Calabozos y dragones

Querido Master:

No te has currado nada la partida. Ya somos un poco mayores para historias de reinas buenas y magos malos, ahora queremos politiqueo a tutiplén y muchas más minibúsquedas, porque estamos hartos de tirar con los mismos objetos toda la partida. De hecho, queremos muchos objetos y no sólo uno superpoderoso que aún encima no podamos quedarnos porque tenemos que usarlo para salvar al mundo.
Por cierto, para tu información, los enanos suelen ser enanos, en éste mundo y en aquel. Vamos, que son bajitos y de facciones gnomescas. Los elfos, por añadidura, son delgados y gráciles y no deberían aparentar que se han pegado un atracón de fosquitos y Franziskaner mientras esperaban en la taberna del pueblo.

Tampoco entendemos porqué no hemos subido quinientas veces de nivel si hemos matado a tantos dragones ni porqué éstos sólo tenían diez puntos de vida cuando hasta a un orco de nivel medio ya tardas más de cinco minutos en cargártelo.

Te suplicamos también que no uses la Pizarra Mágica de Bandai para diseñar la planta de los dungeons. Nos gusta el éxito fácil...pero no tanto.

Y por último, date cuenta de que un beholder no es un chucho y jamás se va a comportar como tal.

Esperemos que para la próxima vez (que ojalá no llegue nunca), te trabajes más el trasfondo, las fichas de PJ, la historia y los hechizos...éstos son demasiado cutres. Porque cualquier módulo de principiante parece escrito por Dumas y planificado por Rommel comparado con este estropicio al que nos has sometido durante los que sin duda recordaremos como los 100 minutos más eternos de nuestra vida.
Respétanos hombre: que somos frikis, no gilipollas.

Con cariño

Los jugadores.

Mala, mala....parece que está como hecha sin ganas...tan mala es que hasta consigue que Jeremy Irons actúe mal ( sobreactúa de lo lindo).
Lo peor es la decepción que te llevas, teniendo en cuenta lo que ha significado Dragones y Mazmorras ( la serie, los libros etc) para los amantes de la fantasía. Como dijo ya un colega: querellable. No se puede jugar así con los sentimientos de las personas, hombre...

En su favor diré que es mejor que "la última legión".

Por otro lado despedir a Gary Gygax, recientemente fallecido, que creó este universo cogiendo el relevo de Tolkien, Bob "dos pistolas" Howard y de tantos otros autores; y a mi juicio, no les desmereció. A vosotros: Queriaís entretener y no sentar cátedra; vertir vuestros sueños y aventuras en negro sobre blanco. Que hay en el mundo guerreros de anchas espaldas, pero un poco lentos de mollera, magos enjutos e inteligentes, pícaros taimados que hablan despacio y sútil, y tras una sonrisa esconden sus aviesas intenciones, que hay villanos y unos pocos héroes; todo eso era cierto, teníais razón.

Hace poco se nos fue otro alquimista que ungía su brillante ungüento en nuestras almas para despertar el afán de las aventuras. Y un amigo me dice:

- Cuando se muere la gente que influyó en tu modo de ver la vida, entonces estás envejeciendo.
Y yo le contesto.
- Para mí envejecer es gustarte las películas de Ingmar Bergman. ¿Y sabes qué?
- ¿Qué?
- Me da miedo alquilarlas.

Descanse en paz Gary Gygax. Custiodiaremos la puerta de la mazmorra sin dejar entrar a nadie que no esté dispuesto a ceder toda su imaginación y ganas de divertirse durante un rato. Antes dejaremos que salgan los dragones y que vuelen por tu memoria por última vez.

Uffff!!! pero no se puede permitir que cosas como estas vean la luz... ¿no hay nadie que se dedique a dar el visto bueno a las películas antes de exponerlas para la gente que gasta su dinero en ir al cine, o en alquilarlas en un videoclub? pues debería, que hay mucho paro, y es bastante necesario.
A Jeremy Irons no se le debe perdonar participar en esto, que tiene un nombre dentro del mundillo. Ahora, lo peor es el muchacho negrito... quiere ser tan simpático, que se convierte en lo más antipatiquísimo que he visto jamás tras una pantalla.

Para mandarla junto a otras cosas al rincón más escondido, tenebroso y olvidadizo del cerebro... y tirar la llave del candado al mar.

Es una película sorprendentemente mala. El uso de clichés es abrumador, desde el clásico negro chistosito hasta el héroe noble de corazón. La falta de guión y lo inverosímil de la historia raya en lo patético. Increíble que actores como Jeremy Irons se presten a participar en semejante bazofia. Aparte de unos efectos especiales bien logrados en la recreación de los dragones, la película es totalmente desdeñable. Difícil aguantar hasta el final este fallido intento de cine.