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Flubber, el invento del siglo

Comedia. Ciencia ficción. Fantástico. Infantil Un simpático y despistado científico que trabaja en una universidad que está a punto de cerrar por falta de dinero hace un sorprendente descubrimiento que puede evitar el cierre del centro: Flubber, una sustancia voladora que produce energía y que se mueve a velocidades supersónicas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
15 de agosto de 2008
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robin Williams es considerado uno de los más destacados cómicos de nuestros tiempos, o al menos, uno de los más populares. Yo no lo veo así, no le encuentro la gracia, que no quiero decir que me desagrade, pero no le encuentro el puntito cómico. Y he llegado a la conclusión de que esto puede ser debido por uno de estos tres motivos;
1) Porque pierde mucho al ser doblado.
2) Porque el humor estadounidense es muy distinto al nuestro.
3) Porque Williams no tiene el estilo necesario para que mi sistema límbico se estimule ante su humor.

Luego tenemos a Walt Disney Pictures como mamá de la obra. Es cierto que para los clásicos animados esta compañía es de sobresaliente. Pero cuando se trata del carne y hueso suele meter la pata produciendo alguna que otra sandez. "Flubber y el profesor chiflado" es un ejemplo perfecto. Y para rematarlo, la coletilla esa de profesor chiflado; cosa más tonta, de verdad.

Y es que para este tipo de comedia, destinada principalmente a los más pequeños, piensan que tienen que caricaturizar o exagerar los matices de absolutamente todo para que los niños lo capten al vuelo; como si fuesen tontos. Ejemplo; el profesor interpretado por Williams es un ser despistado, así es como lo quieren... pues la empanada del caballero chiflado se hace inmensa. Incluso deja de ser un ser completamente normal debido a las tonterías relacionadas con la mala cabeza.

Él solito, por defender a su creación, se tendrá que enfrentar a dos matones repletos de tópicos. El grande y el pequeño, a cada cual más tonto. Y la película va transcurriendo sin gracia ni salero con esta propuesta.

Boba para el adulto, olvidable para el menor. Tan olvidable que ni Bandai comercializó con los muñequitos flubber como si ha hecho con tantos otros.
JuanCádiz
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26 de septiembre de 2007
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de humor absurdo protagonizada por Robin Williams. Sin ser una comedia en que haya que estar riéndose mucho tiempo, se dejan ver algunas escenas divertidas. Aunque los últimos minutos se hacen pesados, por lo general resulta entretenida. La labor del actor es la adecuada, y habría que mencionar como, de un argumento surrealista y malo, se saca un pasatiempos muy olvidable pero que consigue que el espectador no se aburra.
Solo recomendable a los fans de Robin y al que le gusten las historias simples de humor.
Calificación: Pasable.
Dato: ( me animo y le puntuo con 6, por acumulación de 5 en mis recientes críticas.) La nota real se quedaría en el 5,5 mencionado ya que interesante me parece un voto en el que habría que estirarse algo). (Esta vez y pocas más). Ha tenido suerte.
!Un saludo!
neptum
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22 de noviembre de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que cuando se lanzó Flubber se convirtió rapidamente en un boom entre los niños de la época (yo tenía unos diez u once años) y que su primer visionado me resultó de lo más entretenido. El tema está en que a esa edad, para mí eso era suficiente.

Les Mayfield no es un cineasta que cuente a sus espaldas con una gran obra, ni en cuanto a calidad ni en cuanto a cantidad, pero varias de sus películas tienen la capacidad de entretener, lo que ya es un logro. En Flubber, el entretenimiento se basa en un dinamismo visual tremendo y en los buenos momentos que nos dejan todos los artilugios diseñados por este profesor chiflado, empezando por el propio Flubber. El tema es si, más allá de los niños, eso es suficiente para alguien más y, a mi entender, la respuesta es un "no" rotundo. Los buenos números musicales del moco verde y gelatinoso son divertidos, sí, pero no es difícil darse cuenta de que la película vive de sus incontables gags y no llega a profundizar (tampoco queremos a Tony Montana en una película familiar, pero coño... ¡algo!) en ningún personaje. A favor de la película está la intervención en el apartado musical de Danny Elfman, todo un seguro de vida que, en mi opinión, trabajo mejor con bandas sonoras más oscuras.

