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Un domingo cualquiera

Drama Cuatro años antes, los Tiburones de Miami, dirigidos por el entrenador D'Amato (Al Pacino), habían ganado dos campeonatos consecutivos, pero ahora sólo consiguen acumular derrotas. Además, el público escasea y los antiguos ídolos están en el ocaso de sus carreras, particularmente Jack "Cap" Rooney (Dennis Quaid), que a sus 39 años se aferra desesperadamente a lo poco que le queda como jugador profesional. Por otra parte, son frecuentes ... [+]
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
16 de septiembre de 2007
61 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
El filme se centra en los días cruciales que los “Sharks” de Miami, equipo de fútbol americano, debe afrontar para poder clasificarse para los preciados play-offs que dan acceso al acontecimiento deportivo del año, la Super Bowl. El veterano entrenador Tony D’amato (Al Pacino) se verá obligado a vérselas con un vestuario roto y desmoralizado, y por si fuera poco, deberá aguantar los irritantes caprichos de la joven propietaria del equipo (Cameron Diaz).

No voy a engañar a nadie, ‘Un domingo cualquiera’, a pesar de los nombres que la componen, es una película irregular. La parte que trata sobre la vida personal de los deportistas, aunque necesaria para la trama, cae en un sinfín de clichés sensiblones y se acaba haciendo algo aburrida. Este es el lastre del filme. Pero donde Oliver Stone triunfa es en describirnos el mundo del deporte. Un mundo aparte que aparentemente es sencillo y maravilloso, pero que tras de sí oculta escabrosas tramas de corrupción, altas dosis de inmoralidad y muchas vidas destrozadas.

Estamos hablando aquí del famoso entorno. En otras palabras, una inmensa cantidad de gente (aquí los secundarios) que en mayor o menor medida inciden directamente en el día a día de los jugadores: el médico tan ocupado en su lujosa vida personal que ha perdido por completo el interés por la salud de sus pacientes ; el periodista emperrado en reducir a cenizas la carrera del ya abatido entrenador ; los patrocinadores que obligan a los jugadores a rendir a un ritmo sobrehumano que llega a poner su vida en juego ; los políticos que ven la competición deportiva como otro negocio al que echarle el guante... y la lista se hace interminable. Así pues se tratan aquí los enfermizos mecanismos que mueven un espectáculo que arrastra cada semana pasiones y beneficios económicos incalculables. Porqué el deporte es así, una gran montaña de mierda que paradójicamente consigue crear en cada partido algo precioso e indescriptible.

Así hay que ver ‘Un domingo cualquiera’, como un trabajadísimo ensayo sobre el deporte. No sobre cómo debería ser… sino como realmente es: una monstruosa maquinaria que sin importarle los medios, y con la premisa de “show must go on”, consigue siempre alcanzar la categoría de gran circo, de espectáculo (“showtime”). El constante bombardeo musical y de fotogramas ayuda a recrear la intensidad con la que se viven los partidos, y a conseguir un producto visualmente poderoso. Es una película de altibajos, donde abunda el sufrimiento, la alegría, y a la postre el espectáculo. En definitiva, todo lo que se le puede pedir a... “un domingo cualquiera”.
reporter
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13 de marzo de 2008
50 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, a mí me encanta “Un domingo cualquiera”. La habré visto unas cuatro o cinco veces y siempre me parece disfrutarla como la primera vez. Es más me parece la última gran película de Stone.

Tengo cierta predilección por las películas que tratan temas deportivos, aunque este subgénero en general suele ser muy infantil y carente de verdadero realismo. Por eso creo que “Rollerball” y “Un domingo cualquiera” son dos de las que más se acercan a como funcionan los entresijos del deporte profesional.

Y todo ello gracias a tres elementos que coordinados hacen de esta una película magnífica. El guión del reputado John Logan, que además de Stone ha trabajado con Tim Burton, Edward Zwick, Martin Scorsese...Los actores, Al Pacino, Dennis Quaid y James Woods están fantásticos, y el resto tampoco desentonan. Y por último ese maestro del montaje que es el señor Oliver Stone, el mejor alumno contemporáneo de Serguei Eisenstein.

Y no tiene nada de infantil. La disección del espíritu humano que hace Stone en esta película es asombrosa, pero además sin perder en ningún momento el sentido del humor. Y a pesar que algunos puedan quedarse en sus incontables planos –es verdad que su impacto visual es tremendo- y su cierta estética videclipera, en ningún momento va dirigida a los adolescentes, es una historia madura que habla de problemas tan serios como el éxito, la familia, los celos, el poder o simplemente el respeto a uno mismo y a los compañeros.

Masacrada injustamente por la crítica e incomprendida por el espectador europeo, que sólo cree ver un deporte que no comprende, aconsejo que se visione desde arriba, observando el cuadro completo para poder apreciar el impecable retrato de una sociedad que convierte a los nuevos gladiadores en mitos y olvida a los viejos en cuestión de días. Aquí pasa lo mismo.

