Haz click aquí para copiar la URL

Y ahora adónde vamos?

Drama. Comedia. Musical Un cortejo de mujeres vestidas de negro se dirigen al cementerio, bajo un sol abrasador, apretando contra su cuerpo fotos de sus esposos, padres o hijos. Todas comparten el mismo dolor, consecuencia de una guerra funesta e inútil. Al llegar a la entrada del cementerio, el cortejo se divide en dos grupos: uno musulmán y otro cristiano. En un país destrozado por la guerra, estas mujeres muestran la inquebrantable determinación de proteger ... [+]
1 2 3 4 5 6 7 >>
Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
15 de febrero de 2013
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Labaki nos acerca una sencilla historia, pero efectiva, que consigue calar en todo aquel espectador que busque la raíz del cine, qué es el de entretener, pero a la vez el de hacer pensar al espectador, y no sólo contento con ello, consigue encandilar, y por lo tanto se degusta y saborea de principio a fin.

La historia que nos presenta es el de unas mujeres pueblerinas que están cansadas de perder hombres, es decir, abuelos, padres, hijos y nietos, y todos ellos a causa de una de las invenciones más grandiosas o estúpidas, según se miré y se tenga opinión, de la historia, como es la religión, en este caso un pueblo donde viven cristianos e islamistas, y al igual que en el resto del país, la tensión se palpa en el ambiente.

Labaki trae un guión sencillo, con una historia lineal, manteniendo siempre en el centro de ella a las mujeres, su dolor y su sufrimiento, a la vez de su lucha unida, tanto islamistas como cristianas, para que no se desborden los acontecimientos, y todo ello rodeado de dosis cómicas, románticas y dramáticas, dando al espectador esas gotas necesarias para que el aburrimiento ni la pereza se apodere del mismo, y deseando cual será el siguiente punto en esa linealidad argumental.

Actuaciones, poco que añadir, soy necio ante tales actores, desconocidos para mí, incluso la propio Labaki como Abboud, pero no sólo ellos, si no todos consiguen dar realismo a la historia, algo muy importante, por lo menos para mí y seguramente para aquellos que disfruten de la película.

En fin, una historia de personas sencillas, sin alardes cinematográficos, destinado a personas que disfrutan del cine original, donde el guión es lo principal y el resto, tanto los abucheos como los aplausos, quedan en manos del propio espectador.
Ranxomare
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de septiembre de 2011
21 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
La actriz libanesa Nadine Labaki se dio a conocer a nivel mundial con su debut en el largometraje, "Caramel", una película sencilla que trataba de forma cercana la vida de varios personajes femeninos. Tenía buenos momentos pero en general terminaba siendo una película demasiado fácil, buscando la lágrima del espectador en los instantes dramáticos con recursos poco afortunados y la comedia sólo funcionaba a rachas. Lo mismo puede decirse de su segundo trabajo, "Et maintenant, on va où?" (o como se estrenará en España, "Y ahora, ¿adónde vamos?), un film al que le cuesta definir su identidad y que empieza con una desconcertante secuencia musical, continúa como una comedia "berlanguiana" (hay paralelismos con películas del realizador como "Los jueves, milagro") y luego inserta drama social con la guerra de fondo y lo mucho que sufren las madres en esos confictos. La película presenta estos tres frentes y los alterna continuamente, haciendo que la mezcla funcione a ratos.

Los personajes, construidos con apenas dos pinceladas y sin demasiada hondura, están bien interpretados pero desde luego no apasionan. El retrato del pueblo es correcto pero nada especiall y en general no hay mucho que destacar de la película más allá de que cuando funciona bien, lo hace con contundencia, como en cierta secuencia dramática que involucra a una madre y su hijo mayor, u otra en la que la "protagonista" es una vírgen. Lamentablemente la cosa decae de vez en cuando y aunque no se llega a hacer pesada, si que se nota que podría aligerarse eliminando alguna secuencia que está de más. Nadine tiene temple, puede hacer cosas pero la pierde la búsqueda del efectismo y la necesidad de recalcar cuándo debe el espectador reaccionar con risas o con llantos, abusando de forma ilógica del recurso de la música de violín en todo lo referente al drama, por ejemplo. Intenta ir sobre seguro consiguiendo, en verdad, lo contrario. Aún queda mucho que ver en el Festival de San Sebastián pero los aplausos fueron espontáneos y duraderos. Curioso, cuanto menos, teniendo en cuenta la fría acogida de propuestas mucho más valientes (Tree of Life) o bastante más sólidas en general (No habrá paz para los malditos). Se deja ver, y gracias.
Caith_Sith
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de octubre de 2016
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra de esas películas que al llegar de fuera tenemos que ensalzar, y esta doblemente al mezclar géneros sin mucho sentido y desde luego, poca sensibilidad.

Un absurdo sin rumbo, con diálogos que confunden al espectador, donde se cuenta tan poco y se frivoliza tanto en un intento de llegar no sé a donde.

Entiendo la puntuación. Las buenas intenciones de unas mujeres estupendas que cantan y rezan, pero sobre todo hablan... lo cual dice mucho de unos espectadores, desnortados, que no sabemos reconocer un proyecto original, ni diferenciarlo de otro, ciertamente absurdo.
MIRADA MILENARIA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de marzo de 2012
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadine Labaki con este segundo trabajo para la gran pantalla se confirma como una autora más que interesante. Principalmente parte de una buena idea para recrear una historia donde la religión y la mujer son las protagonistas. Y lo hace tomando partido por la mujer como motor hacia un mundo diferente.