Robin Williams protagoniza la película en la que, desde luego, no es su mejor interpretación. Para quien haya visto Un sabio en las nubes (película de la que Flubber es remake) no podrá evitar recordar la sobria locura de Fred MacMurray, muy alejada de las casi apayadas idas de olla de Williams, supongo que por exigencias de un guion poco y mal elaborado. Marcia Gay Harden, ni fu ni fa, ya que aunque es la que más momentos de sentimiento atraviesa, no está en pantalla más de 20 minutos y con eso poco se puede hacer aunque se haga más o menos bien. Christopher McDonald, en mi caso, es un actor de esos a los que odio. El tipo es un pésimo intérprete, pero eso no llevería llevarme a querer matarlo en condiciones normales y es eso precisamente lo que me provoca. Supongo que todos tenemos nuestras cosillas...

Resumiendo, que es gerundio: Flubber es una película 100% infantil que hará las delicias de los pequeños gracias a su frenético ritmo de ruidos, gags y colores, pero que dejará a los mayores con la sensación de haber visto 90 minutos de una película que no aporta absolutamente nada.
Grijander
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15 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de esas películas míticas, esas que todo el mundo conoce o ha visto en su niñez. Personalmente la recuerdo bastante y le guardo un cariño especial. Puede ser mejor o peor, no lo niego, pero cuando ves ciertas películas de niño, éste tipo de cine, se te quedan grabadas en la memoria. Son simplemente un producto de entretenimiento, para pasar el rato y poco más.

La historia es sencilla, donde vemos a un profesor de ciencia inventar una masa gelatinosa verde, moldeable y saltarina. Cuenta con el típico villano que intenta robar el invento y la chica en cuestión. Es simple en su propuesta, pero hay que tener en cuenta en sector al que va dirigida. Sirve como pasatiempo, haciendo que esa hora y media que dura tengamos el cerebro apagado y distraído. También es cierto que ver la cinta ahora y haberla visto en su día, como muchos de nosotros, no evoca el mismo efecto.

Robin Williams encabeza el reparto, eclipsando a todos los demás. Para mí, Williams siempre ha sido un actor de mi infancia, con el que crecí y que protagonizó muchas películas que significan mucho para mí. Ésta es una de ellas, aunque no es mi favorita. Encaja muy bien en el papel, haciendo de sus gestos una seña de identidad. El resto cumplen, pero son pasables sin más. Nadie, aparte de Williams, sería recordado por su presencia aquí.

Los efectos especiales son muy buenos. Es una cinta que ya cuenta con 23 años, bastante tiempo, pero para su época impactaban a todo el mundo. El Flubber es el hilo conductor de todo, un personaje peculiar y del que cualquier niño de aquellos años soñaba poseer. En ese grupo me incluyo yo, por supuesto. Me dejó fascinado e incluso tenía juguetes y merchandasing de la película cuando salió.

En resumen ''Flubber y el profesor chiflado'' es una comedia muy conocida y que sirvió de entretenimiento y diversión para muchos niños de la época. Tiene mucho más valor nostálgico que cinematográfico, es evidente, pero para ponérsela a vuestros hijos es una cinta muy recomendable de ver. No deja de ser el típico cine familiar de los 90.

Lo mejor: Es entretenida, Robin Williams, algunas escenas graciosas y los efectos especiales.
Lo peor: Nada importante.

* Un 6 *
John Kramer
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27 de enero de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salta, brinca, babea, se contorsiona, se disloca y resiste el bamboleo sin romper sus átomos de temperaturas superfrías, es un invento revolucionario para las fuentes de energía y también una de las criaturas que más nos sorprendieron de pequeños...

Como a muchos les habrá pasado, acercarse a las películas de Disney o Pixar de finales de los '90 es acercarse a una ventana hacia nuestro propio pasado a través de ella, aunque a veces resulte un ejercicio un tanto tedioso. Y eso es exactamente lo que me ha sucedido cuando en mis ojos cayó la presente por pura casualidad, tal vez un tanto olvidada, relegada a su época, pero al menos de cierta importancia en nuestra infancia; "Flubber" se estrena a finales de 1.997, cuando servidor acaba de cumplir 4 años, y si bien llegaría a ella por medio del VHS, la sensación nostálgica sigue ahí, observándola con toda la piedad posible.
Si bien hay que decir que el personaje del profesor y científico Brainard no es exclusivo. En realidad la compañía quiso resucitar "Un Sabio en las Nubes", una de sus más exitosas obras allá por los años '60, y el veterano John Hughes ejerce de productor, lo cual podría parecer un seguro...sin embargo también se encarga del guión, modernizándolo, y de escoger al reparto, dos elecciones que debía haber tomado con mucho más tino; el infatigable Robin Williams, tras reconciliarse con Disney, es quien se pone ahora en la piel del chiflado protagonista.

