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La vida invisible de Eurídice Gusmão

Drama Río de Janeiro, 1950. Eurídice, de 18 años, y Guida, de 20, son dos hermanas inseparables que viven en casa con sus conservadores padres. Aunque inmersas en una vida tradicional, cada una alimenta un sueño: Eurídice el de convertirse en una pianista de renombre, Guida el de encontrar el amor verdadero. En un giro dramático, son separadas por su padre y obligadas a vivir en lugares distintos. Tendrán que tomar así el control de sus ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
30 de octubre de 2019
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con 18 y 20 años, Eurídice y Guida, cómplices, además de hermanas simbióticas, arrancan con ímpetu y alegría la segunda mitad del siglo XX. Río de Janeiro, era entonces la capital de Brasil (aún no había comenzado siquiera la construcción de Brasilia), y ya era una población lo suficientemente populosa para perderse (en nuestros días se acerca a los siete millones de habitantes).
La familia de nuestras jóvenes, de clase media, poco amiga de cambios bruscos y abonados al sempiterno "¡qué dirán!"; no es seguramente el lugar adecuado para que un marinero griego introduzca la semilla de la locura. Pero en nombre del amor se producen revoluciones imparables, se toman decisiones que para unas pueden ser perfectamente reversibles y, en cambio, para otros son condenadamente definitivas.

La casualidad, el destino agazapado, el victimismo de machistas zaheridos, la ausencia y su vacío irrellenable, el infortunio ingrato y, ¡como no!, algunos gramos de solidaridad, búsqueda y esperanza, conforman el día a día de dos mujeres que arriesgaron cuando nadie las consideraba heroínas, más bien tozudas e insensatas.

Con justicia ha sido una de las triunfadoras de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid: Espiga de Plata, Mejor interpretación femenina (ex aequo) y el Premio de la Crítica (Fipresci)
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Sinhué
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21 de noviembre de 2019
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Karim Aïnouz, un artista completo

El exitoso paso de La vida invisible de Eurídice Gusmão por Seminci, ya venía precedido de otros premios importantes como el de Mejor Película Un Certain Regard en el Festival de Cannes y el Premio del Público en Festival de Mar del Plata, además de ser la película escogida por Brasil para representarle en los Oscar en la categoría de Mejor Película Internacional (antes conocida como Mejor Película de habla no inglesa). Tantos reconocimientos deben ser por algo.

La vida invisible de Eurídice Gusmão está realizada por Karim Aïnouz, director de cine y artista visual brasileño de origen argelino, con una larga y atípica trayectoria en cine, televisión y en instalaciones de arte contemporáneo, entre cuyos trabajos destacan los largometrajes Madame Satã (2002), biopic sobre un capoerista y transformista, ambientado en un barrio bohemio del río de Janeiro de los años 30, O céu de Suely (2006), drama sobre una mujer abandonada que para salir adelante decide rifar su cuerpo entre los hombres del pueblo, o Praia do Futuro (2014), melodrama romántico de temática LGBT. En todos sus trabajos, explora con delicadeza y gran sentido estético, las relaciones e inquietudes existenciales de sus personajes.

*La poesía de la imagen

No es diferente en La vida invisible de Eurídice Gusmão donde nos ofrece un melodrama con argumento cercano al folletín telenovelesco, sobre la vida en paralelo de dos hermanas separadas por el rencor paterno, que servirá a Aïnouz para insistir en ese existencialismo de una forma tremendamente poética.

El buenhacer de Aïnouz tras la cámara, le ayuda a esquivar con habilidad el caer en el formato televisivo de este tipo de historias y le otorga una profundidad psicológica inesperada que conduce a la emoción sincera y conecta con el espectador más escéptico, contando con la inestimable colaboración en La vida invisible de Eurídice Gusmão del estupendo trabajo de la fotógrafa francesa Hélène Louvart, responsable de la cinematografía de Pina (Wim Wenders, 2011), Lazzaro Felice (Alice Rohrwacher, 2018) o Petra (Jaime Rosales, 2018), entre otras, que utiliza una paleta de colores saturada y colorista que contrasta con el drama interior de sus personajes.