La historia de la humanidad se resume en dos planos varias veces presentes: un cementerio con cristianos y musulmanes separados por un camino de tierra, y una pequeña aldea con una mezquita en un extremo y una iglesia en el otro. Ese mundo, como el universo, parece lleno de entropía y tender al desorden, al enfrentamiento, a la muerte... Es aquí donde la directora ahonda en el drama (¿quién dijo que esta película es o pretende ser una comedia negra?, ¡absurdo!). Mientras que otra parte del guión plantea a la mujer como la solución, como la luchadora que quiere evitar ese caos, y lo hace en ocasiones en un tono de fábula con algunas pinceladas de comicidad cómplice, donde se llegan a introducir algunas ensoñaciones en forma de incipiente musical. Esto último sin duda guiño de los orígenes de su directora como realizadora de vídeos musicales.

Si bien el argumento apunta más alto que su anterior "Caramel" quizás el resultado no termina de brillar por encima de aquella porque sin embargo la realización aparece algo más descuidada. "Caramel", aunque con historias sencillas que contar, contenía más poesía en cada plano, más metáforas, más introspección en los protagonistas... Como aquella sutileza con la que contrastaba la dulzura del caramelo y el dolor que causaba al usarse para depilar en comparación con las propias personas en busca de amor, las imágenes del anciano dejando la mesa del café vacía alternando con las de la anciana que se desmaquilla frente al espejo, la pecera separando a la mujer y a la niña... Todo ello suponía belleza de composiciones y fotografía que creando un contexto melancólico comunicaba sentimientos.

Trasladándose de Beirut a un Líbano rural, traslada también estilo y argumento. Así en este filme realización y guión son más directos, abarcan ideas tal vez más profundas sobre la muerte y el odio entre razas y religiones, pero de un modo más desordenado, menos centrado por lo general en los personajes individuales y más disperso hacia el conjunto al mismo tiempo que la cámara se olvida un tanto de la estética cinematográfica. No por ello deja de ser bueno el resultado, conteniendo partes desgarradoras y prueba de sacrificio propio en pos de la paz de todos, como la de la pérdida de un hijo; pero sería tal vez ideal que en su siguiente trabajo Nadine diese el salto combinando los estilos de sus dos películas: el cuidado estético y narrativo con la profundidad de la historia.

Más allá de la muerte, estará siempre ella, la mujer. Velando por un mundo donde en realidad nadie, ni siquiera ella, sabe adónde vamos.
Pedro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de febrero de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Hasta dónde tenemos que ir ya transportando más cadáveres? Ésta es la pregunta que plantea en su última película la directora y actriz libanesa Nadine Labaki, una artista muy aplaudida por los numerosos éxitos de producciones en su país y que ya destacó internacionalmente con "Caramel". Ella se declara cristiana y como bien observamos en su película "¿Y ahora adónde vamos?", vive aprisionada en un mundo que respira el constante conflicto entre cristianos y musulmanes al encontrarse atrapado entre Siria e Israel.
En un pueblo del Líbano, vecinos cristianos y musulmanes viven alejados de la realidad, únicamente comunicados con ella a través de un tortuoso camino y los medios de comunicación. Desde el exterior llegan noticias de aterradores conflictos entre las dos religiones que desembocan en numerosas muertes. Las mujeres del pueblo, atemorizadas con la posibilidad de que la realidad del enfrentamiento llegue a oídos de sus maridos, padres e hijos y que traiga la desgracia hasta ellos, planean diferentes estrategias para evitar la calamidad.
Nadine Labaki demuestra en el largometraje que el odio racial y religioso siempre es arrastrado y avivado por los hombres. El lenguaje que utiliza para exponer este drama es cómico y hasta surrealista, porque, como dice la directora en una entrevista para Europa Press: “A veces hay que ridiculizar los motivos de la guerra para entender las cosas”.
La fotografía muestra una iluminación muy brillante de las regiones desérticas y calurosas del Líbano, con imágenes de un encuadre más parecido a la estética documental. Los cortes que se producen para el cambio de plano rompen la continuidad de la narración, pero añaden una puesta en escena más dinámica y moderna. Los personajes, aunque tratados de manera superficial, son dramáticamente potentes y se detienen para destacar el papel del hombre, en su inconsciente defensa de lo suyo, y el de la mujer, valiente y entregada. La música, compuesta por el marido de la directora, Khaled Mouzanar, armoniza la cinta con una melodía de carácter universal, voz de cada cultura en convivencia que entremezcla la dinámica de una película musical y entretenida con el lamento y drama de la realidad conflictiva de ambas religiones.
La película obtuvo el premio a mejor película en el Festival de Toronto y mejor película extranjera en Critics Choice Awards. Nadine Labaki ofrece una visión de la situación desde una perspectiva amable, cálida y maternal, como una respuesta y movimiento de todas las madres de ambas religiones al conflicto entre sus hijos. Ellas son las protagonistas de la cinta, que avanzan en procesión arrastrando tras de sí polvo, sufrimiento y lágrimas por las numerosas pérdidas que deja la guerra. Las madres se entregan y hacen lo imposible por lo que más aman, y este mensaje de fortaleza y valor, que anima a una sensata reacción a la guerra, es el que presenta la directora Nadine Labaki, protagonista de su cinta y de la situación conflictiva de su país.
Sagitus
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 6 7 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow