Haz click aquí para copiar la URL

Manhattan

Comedia. Drama. Romance Isaac Davis, un neoyorquino de mediana edad tiene un trabajo que odia, una novia de 17 años a la que no ama y una ex esposa lesbiana a la que desearía estrangular, porque está escribiendo un libro en el que cuenta las intimidades de su matrimonio. Cuando conoce a Mary, la sexy y snob amante de su mejor amigo, se enamora perdidamente de ella. La idea de dejar a su novia, acostarse con Mary y abandonar su trabajo supone para él el ... [+]
1 2 3 4 10 20 42 >>
Críticas 210
Críticas ordenadas por utilidad
18 de marzo de 2008
359 de 372 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manhattan no tiene doble mortal con tirabuzón en su trama; no tiene un falso culpable, ni un crimen que resolver; no tiene un giro inesperado en su desenlace, y sin embargo no se me ocurre como hablar de ella fuera del spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Morenito de Maracay
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de mayo de 2005
127 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque fue Annie Hall el trabajo oscarizado de Woody Allen, encontramos aquí la cúspide de su recorrido cinematográfico. Simplemente para descubrirse cuando, acompañado de la música de Gershwin y a través de una fotografía que rezuma poesía en imágenes, en unos pocos minutos nos regala una más que eficaz descripción de Nueva York, completando así uno de los mejores arranques de película que uno es capaz de recordar. Porque esta película se guarda en la memoria como el sabor de un vino añejo, el olor de la tierra mojada tras la tormenta o la textura de la piel de un bebé. La ciudad cobra entonces vida y protagonismo, junto al propio Allen y Diane Keaton, para hablarnos de amores y desamores, dudas y desengaños, reflexiones e ironías a las que el mundo de Woody tiene acostumbrados a quienes no saben cansarse de su estilo narrativo y visual. Éste último aquí aprovechado por él, posiblemente como nunca, con el hábil manejo de la profundidad de campo y amplios planos secuencia.

Se puede así disfrutar de un guión redondo con diálogos ocurrentes llenos de referencias intelectuales y también sarcásticas, donde mención especial merece Mariel Hemingway, de cuya dulce interpretación uno termina de enamorarse para, deseando emular otro guión del director, querer que salga de la pantalla y arrullarla entre los brazos desde el patio de butacas. Pues esta obra de Allen es en definitiva eso: algo que se convierte en cotidiano, pero que no aburre; de modo que cuando nos sorprende el final aún en pleno disfrute no queremos sino que un alma caritativa rebobine la cinta y comiencen de nuevo los acordes de “Rapsody in blue” y las imágenes en blanco y negro de los parques, aceras, puentes y rascacielos de Manhattan.
Pedro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de enero de 2007
95 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realizada por Woody Allen y escrita por él y Michael Brickman, se rodó en panavisión y en b/n, en exteriores de NYC (Manhattan, Sutton Square, etc.). Obtuvo 2 nominaciones a los Oscar (guión y actriz reparto, M. Hemingway). Producida por Charles E. Joffe, se estrenó el 14-III-1979 (EEUU).

La acción tiene lugar en NYC en 1978, entre mayo y noviembre. Narra la historia de Isaak Davis (Allen), de 42 años, divorciado, que mantiene un idilio con Tracy (Mariel Hemingway), de 17 años, estudiante de bachillerato, a la que deja para intimar con Mary Wilkie (Diane Keaton), antigua amante de su amigo Yale (Michael Murphy), casado, pero dado a aventuras esporádicas. Davis es autor de comedias, inmaduro, locuaz y romántico. Mary es inteligente, atractiva, sexy y se siente sola. Tracy es una adolescente precoz (Lolita), tierna, dulce y encantadora.

La película suma elementos de comedia, romance y drama. Explica y justifica la admiración y el apego de Allen por su ciudad. La ve grandiosa, sobrecogedora, trepidante, hermosa, moderna y acogedora y, también, ruidosa, agobiante y sobredimensionada. La recorre con el espectador: Guggenheim, Central Park, Planetarium, Sutton Square, etc. Al inicio y al final ofrece imágenes de la ciudad que glosan su espectacularidad y belleza. Uno de sus mayores alicientes es la amplia oferta cultural qeu contiene: conciertos, cine subtitulado, exposiciones, teatro. Entiende que es símbolo de un mundo de nuevo cuño, el de los 70, poblado por una sociedad superficial, estresada, apresurada, desbordada e insensibilizada por la droga, la televisión, las comidas rápidas, la música estridente, la práctica rutinaria del sexo, la falta de reflexión y de sentimientos. Más que de amores actuales, habla de amores pasados (Jill), desamores presentes (Mary), amores pasajeros, imposibles (Tracy) y traicionados. Explica sus neurosis, inseguridades, contrariedades (libro de Jill), su afecto por el hijo y su idea de que estar enamorado es motivo y causa de inmensa satisfacción. Contradice antiguos prejuicios, al establecer que la adecuada educación de un niño puede correr a cargo de una pareja de mujeres. Explica sus preferencias en música contemporánea (Louis Armstrong), clásica (Mozart, Vivaldi, Mahler), cine (Bergman), litertura (Borges, Tolstoi), teatro (Bretch), pintura (Czésanne), fotografía artística. El amor, la amistad y los placeres del arte y la cultura hacen que la vida (compleja y abrumadora) pueda ser una aventura gozosa.