*La importancia de los personajes femeninos

Son dos horas y media de metraje que no pesan en absoluto, pese a la irregularidad de algunos de los elementos que conforman la historia, como el retrato de brocha gorda de algunos personajes secundarios masculinos. Basada en la novela de Martha Batalha y con guion del propio Karim Aïnouz, escrito junto a Murilo Hauser e Inés Bortagaray, La vida invisible de Eurídice Gusmão propone un relato de reivindicación feminista en el Brasil de los años 50, con unos personajes femeninos bien dibujados y algunas secuencias de gran emotividad como aquella en que las dos hermanas están a punto de encontrarse en un restaurante.

La vida invisible de Eurídice Gusmão está protagonizada por Carol Duarte, en el papel de Eurídice, nombre tomado de una ninfa de la mitología griega condenada a vivir en los infiernos, y por Julia Stockler, en el papel de su sufrida hermana Guida, que bien habría merecido aparecer igualmente en el título porque en muchos momentos se convierte en la protagonista del relato. Ambas realizan un trabajo magnífico sin caer en estereotipos, concediendo hondura a su extenso abanico emocional.

*Con sabor a cine clásico

La vida invisible de Eurídice Gusmão tiene una narrativa de cine clásico que se agradece en estos tiempos de la cámara en mano y montajes videocliperos. A través de una inusitada elegancia fílmica, contemplaremos todas las penurias que vivirán ambas hermanas por separado y cuyo nexo en común será su imaginación, como un oasis en el barro. En su mente, cada una de ellas, recreará sobre la otra una vida ficticia que llenará sus corazones de esperanza para superar sus propias fatalidades. Esa vida ficticia es invisible para los demás, como invisibles se sienten esas dos mujeres en un mundo patriarcal que no les permite alcanzar sus sueños ni tomar sus propias decisiones.

*Conclusión

La vida invisible de Eurídice Gusmão es un melodrama de corte clásico, bien realizado y con un tono poético que sobrepasa lo telenovelesco de su argumento. Buenas interpretaciones de sus actrices protagonistas para un relato de reivindicación feminista en el Brasil de los años 50.

