia de un asesino en serie tiene un enfoque distinto, que le da profundidad e intensidad al relato:
Acá juega con la moral del espectador, el ¿Qué harías tú en el lugar del protagonista?... quien es integrante de una rigurosa familia religiosa, pero que un día descubre que su correcto padre podría ser un asesino serial.
Como solucionar semejante entuerto?, si tan solo eres un adolescente que no quiere provocar dolor alguno a su familia.

Y con esa base, la historia avanza, integrando personajes interesantes, todos interpretados por actores debutantes, que llevan muy bien su labor.

Es una película lenta, de carácter contemplativo y sin las típicas parafernalias del cine de asesinos. Quien busque ver un ¨Halloween¨ o un ¨Silencio de los corderos¨ acá no lo encontrará.

Con todo la película mantiene su interés, y es de apaludir un recurso ocupado en una parte de la trama, en donde se hace un ¨rewind¨ paralelo, para narrar lo que no vieron nuestros ojos.

Interesante película, con un muy buen final.
La recomiendo…

Las investigaciones más complejas, las que conllevan grandes y trascendentes descubrimientos, en ocasiones no son resueltas mediante concienzudos ejercicios de intelecto, ni por meticulosas y pacientes indagaciones. Hay veces en las que estas no obtienen el resultado esperado, y posteriormente la fortuna, el azar o la providencia, muestran un camino a seguir que no se había revelado antes siguiendo los caminos de la ortodoxia.

Y sucede en los más variados ámbitos de la actividad humana. En medicina, la revolución del viagra aconteció al observar a pacientes tratados en casos de angina de pecho. No era la impotencia el fin del programa. No digamos en las ciencias, dónde teoremas matemáticos formulados en un contexto muy concreto, son usados después en otras disciplinas para abordar problemas que habían sido durante largo tiempo la tortura de implicados científicos. También ocurre en el crimen. Un descuido, una anécdota pasada antaño por alto, o un burdo accidente, ponen tras la pista del culpable tras infructuosos intentos previos.

Esta parece la premisa de la película. Un asesino en serie, que traumatizó a una pequeña comunidad con sus espantosas atrocidades, nunca fue llevado ante la justicia. El encuentro fortuito de un joven, mientras se enrollaba con su chica en la furgoneta de su padre, de una foto con pornografía bondage, es la chispa, el detonante que permite abrir una vía para dilucidar quién está detrás de semejantes perversiones.

La trama que viene a continuación no me entusiasma en demasía, pero tampoco me hace mirar el reloj como en otros thillers, soporíferos e insufribles con los que nos suele deleitar la factoría americana. Charlie Plummer echa sobre sus hombros la función y realiza un trabajo más que digno, logrando que conforme se van esclareciendo los enigmas, pasemos por alto ciertas inconsistencias del guion.

Se abordan temáticas como la fuerte religiosidad de la américa rural o los bulos que corren como la pólvora y estigmatizan a quién los padece, una pena que el director no sea capaz de exprimir unas potencialidades, que en gran medida quedan inéditas.

*El ideal destruido

No estamos ante el típico thriller sobre serial killers, donde lo más importante es la figura del asesino y lo macabro que resultan sus crímenes. El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) busca acercarse a su historia desde la mirada inocente de un chico que vive en un entorno donde la religiosidad es una forma de vida. En cierta manera, es una historia sobre la pérdida de la inocencia.

Su familia es el ideal norteamericano. Desayunan panqueques y van a misa. Unos padres siempre dispuestos y comprensivos con sus hijos, que realizan actividades de forma conjunta con sus hijos. El chico forma parte de un grupo de boy scouts, tiene una novia cariñosa y un buen grupo de amigos. Todo parece perfecto, hasta que ese mundo se desmorona inesperadamente. Sucede cuando la novia encuentra una fotografía de pornografía bondage en la camioneta del padre del chico (que en un alarde de inusual rebeldía, había tomado prestada).

Las fotos bondage describen una práctica sadomasoquista en la que se busca la inmovilización del cuerpo de alguien, a través de cuerdas y mordazas, por ejemplo. Es la recreación de una fantasía sexual extrema basada en la dominación del otro. El descubrimiento de esas fotografías convertirá al joven en un paria entre la comunidad religiosa que no le perdonará su depravación, poco importa que las fotos le pertenezcan a él o no. El ideal destruido.

