Un mayordomo aristócrata

La comedia sofisticada se desarrolla en ambientes refinados donde se pone en relación a personajes aristocráticos a través de diálogos con réplicas brillantes, se basa en situaciones equívocas y confusiones de todo tipo y propicia la evasión, aunque contiene elementos dramáticos, y, en el fondo, una crítica más o menos hiriente o amable hacia las convenciones sociales y la hipocresía.

Esta definición viene como anillo al dedo a esta película, un claro exponente de ese subgénero de comedia o género, si tenemos en cuenta a la comedia cómo la categoría que es.

Es un retrato de una época y una sociedad muy determinadas, situada principalmente a finales de los años 30, los 40s y principios de los 50s en Estados Unidos.

No es un título demasiado conocido, pero contiene muchas virtudes, a un carismático y elegante David Niven, unos diálogos ingeniosos y divertidos, en especial en el papel de la madre, y ofrece una gran vía de escape con calidad.

Una familia es una conjunción de seres que, invariablemente, se necesitan unos a otros para poder avanzar en aquellos aspectos de la personalidad de cada uno adonde no ha llegado la luz. Cada ser humano tiene su lado de sombra y su tarea, en cada existencia, es procurar que esta sombra se ilumine mediante el ejercicio de los grandes valores que vienen con nuestra esencia, y que requieren de la conciencia y la voluntad, para poder fluir a diario. Pero, decirlo es mucho más fácil que hacerlo porque, de la misma manera que tenemos valiosos potenciales, también cargamos con tendencias empobrecedoras y destructivas que no es tarea fácil vencerlas.

Así es este difícil juego de la vida donde hay gente seriamente comprometida con su evolución personal, pero, la gran mayoría, no sobrepasa sus requerimientos primarios, y en vez de aminorar su polo de sombra, lo expande débilmente cada día. Pero la vida es perfecta, acciones producen reacciones, y al final, cada quien recoge exactamente las justas consecuencias de sus pensamientos, palabras y acciones.

La familia Bullock, como tantas otras, tiene sus puntos a favor: Una linda casa; una mamá comprometida con la labor social en beneficio de chicas descarriadas; un papá paciente al que, hasta ahora, le va bien en los negocios; dos hijas muy atractivas; una doncella prudente y analítica; y un joven apadrinado que, a la señora Angélica, la hace sentir que cumple con su tarea humanitaria.

Pero los Bullock también tienen sus nubecillas: Irene y su hermana Cordelia viven en una rivalidad permanente; el apadrinado, Vincent, es un tragón cómodo que, cuando canta, el “bravísimo” perro que Irene compró para que la protegiera de su mañosa hermanita, le hace un perfecto dúo; y el papá siente que “una hora fuera de casa es una hora más de vida”. Pero, por suerte para ellos, ha llegado Godfrey el nuevo mayordomo, y así comienza una singular revolución familiar que traerá diversión, serios cuestionamientos, personajes encantadores... y un estupendo ambiente de screwball comedy que no deja frío a nadie.

Con un guion escrito por William Bowers y Peter Berneis, quienes partieron de la novela, “1101 Park Avenue” de Eric Hatch, y dirigida, con mucho tino, por Henry Koster, <<UN MAYORDOMO EN APUROS>>, consigue una acertada puesta al día de aquel notable clásico titulado, “My Man Godfrey” (Gregory La Cava, 1936), modificando detalles muy precisos y añadiendo unas cuantas cosas con evidente buen gusto. El perro, por ejemplo, fue una agradable inclusión. El cambio de Tommy por Francesca permite acceder a una mujer encantadora (Eva Gabor) que demuestra que, a Godfrey, no le iba tan mal en la vida. En los diálogos se agregan apuntes muy jocosos y bien afilados... y en las actuaciones, David Niven no tiene que esforzarse para resultar elegante; June Allyson luce encantadoramente loca y divertida; y Martha Hyer vuelve a llenar la escena con su exquisita belleza.