La música se apoya en Gershwin ("Rapsody In Blue"). Añade otros 17 temas, como " 'S Wonderful", "Do, Do, Do" y "Strike Up The Band". La fotografía, de Gordon Willis, sitúa elementos relevantes en todo el espacio escénico, coloca el foco de atención en posiciones no centrales, crea ambientes íntimos (vela, lámpara solitaria, contraluces) y exalta la grandeza de la ciudad. El guión disecciona la sociedad de los 70. La dirección construye una obra templada, equilibrada, detallista y apasionada.
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de agosto de 2007
117 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmografía de Woody Allen me gustaba bastante, hasta que decidí acercarme a su hueco más intelectualoide/pedante donde, como bien dicen por ahí, si metes con calzador en una conversación chorradas sobre los satélites de Saturno, Kafka o los suecos y sus pelis, la cosa deja de tener interés... y pasa a ser algo hastiante, y es precisamente lo que le sucede aquí a Allen, que si bien acierta añadiendo algo de ese humor del que carecían sus anteriores obras en ámbito pedante, y esos chispeantes diálogos que tanto le gustan a su público, deshecha en muchos momentos todo lo logrado, para que uno termine un pelín irritado en según que instantes, y note sobradamente los altibajos que posee "Manhattan" y que hacen de ella una obra ni mucho menos tan ensalzada como lo que por aquí se comenta, a no ser que te mole hablar con tus colegas de los cuadros de Van Gogh y cosas así cada cinco minutos, intercalando esos diálogos entre otros sobre el trabajo, sexo o amistades.

Todo ello, acompañado de una reiteración de situaciones agobiante, donde una y otra vez asistimos a los mismos hechos, sencillamente cambiando algunos diálogos, ofreciendo cierta linealidad y avance al meollo de la cuestión y repitiendo con constancia cosas que el público ya ha podido observar porque se las has plantado en las narices repetidas veces, pues la cosa deja que desear... y irrita, vaya si irrita.
Y es que, si sabemos que Yeal quiere dejar a Mary porque está casado y siente que no puede abandonar esa responsabilidad (o lo que carajo sea) o que Isaac está ofuscado por el libro que va a escribir su ex-mujer Jill, pues ya está dicho, ¡no es necesario darle vueltas y vueltas a la tortilla, joder! Que ya lo hemos visto, oido y tal... que el espectador no es idiota, no necesita observar como se desarrolla un conflicto emocional paso a paso, por muy intelectualoide que quede... por diox...
Vamos, no lo voy a negar, en algún que otro momento creo que estoy viendo una película incluso más que interesante, pero claro... luego llegan esos instantes con verborrea snob, y a mi me matan, así como también me mata esa hipocresía de la que hacen gala algunos personajes (y que queda demostrada con ese tan lamentable final)

A nivel interpretativo, creo que Woody Allen da más de lo que debería aquí, y logra una caracterización que, más allá de sus aspavientos, bromas y chistes, a mi me sorprende... luego está Keaton que lo hace bien y, sobretodo, Hemingway que lo borda bastante... Murphy está ahí, y hace lo que debe y Streep ni me viene ni me va.
Quizá lo mejor de todo sea esa autocrítica que por ahí mencionaban, y que me parece bastante patente, sin embargo.. y como ya han apuntado algunos, pues lo demás queda en un batiburrillo espeso, con algún que otro momento de gloria...
Vamos, otra de esas sobrevaloradas sí o sí, le pese a quien le pese (y yo soy uno de los que le pesa, que conste)
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de diciembre de 2009
56 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uff, no sé. Me resulta extremadamente complicado traducirlo en palabras. Pero lo intentaré. Yo diría que algún componente muy imponderable y recóndito debe haber en mi background emocional para que me sienta tan irrefrenablemente atraído por esta peli. Un componente que ensambla a la perfección con ese peculiar romanticismo alleniano y que me empuja a empatizar hasta la médula con la mejor obra del gafapasta más célebre de la historia del cine. Pero bueno, dejémonos de monsergas y vayamos al grano. Adoro esta peli por muchas cosas, pero fundamentalmente porque nunca antes ningún cineasta había conseguido transmitirme un sentimiento tan sincero y profundo como el de esa apasionada devoción que le profesa el bueno de Woody a Nueva York. Un sentimiento y una devoción que brota de las notas de Gershwin y de la espléndida fotografía en b/n de Willis y que constituye, a mi juicio, el mejor homenaje cinematográfico que jamás se le ha dedicado a una ciudad. Pero como toda peli de autor que se precie, “Manhattan” exhibe sin ningún tipo de pudor el más puro y genuino sello de su progenitor y ello se manifiesta, por ejemplo, a través de un vendaval dialéctico descomunal ("Mi psicoanalista me advirtió de tu bisexualidad, pero eras tan guapa que cambie de psicoanalista") y a través de una de las más demoledoras autocríticas de los círculos intelectualoides neoyorquinos jamás vista en una gran pantalla. No sería justo con Woody ni con “Manhattan”, sin embargo, si olvidara mencionar su romantiquísima historia de amor. Una historia que culmina, por cierto, con una de las declaraciones de amor más preciosas del séptimo arte. En fin, no sé qué más decir… Quizás que por fin me he decidido a darle un 10. Ya era hora ¿no?
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 42 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow