Buscando a Greta

Película con una historia entrañable que gira alrededor del misticismo que siempre envolvió a Greta Garbo.
En este film nos encontramos con un hijo que quiere conseguir el último de deseo de su madre, que es conocer a la Garbo.Durante su búsqueda, pasaremos por momentos simpáticos, momentos agridulces y momentos delirantes, todo ello aliñado con un elenco de buenos actores, destacando por encima de todo a Anne Bancroft. Junto a ella, un no tan brillante Ron Silver y una secundaria Carrie Fisher. La guinda del pastel es una gran banda sonora, que conforma un film irregular, pero que no defraudará.

Naíf, tierna, liviana, simpática, melancólica historia en la que la enfermedad de la madre omnímoda, doña erre que erre, como de Woody Allen en aquel capítulo de New York Historias, da lugar al hijo para descubrir un nuevo mundo y salir así de su abulia o letargo apático, de su nada y hastío, de la inopia estaba el pobre en babia cazando moscas, pelando la pava, haciendo el indio.
La Garbo es la excusa, hablamos del proceso de liberación de un capullo a ver si acaba en flor o no, si hay suerte o acabose.
Una oficina ominosa, una actriz jacarandosa, una esposa latosa y una misión en la vida o mundo corrupto injusto de oprobio lleno, Dulcinea del Toboso, la otra Lorenzo Aldonza y el Quijote en busca del Santo Grial o el Dorado, on the road, el camino se hace al andar o revienta, del tiempo perdido, mucho, hay que recuperar, algo.
Y la Garbo no existe, es una leyenda etérea, el fantasma y la señora Rolfe que por ahí vive o muere se mueve, por las esquinas como la zarzamora llora que llora.

Ante todo, esta desconocida película de Lumet es simpática, agradable y, lo mejor, emocionante, sobre todo gracias a un guion sencillo y eficaz y a una actriz, Anne Bancroft, superlativa. Solo ella puede hacer defendibles secuencias como las de la cárcel o la de los obreros que quedarían ridículas en manos de otras compañeras. El resto del reparto no está para nada a la altura, desde el sosísimo Ron Silver hasta Catherine Hicks en el papel equivocado. Lo de la inmensa Princesa Leia como ama de casa ridícula es, eso, ridículo. Pero el resto mola, mola bastante porque Lumet se concentra solo en la historia y la historia no puede ser más básica pero también entrañable.