*Las fantasías y las perversiones reales

Y ahí está el punto diferenciador de El asesino del nudo (The Clovehitch Killer). El reflejo de la hipocresía existente en la sociedad norteamericana (que igualmente podría extrapolarse al resto de países). Por un lado, la necesidad de sentirse moralmente superior, practicando precipitados juicio de conducta para reafirmar nuestra inocencia. La búsqueda de un chivo expiatorio sin contrastar su culpabilidad, es algo que vemos cada día en las redes sociales con las fake news y su viralidad. Por otro lado, está la represión inherente a cualquier creencia religiosa y que, en muchos casos, lleva a una exploración más concienzuda de las propias debilidades y perversiones. Queda demostrado con la cantidad de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes católicos.

Ese dibujo del ideal norteamericano que esconde un mundo mucho más perverso y oscuro bajo la superficie, sería algo parecido al que realizó David Lynch en Terciopelo Azul (1986), eso sí, con un estilo muy distinto. Es importante diferenciar las fantasías de la realidad. Las fotos pueden herir la sensibilidad de los más puritanos, pero no tienen porque implicar ninguna desviación si se han hecho con consentimiento. Pero cuando el chico investiga porqué ese padre religioso y modélico tiene en su posesión ese tipo de contenido gráfico, encontrará pruebas que podrían incluso vincularlo con unos asesinatos que atemorizaron al pueblo en el pasado. La fantasía se vuelve real.

*La película funciona mientras la verdad es incierta

Los primeros 50 minutos de El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) son francamente espléndidos y muy perturbadores. Duncan Skiles muestra mucha pericia en la puesta en escena, basando el suspense en la sutileza de la exposición inicial de los hechos y, poco a poco, construyendo una atmósfera que se vuelve cada vez más malsana.

Por desgracia, la segunda mitad del film baja mucho en intensidad cuando los hechos se ponen de manifiesto de una manera más evidente. La elaboración del suspense se vuelve más obvia y se cae en algunas decisiones que le hacen perder credibilidad. No se termina de profundizar en los personajes ni en sus motivaciones, tampoco en ese entorno social religioso que podría haber dado mucho más juego.

El desenlace se aleja de los tópicos, pero no todas las piezas encajan. Especialmente me chirría el conformismo pasivo que tiene la chica que ayuda al protagonista, cuando éste toma determinadas decisiones. Aún así, es un final potente que refuerza la idea inicial de una sociedad de apariencia perfecta que se construye sobre unos cimientos de carácter fariseo.

*Conclusión

El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) es thriller estadounidense dirigido por Duncan Skiles. Más allá de la investigación de unos crímenes del pasado relacionados con prácticas sadomasoquistas, la película pretende dinamitar el ideal de la familia americana, exponiéndolo a sus contradicciones. El núcleo de una comunidad religiosa sirve para sacar a relucir la hipocresía que tiene una moralidad basada en la represión.

El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) tiene un inicio magnífico que se cuece a fuego lento y le aleja de los cánones habituales del thriller más enfocado a la acción. El suspense va creciendo en intensidad a medida que se nos descubre la trastienda de ese mundo con apariencia perfecta. En la segunda mitad, desciende el interés y pierde credibilidad debido a algunos bandazos del guion, pero sigue siendo un producto atrayente con un desenlace que invita a la reflexión. Si te gusta el suspense con trasfondo de crítica social, seguro que está película te interesará.

Escrito por Daniel Farriol

Extremadamente cuidada en el detalle; utiliza los minutos necesarios para presentarse... Gran acierto, pues se toma su tiempo hasta conseguir que aceptemos lo que allí se nos cuenta.

Magníficamente interpretada por sus dos protagonistas principales, logra intrigar sembrando dudas razonables. Lamento decir que no consigue afianzar la confianza ganada, debido al último tramo; ya que es entonces cuando ha de resolverse, haciéndolo de un modo acomodaticio, trivial y bastante anodino.

Aprueba con un 5.

Películas sobre personas descubriendo que un miembro de su familia, su pareja o un amigo es un asesino serial, hay muchas, es uno de los recursos de los thrillers, acá logran contar algo ya visto de una forma interesante, totalmente minimalista, sobria, todo es contenido en esta película que hay poca violencia, al igual que los personajes que intentan huir de ella.
Todo el drama interior que vive este adolescente al sospechar de su padre, la forma de reaccionar que tiene, el decidir en quien confía y en quien no, las decisiones difíciles que toma, todo está retratado.
Como cuentan la historia también es interesante.
La relación entre Tyler y Kassi, también tiene su parte dulce y triste, un romance imposible.
Buenas interpretaciones de todo el elenco.
Si se hace lenta, aunque desde el primer momento la película se plantea así, no es irregular.