Escrito por Daniel Farriol
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Cinemagavia
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26 de octubre de 2019
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía miedo de que este melodrama se conviertera en folletin y dada su larga duración me resultase tedioso.
Para nada, ha sido una de las grandes sorpresas de la Seminci de Valladolid de 2019, depués de varios films para olvidar, uno de los últimos días de festival aparece esta pequeña joya.
Debido al ritmo conseguido apenas te enteras de que ha pasado más de hora y media y al acabar, después de aplaudir con ganas, te das cuenta lo que puede cambiar la vida a dos hermanas de una decisión o de otra.
No quiero ser spoiler, pero la grandeza del film es como lo cuenta y concluirlo con un gran final.
Al menos a mí, me ha transmitido emotividad en muchas secuencias y al dudar de como resolverá el drama el director te mantiene en vivo en todo momento.
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floro
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24 de diciembre de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allí donde hace menos de una década mucho cine de autor minoritario no llegaba nunca a las salas, en nuestro presente, pese a un extenso y en perpetuo ascenso número de variadas ventanas de difusión y opciones para visionar las películas, se estrenan en salas comerciales muchísimas películas, y la gran mayoría de los títulos de cine de autor con cierto recorrido y aplauso. Aún si luego será para permanecer en una sala o dos durante un puñado de días. Propuestas de nicho, y público reducido, que sin embargo disfrutan de una vida en salas que habitualmente nunca tuvieron. Vida en salas anecdótica, que habilita para que el nicho y la crítica especializada las saboree pero para que el resto no tengan muchas maneras de acceder a ellas, pero vida en salas. Una vida en salas que, si no coincide con una predisposición plena por parte del espectador interesado, llamará la atención del cinéfilo cuando ya es demasiado tarde. Ha sido esta mi experiencia con la presente película. Una propuesta que ansiaba por verla, y que de no ser por un azar del destino perfectamente me habría quedado sin ver, pese a mi clara atención de su llegada y predisposición a verla. Se trata del melodrama brasileño La vida invisible de Eurídice Gusmão, ganadora del premio a Mejor película en la sección Un certain regard del último Festival de Cannes. Película que se ha difundido de manera tristemente minoritaria que ha sido excelentemente recibida por todos aquellos que pudieron verla. Costó acceder, pero finalmente pude acomodarme en la sala de proyección en buena compañía. Disfruté enormemente con una muy sentida película, una de las mejores obras del año. Una historia río de separación con profusión melodramático y puntuales tosquedades al definir algunos personajes o instancias narrativas, pero formalmente embriagadora y exuberante a nivel expresivo.
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Néstor Juez
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24 de noviembre de 2019
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos es la primera vez que Karim Aïnouz nos presenta una película sobre el mundo de las mujeres. No empezó su carrera profesional como cineasta, ya que era Arquitecto, pero mientras desempeñaba su trabajo empezó a realizar pequeños proyectos cinematográficos personales, como varios cortometrajes. Pero su primer gran película fue “Madame Satá”, un documental sobre su abuela materna y sus cuatro hermanas. A partir de ese momento y hasta la fecha, el director ha realizado seis largometrajes con innumerables reconocimientos tanto en América como en Europa.

Ahora nos presenta su nuevo trabajo, basado en la novela de la periodista y editora brasileña Martha Batalha publicada en 2015, cuyo argumento arranca en 1934 y se extiende durante varias décadas. La película tuvo su estreno internacional dentro de la sección Una cierta mirada del Festival de Cine de Cannes, donde obtuvo el premio a la mejor película. Aquí en nuestro país la pudimos ver antes de su estreno en salas, en el Festival de Cine de Valladolid. Formo parte de la Sección oficial y gano varios premios, entre ellos la Espiga de plata y el premio a sus dos actrices.

Nos cuenta la historia de Guida y de Eurídice, dos hermanas inseparables con sus propios sueños, que viven bajo la férrea vigilancia moral católica de su padre. La aspiración de la hermana mayor es escapar continuamente de ese control, mientras que Eurídice solo piensa en ser concertista de piano en Viena. Pero en 1950, la única forma de dejar al padre es bajo la petición de mano de otro hombre. Ese entonces cuando Guida decide escapar con un marinero y al cabo de un tiempo vuelve a casa sola y embarazada. A partir de ese momento la vida de las dos hermanos no volverá a ser lo mismo.

El director intenta en todo momento mostrarnos la cruda realidad de las mujeres en aquella época y lo hace a través del melodrama clásico, pero sin caer en ningún momento en la típica telenovela latinoamericana. La historia tiene una fuerza sobrenatural y a medida que va pasando va enganchando más y más al espectador. Queda claro el estilo del director y con una puesta en escena envidiable y una fotografía consigue llevarnos a los años cincuenta. Los actores son una de las bases fundamentales de la película, sobre todo la sobresaliente interpretación de sus dos actrices protagonistas. Me gusta como el director de la un giro a la pasión romántica del género y como une el vinculo de amor entre las dos hermanas durante toda su vida. Para mí es una película imprescindible, uno de los mejores títulos de este año y de visionado obligatorio. Creo que puede estar entre las finalista a la mejor película de habla no inglesa en los próximos Oscar.

Lo mejor: Como recrea el Brasil de los años cincuenta y la actuación de la dos actrices protagonistas.
Lo peor: Que sea catalogada como una telenovela del montón.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
LASO83
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