Título para Latinoamérica: <<EL INCOMPARABLE GODFREY>>

Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
Las comedias de enredo de los 40, 50 y 60 se caracterizaban por su histrionismo dentro de una hipérbole siempre en franco aumento hasta el desenlace final. En cierta medida la comedia siempre ha usado el recurso de la exageración como medio de parodiar situaciones y comportamientos a menudo hilarantes. Intentar diseccionar esto con el bisturí de la áspera realidad, siempre redundará en un fracaso, puesto que no se ajusta a los normales parámetros de conducta y situación. De hacerlo, la mayoría de las comedias de enredo serían guillotinadas. Gracias a Dios no es el caso, y solemos ajustar las opiniones al género en el que nos desenvolvemos, sean películas o lechugas. Una película de esta clase pide dejarse llevar por la catarsis enloquecedora y divertida, dejando de lado lo plausible de la situación, lo cual nos haría denostar películas como "Vive como quieras", "Arsénico por compasión", y muchísimas otras de idénticas características.
La película de Henry Coster es un remake de "Al servicio de las damas", de 1936, basado en un relato de Eric Hatch. Los diálogos en la presente son rápidos, ingeniosos y chispeantes, y el elenco hace su cometido rodeando a la pareja protagonista, con una pizpireta June Allyson en su papel de alocada niña rica, y un hierático y elegante David Niven, en un papel que le es idóneo, dado su porte y naturaleza. Y digo naturaleza porque se deben leer las biografías de este hombre para tomar conocimiento de su porte, cultura y don de gentes, como parte de un gran atractivo. Hombre singular con experiencias tan grandes como para hacer una película de su vida, dejó el cine para servir a su país en la Segunda Guerra Mundial en la que alcanzó el grado de teniente coronel. Pero no es del sin par Niven del que he de hablar, sino de esta comedia, tan divertida como simplista, producto de una época ya fenecida, y no por ello olvidada. Para finalizar, les aconsejo que no se dejen llevar por los razonamientos aquí convocados, ya sean alabanzas o detracciones, y vean ustedes la película para dar su voto.

Remake de la estupenda "Al servicio de las damas", que no consigue superarla ni igualarla pero deja un aroma agradable tras su visión.
Sin ser una gran comedia sus mecanismos funcionan y al final resulta muy simpática.
El aspecto técnico es impecable, con una cuidada fotografía y dirección artística de interiores, amén de una funcional labor en peluquería y vestuario.
Es previsible pero su clima es romántico está muy conseguido resultando al final una simple pero muy maja historia de amor que destila un cuidado romanticismo que se le gusta sin pestañear.
Muy bien los intérpretes aunque es cierto que june Alison es un poco mayor para su personaje pero lo hace bien.
Una comedia que funciona bastante bien aunque no deje una huella imborrable.

No entiendo absolutamente nada de «Mayordomo aristocrático». ¿Comedia romántica? ¿Esto?

Si se considera romántico que dos personas decidan casarse, vale, puede ser. Si tienes cualquier otra idea de romántico entonces no, esta película es al romance lo que puede ser al thriller. Es decir: nada. No entiendo que sea una historia de amor. No hay entre los protagonistas relación de ningún tipo, ninguna conversación, ningún momento que sea amoroso, romántico, íntimo; algo que demuestre y justifique el enamorase, el tenerse cariño; que se vea que hay sentimientos sinceros, especiales. Lo único que vemos son acosos espontáneos de una loca. Me hubiera encantado que cuando Irene le pregunta «¿por qué?», Godfrey le respondiese: «porque no te quiero». Eso sí hubiera sido consecuente con la falta de interés y frialdad que se demuestra durante toda la película.

Es que además me puedo creer que te enamores de David Niven, de acuerdo, pero ya lo que no me creo es que conquiste a todas las mujeres sin que en realidad haga gran cosa excepto ser muy elegante y respetuoso. Ni siquiera conocen su vida, su pasado, su auténtico carácter fuera del papel de mayordomo. Vamos, que no.

Luego están ellas. Las mujeres de «Mayordomo aristocrático» quedamos fatal, como es la costumbre, pero es que me parece que la peor de todas es la protagonista, o es que por ser la protagonista esperamos otra cosa que no es. Algunas pueden ser unas frescas, otras tontas y la siguiente caprichosa, pero es que Irene lo tiene todo: una loca chillona, descerebrada, arrastrada, petarda y pesada. Lo que no puedo creer de ninguna de las maneras es que te enamores de esta chica. Imposible. Hombre, mala persona no es en principio, pero tampoco demuestra un alma muy noble, solo caprichos de niña rica producto de sus rencillas con la hermana mayor.

Encima se supone que es divertida… Algún diálogo me hizo sonreír, creo. La vena cómica es inexistente, y mira que tenía posibilidades dado el planteamiento. En fin, otra comedia sofisticada fallida.