Nota: 7,8.
vircenguetorix
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18 de agosto de 2007
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver Stone fue en su momento una de las irrupciones más intensas en el mundo del cine. Muchos dirán que estos inicios espléndidos se fueron diluyendo en polémicos filmes, que olvidaban la imporantacia de lo que contaban en favor de alimentar esa fama de fustigador de conciencias. Un domingo cualquiera es una buena película, una buena película a la que se le puede objetar no ser excelente, contando con unos mimbres extraordinarios. Quizá uno de los problemas de Stone es su tendencia a la grandilocuencia, su falta de concisión y el film se resiente de su duración, 150 minutos distribuidos en planos de escasos segundos son muchos planos. El material con el que contaba Stone, su reparto, el guión eran argumentos más que suficientes para mantenernos atados a la butaca, pero una vez más el bueno de Oliver cayó en la tentación de aturdirnos e interntar impresionarno.
La película nos presenta el mundo del deporte profesional como un gran circo romano en en el que los intereses se sobreponen a la épica propia del juego. Los jugarores son galdiadores, con sus glorias y sus miserias, con sus egos y sus ruindades, soldados perdidos en un mundo que les agasaja y devora al mismo tiempo. Si la comparamos con otros productos recientes ambientados en el mundo del deporte como "Goal!", "Any given Sunday" aparece a años luz en la capacidad de analizar todo el fenómeno que supone el deporte en nuestra sociedad. Los retratos de los personajes son certeros, con fabulosas interpreteciones como la de Jamie Foxx, al que es dificil encontrar paralelismos con figuras de otros deportes. Nada que decir de la solvencia de los secundarios como Ann Margret, simpre espléndida, Dennis Quaid o el medido LL Cool.
Y luego Pacino, uno de los grandes, en un papel para su lucimiento. Sus monólogos son absolutamente llamativos y su talento lo envuelve todo.
Con todo esto, Stone no necesitaba hacer tantos quiebros en el montaje, ni intentar subir constantemente la temperatura de la cinta con tanta cámara lenta, ni tanta estética de videoclip. Pero si algo hay que decir de Stone, es que siempre arriesga.
De todas formas, si "Un domingo cualquiera" se os pone a tiro y teneis tres horitas para dedicarle... adelante, encontrareis más de una secuenca para vuestro recuerdo.
Migatoyyo
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12 de julio de 2007
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un ojo en Tony Scott y otro en él mismo, Stone dirige un filme de entretenimiento sobre su deporte favorito: el fútbol americano.

Y... ¡Oye! La historia no sera "Platoon", pero el entretenimiento está asegurado pese a la larga duración del filme: los costalazos, puntos y placajes duelen de solo verlos y uno se mete en ese salvaje deporte incluso aunque desconozca sus reglas.

Por otro lado, el cásting es realmente potente (empezando por un Pacino-Entrenador en plena forma), la BSO es de un hardcore que impresiona y el número de planos por segundo es tan elevado que el ojo no tiene tiempo ni para parpadear.

Muchos dirán que es una americanada, pero su reflexión sobre las estrellitas, la fama fugaz y el deporte de equipo se puede también aplicar al balompié. Porque... ¿Acaso no están siempre surgiendo gente como Beamen en baloncesto, fórmula uno o...?
metabaron
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15 de junio de 2007
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film de Oliver Stone, que a ésta altura ya merece ser considerado uno de los grandes directores con propio guión de los últimos tiempos, pero que no llega a deslumbrar por algunos fallos importantes.
La historia seguramente no es la mejor; es la típica del gran equipo de fútbol americano que pasa momentos difíciles, con un técnico héroe en el pasado y actualmente repudiado y sin el apoyo presidencial de otros tiempos. Y de ahí se desprenden diversas situaciones que alimentan la trama de la película, como la aparición de jóvenes promesas pidiendo pista, el desplazamiento de un histórico del plantel, el racismo, las influencias dirigenciales a la hora de formar la alineación, el deseseperado intento de la prensa por meterse en el ámbito interno de un equipo, los problemas de compañerismo en un mismo vestuario, la problemática vida privada del entrenador, etc... etc... etc.

Si vamos a las actuaciones, ¿que decir de Pacino? Gozando de un tremendo guión, realiza otra vez una estupenda caracterización, que nos permite disfrutar de un discurso técnico cuando en cualquier otra ocasión sería la excusa perfecta para cambiar de canal. El resto, con varios actores consagrados, hacen correctamente sus papeles, pero los aplausos se los lleva Al, demostrándonos que con el tiempo no se pierde la magia.

Sin embargo, las muchas idas y vuelta sobre un mismo tema, partidos similares con escasas diferencias entre ellos, tensan demasiado el desarrollo, y el film se convierte en algo pesado de a ratos, llegando a un extremo de total alargamiento: casi tres horas es muchísimo tiempo para una historia tan simple, como bien dice el título, para un domingo cualquiera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Melli
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