Cambio de papeles

Tú no eres nadie, solo un vacío que debería ocupar otra persona.
La idea(s) no es nada mala (el triunfo y el fracaso son dos impostores como decía el otro, otra puede sacarle mayor partido a tu vida, tú no eres tú, es casi -una- cualquiera, las apariencias, las cabronas, engañan, a la gente le da igual quien eres en verdad, lo que cuenta es que des dinero y, a ser posible, no jodas a los demás en exceso, y un largo etcétera), la propuesta es simpática (amable, humilde, más o menos cercana y bonachona) y Drew Barrymore es la mar de maja también o incluso más si cabe gorda (de siempre, poco provecho -artístico- le ha sacado a eso, mucha mala película junta, tanta comedia boba adorna/jalona su prolífica trayectoria), pero nada de lo que allí sucede o pasa tiene un pase o es mínimamente creíble, es una gran tontada (desde el noviete carpintero de la muerte hasta, en el doblaje español, por lo menos, la clara/escandalosa diferencia de las voces, a quién se le ocurre -cómo no van a darse cuenta-, o de narices, la mansión para ella sola que tan alegremente a su suerte abandona y otro tan largo etcétera repleto de chorradas e incongruencias) y la posible crítica, tan necesaria, a la industria del entretenimiento o cine es muy superficial, nos sabe demasiado a poco, no meten el dedo en la llega apenas nada, se conforman con una leve o simple mirada.
No acaba de ser cruel o salvaje, muy satírica o algo vitriólica ni tampoco lo suficientemente fina o elevada o delicada y querible. Es poca cosa, fallida, timorata, lastimosa, algo pequeñito.

La primera aclaración es que no es una comedia, es un thriller acerca del egocentrismo, la mentira y el deseo de pompa y prestigio. La historia es oscura, mientras que las facetas del papel de Drew hace que haya brillo, emociones, con pequeños momentos que nos obligan a tragar para darle continuidad a la historia, los personajes mantienen coherencia en sus personalidades, motivaciones y diálogos.

Para pensar, para darnos cuenta.
Me reí con los gagas, sí... y con un par de charlas armadas para eso.
La compré como comedia y enseguida me di cuenta que iba un poco más allá. Que necesitaba prestar un poquito más de atención porque no iban a ser una sucesión de chistes y chascarrillos. Había algo más...
Una crítica la idea del "wannabe"
Una crítica a nosotros, los que vemos y compramos historias y personajes.
Divertida, predecible en los giros nos permite leer lo que nos cuenta por detrás...