Oasis Knebworth 1996

Jake Scott, a través de una extensa remasterización y magia tecnológica, tomó una grabación pre-digital que acumuló polvo durante 25 años y la convirtió en un espectáculo de sonido supersónico. En el cine, las melodías vibran a través del suelo y la imagen es tan nítida que se siente como si estuvieras hundido, inmerso en el concierto. Un concierto que debe revivirse, sinceramente, Noel tiene razón al pensar que nunca habrá otro concierto que rivalice con Knebworth, en escala o importancia.

Liam y Noel Gallaguer líderes del grupo Oasis, firman a través de su productora “Kosmic Kyte” este documental dirigido por Jake Scott, especialista en videoclips para grandes artistas e hijo del director Ridley Scott, aunque me temo que la voz cantante del rodaje la han llevado los hermanos para mayor gloria suya, porque si el documental deja una cosa clara, es la enorme consideración que tienen ambos músicos de sí mismos cuando califican el doble concierto de dos noches en el parque de Knebworth como de hito histórico, el nuevo Woodstock, no ha ocurrido nunca nada igual, histórico, etc, etc.

Parece que este documental sea una especie de ajuste de cuentas con su ex-banda, con sus archienemigos de la banda “Blur” o con todo el mundo por no estar a la altura de su excelsa música. Es muy lamentable el ninguneo que hacen al resto de la banda que en muy pocas ocasiones aparecen en plano como si fueran meros acompañantes contratados para la ocasión, salvo al guitarrista de los “Stone Roses” John Squire, grupo que fué auténtica inspiración para los hermanos Gallagher.

Los comentarios de los fans asistentes a ambos conciertos, todos muy jóvenes, son tiernos pero bastante irrelevantes salvo en ese empeño obsesivo de encumbrar a ambos hermanos que está presente en todo el film; a quien prefieres ¿Liam o Noel?

Pero en lo referente al contenido musical y al sonido del documental, que es lo que realmente importa ;buf, madre mía, excelsos, demoledores, titánicos y todos los adjetivos que se nos ocurran, me hubiese encantado estar allí y tener dieciséis años cantando a grito pelado; “Columbia”, “Supersonic” “Wonderwall”, “Champagne Supernova”, "Cigarettes & Alcohol" y el resto del set list del concierto que en ocasiones llega a poner los pelos como escarpias por su poderío sonoro. Una pena que hayan tenido que empañar una actuación soberbia con tan innecesario “yoísmo”.

Por fin llega el esperado documental de Oasis, presentado de forma original como si fuera el concierto, con su entrada anticipada y todo; una delicia para los fans de los hermanos Gallagher y el resumen de una época vista desde los ojos de quienes presenciaron y fueron responsables también de que tuviera lugar aquel acontecimiento... bíblico.
La película se detiene, por momentos, en las historias personales, algunas realmente emotivas, de algunos de los afortunados que llevaron a cabo la frenética búsqueda del Santo Grial del rock'n'roll de los 90. Y todo mientras escuchamos Slide Away a todo volumen en una sala de cine, o Champagne Supernova, con sorpresa incluida, todo ello amenizado por un Liam en estado de gracia (o ebrio perdido, según se mire).

Escucharás las canciones como nunca lo has hecho, a no ser que estuvieras en el concierto del 96, te alimentarás de la energía del grupo y sus fans, y comprenderás la magnitud, o casi, del mejor concierto de la década.

Benditos años 90.

Live Forever!

Pues una mierda como un piano de cola, uno va al cine esperando ver un concierto que no pudo ver y te topas con hora y pico de gente contando como lo vivió y lo que pasaba en cada momento, que oye está muy bien; pero ni se ve el concierto de seguido, ni se puede escuchar una sola canción sin que la interrumpa un comentario del tipo: "Entonces se apagaron las luces y todos éramos hermanos en aquel prado inglés...."