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Me hace falta un bigote

Comedia Cuando Manolo, un director de cine, recibe una carta de su primer amor de la infancia, decide acabar cuanto antes una película que está rodando en la calle con cámara oculta, pues ahora su proyecto es rodar un film que evoque los recuerdos del pasado. (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
7 de agosto de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me gustan mayores. Allá en el rancho grande. Cero en conducta. El milagro de P. Tinto. Más pena que gloria. El bigote de Carrére. La Primera Guerra Mundial. Luis Escobar era heterosexual y nada más.
Tiene el mejor, sin exagerar ni un ápice, comienzo de la historia del cine con la anécdota santa sobre la niña masoquista y el niño Luisito arrasado por el sexo que no deja títere con cabeza, te jibariza/consume/devora, esa cosa. Ostiz y la zarzuela siguen muy alto, una diosa. El tercero en discordia que habla del sexo de pago es barato y el amor no es tan grato, siempre sale más caro, no tanto. El cuarto en cuestión se derrama, la sierra de Guadarrama, o desparrama, como la mermelada, claramente derrenga, nos da un poco de pena, y Summers ya, cuesta abajo, mal actor, con tontadas bigotudas la remata, no precisamente a la escuadra. Ahí estaba Hermida también partiendo la pana.
Sigue el descenso sin frenos cuando llegan los hombres g, qué miedo, nos tememos lo peor, el armagedón. Pero bueno. Manolo recupera/homenajea (a sí mismo) sus grandes clásicos populares, el amarillo y el rosa, to er mundo e güeno, anuncia lo venidero, las películas, por llamarlas de algún modo, con su querido hijo que nos ha salido artista de la música nada menos y es de las nenas el terror pijo y madrileño, y, ya de paso, se va de visita al pasado (Cuéntame qué pasó) de la raza legendario, de nuevo, la falange, esos curas buenos, hacia dios por el imperio o viceverso, esos tiempos bellos, más allá de la cartilla de racionamiento, el puño en alto, el sol en la cara, a contar otra vez la misma historia de siempre, eternamente, con unos niños (ojitos de pez es Manolito) a los que apenas se les entiende, vocalizan de aquella manera, pero bien, brillante, Negrete, con gracia, ingenio, salero, mezcla/fusión de planos narrativos, documental, ficción, recreación, recuerdo, sueño, cachondeo, sarcasmo amable, cariño malsano, irónicamente displicente, juguetona, tontería querible o pasable, parodia, de la crítica al amor hay solo un paso, del odio a la pasión, menos de dos.
Es muy leve, inteligente (director más influyente de lo que pareciera a primera vista o por lo muy poco que se le nombra, estima, cita o tiene en cuenta, ay, Fesser qué diría, por su humor, amor a lo popular y su atrevimiento más o menos formal, esa idotez tan lúcida), se ríe, se quiere, incluso aburre, tópica a veces, como él mismo dice o reconoce, he contado este mismo cuento un millón de veces, como Antonio, el otro, Mercero, la guerra de papá, infinitamente, ojos verdes como el trigo verde.
Juego, caricia, benevolencia, ligereza, burla, artesanía/artenara, es mejor la intención o la apuesta/propuesta que el producto resultante obtenido, pero vale la pena por su pequeña rareza y hasta valentía risueña.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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