Las comparaciones son así odiosas. Fred MacMurray en su encarnación de Brainard lograba un personaje de lo más simpático al resultar convincente sin mucha insistencia en la comedia física, un idiota entrañable que dejaba escapar a la preciosa Betsy al estar tan ocupado con la ciencia sin ningún ánimo de lucro, por el bien y el progreso de la nación y luchando contra algunos villanos de chiste para proteger su creación, pues la imagen que Disney debía dar de aquellos EE.UU. post-2.ª Guerra Mundial y en plena Guerra Fría era la de la pura idealización desdibujada con amabilidad.
No tiene cabida el contexto histórico aquí. Williams hace del nuevo Brainard (Philip, no Ned) alguien con quien pueda dar rienda suelta a su talento para la improvisación más imbécil, a su espíritu infantil descarriado, por eso se lo pasa tan bien interpretándolo, al estilo de su papel en "Hook", solo que más descerebrado y más simple. El esquema argumental es el mismo que el del film de Robert Stevenson, reduciendo elementos y adaptándolos al público de la época, y uno de los más destacados es la sustitución del ama de llaves y el perro del protagonista por robots, en especial ese parlanchín "Weebo" (un walkman gigante con ruedas y un chasis amarillo que flota de aquí para allá).

Pero, en lugar de dejarlo como una versión moderna de C3-PO, el guión lo humaniza, le da voz de mujer y abre, no se lo pierdan, una subtrama romántica entre él y Brainard; es difícil saber en qué estaría pensando Hughes cuando le vino esta idea excesivamente cursi y manipuladora, pero ahí quedó. Marcia Harden es el reemplazo de la más guapa y agradable Nancy Olson como la enamorada harta de seguir esperando al profesor para casarse; el cambio más significativo es la cantidad de humor infantiloide acumulada, que hace de todo un espectáculo ridículo a ojos de un adulto. La versión original, avanzando casi con las mismas escenas, era mucho más ingeniosa y llevadera.
Incluso con el episodio del partido de baloncesto (repetido aquí a petición de Williams) o el del coche sobrevolando la ciudad; de estar alguien más inteligente tras la cámara (Dante o Zemeckis), las cosas habrían sido distintas, pero es el mediocre Les Mayfield (cuyo único título salvable creo es "Milagro en la Ciudad"), y a su falta de personalidad deja que lo rematadamente idiota, por cuenta de su incontrolable actor, se apodere del conjunto. Considerando esto, es increíble que lo que mejore sea el papel del villano, Hoenicker, bastante diferente al antiguo Hawk de Keenan Wynn, quien vociferaba mucho y mantenía una actitud de inaguantable malicioso.

Raymond Barry aporta más credibilidad (toda la que se puede dar aquí) en la intriga que enfrenta el profesor, desafortunadamente acompañado de un remedo de los ladrones de "Solo en Casa" en forma de matones de saldo. Esta subtrama a modo de "thriller" funcionaba mejor en la original, que llevaba a los malos al ridículo total delante del pueblo entero y la presencia de esos militares, quienes, claro, no necesitan aparecer ahora. Nunca podrá describirse la vergüenza ajena que hace pasar la lucha entre ellos y los dos héroes protagonistas de esta nueva versión.
El elemento que conduce a esto es por lo que se distingue el film y lo que le da título: el "flubber", la sustancia milagrosa descubierta por accidente, que no sólo es verde en lugar de morada, además sucumbe a la idiotización del guión, otra vez humanizándolo y convirtiéndolo en una gelatina que salta, da vueltas, tiene voz, reacciona a las emociones y un talento innato para armar líos (más cerca del Loki de "La Máscara" que de su álter-ego de 1.961). Sin explicaciones, simplemente sucede, y hay que tragárselo...y esto lleva a una conclusión lógica, sin precisar un vocabulario tan enrevesado como el del guión, ininteligible para el espectador infantil.

Y es que analizada como película, "Flubber" es una subnormalidad del tamaño de un petrolero, y así lo expresaron los críticos tras su estreno...pero se trata de un producto infantil y de Disney, ¿qué se le puede reprochar? Pues quizás ser menos boba y más ingeniosa (lo habría sido de haberse realizado en los '80).
Esto ejemplifica la gran pérdida de inteligencia que sufrieron los niños en tan sólo tres décadas, y explica la clase de bazofia que hoy día les ofrece Disney. Una ocurrencia muy interesante es imaginar una boda cuyos novios se casan a través de una pantalla; Hughes se adelantó en años a algo que podría suceder en los tiempos actuales...un visionario este tipo.
Chris Jiménez
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