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Juarez

Drama El emperador Maximiliano (Brian Aherne) llega a México para instaurar un gobierno imperial y tropieza con la oposición, primero oculta y después abierta, de Benito Juárez (Paul Muni). Maximiliano es un idealista que ha sido víctima de la astucia de Napoleón III (Claude Rains). El emperador cree realmente en las ventajas del sistema monárquico, mientras que Juárez lucha apasionadamente por la república. Cuando Francia retira su apoyo, la ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
20 de mayo de 2013
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
1939 fue el año de la mejor cosecha para el cine. Ese año se dieron verdaderas obras maestras que todos conocemos, sin embargo alguna como la que nos ocupa ha pasado un tanto desapercibida a pesar de ser una obra de gran calado y enorme atractivo tanto técnico como actoral.
Película en la que la Warner no escatimo esfuerzos para retratar la biografía del mítico revolucionario México Benito Juarez, en cuanto a decorados,montaje, vestuario y un cartel con muchas de las primeras estrellas de la época.
La obra es bastante fiel a los hechos acaecidos, sin falsos maniqueísmos retratando unos personajes desde un punto de vista bastante objetivo,sin que por ello se resienta el ritmo y el interés de la cinta.
Fue la tercera colaboración entre el director Willian Dieterle y Paul Muni y seguramente la mejor. Y donde Bette Davis tiene un corto pero interesante papel, en la figura de la esposa de Maximiliano de Habsburgo. Interpretado aquí por Brian Aherne, un actor poco conocido pero que se luce dando brillo a un personaje de gran calado histórico.
Sí tienen oportunidad de verla no se arrepentirán, es una película histórica, que posee también una enorme carga emocional. Sin duda muy recomendable.
No quiero dejar de pasar la ocasión para darle las gracias a mi amigo G.Caballero que fue el que me la consiguió.
Walter Neff
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11 de marzo de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Tuve la desgracia de no haber conocido a mis padres, Marcelino Juárez y Brígida García, indios de la raza primitiva del país, porque apenas tenía yo tres años cuando murieron, habiendo quedado junto a mis hermanas al cuidado de nuestros abuelos paternos”. Así comienza el recuento de sus primeros años, el gran líder revolucionario y presidente de México, Benito Juárez, en su autobiografía, “Apuntes para mis hijos”, que escribiera en 1857.

Muertos los abuelos, Benito tendría que vivir con un tío muy dado al licor los fines de semana, pero quien supo ayudarle para que aprendiera a leer, al tiempo que lo animaba a aprender el español convenciéndolo de que, de esta manera, podría prosperar. Dotado desde pequeño de una gran cordura que lo llevaba a hablar solo cuando sabía, exactamente, lo que iba a decir, Juárez fue un hombre con tendencia a la soledad, pero al mismo tiempo era un hombre solidario y preocupado por los problemas de su gente.

En el mismo año en que se declaraba la Independencia de México (1821), se matriculó como estudiante externo de un seminario, y trece años después, cuando ya se había iniciado en la carrera política, se licenció como Doctor en Leyes… y desde entonces, un sendero que, muy pocos conseguirían trasegar, se convirtió en su destino: Rechazo, discriminación, exilio, temporadas en la cárcel, líder de una Guerra Civil, declarado enemigo de las potencias invasoras, diversos atentados contra su vida… y generador de grandes cambios en el pueblo mexicano hasta convertirse en un caudillo político y casi un líder espiritual.

De lo que ocurre a partir de 1864, cuando Francia reemprende la dominación de México, y con un falso plebiscito impone en el poder al archiduque Maximiliano de Austria (dignidad que ostentó por su filiación con la llamada Casa de Habsburgo), va a ocuparse esta gran película que ha dirigido el alemán, William Dieterle, con una emocionante historia que dejará muy bien plantada la suerte de líder que fue Benito Juárez, al tiempo que se limpiará, con mucho tino, la imagen de aquel aristócrata que sirvió de títere manipulado al imperialismo napoleónico.

Paul Muni, se pone en la piel de Juárez, recreándolo con una verosimilitud admirable y logrando que, con palabras precisas y con actitudes de la más elevada cordura, emerja como un líder revolucionario de nunca olvidar. Por su parte, Brian Aherne, impone una gran altura a su personaje de Maximiliano, logrando dignificarlo con los matices de su voz, su excelente porte y su apreciable apariencia física, que, no por nada, lo convertiría en numerosas películas en “el americano ideal por su encanto inglés”. Bette Davis, tiene aquí un corto pero significativo papel como la esposa que, cada que habla, determina el rumbo que tomará su marido. Y Claude Rains es Napoleón III, el hombre que mueve las cuerdas de la dominación y el arrasamiento, sin poner nunca su propio pecho.

El filme tiene momentos de gran fuerza dramática, como cuando Benito Juárez explica a su comandante Porfirio Díaz (John Garfield) el profundo significado de aquella palabra (Democracia) que “es lo único que nos separa”, según expresa Maximiliano. Muy bello también el momento cuando Carlota confiesa a su marido el aprecio que tiene por la canción “La paloma”. Y de gran fuerza política, la llegada de Juárez para confrontar públicamente al nuevo presidente Alejandro Urabi.

Magnífico guión de John Huston, Aeneas MacKenzi y Wolfgang Reinhardt, según la novela “The Phantom Crown” (1934) de la alemana Bertita Harding (1902-1971); y excelentes composiciones fotográficas las que, Tony Gaudio, consigue en numerosos momentos.

“JUÁREZ” es, sin duda, otro gran éxito que se le suma a la extensa obra cinematográfica de William Dieterle.
Luis Guillermo Cardona
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29 de agosto de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película en la que se ponen de manifiesto los entresijos políticos, con las decisiones más audaces e interesadas que uno pueda pensar. En este caso México, siglo XIX, con los Estados Unidos en plena guerra civil, y aquel país inundado de franceses a quien un indio, Benito Juárez, trae en jaque con su inteligencia militar y su enorme poso de hombre racional, equilibrado y amante de su país, y muy lejos del típico gobernante interesado.

En una guarrada política astuta del emperador francés es elegido Maximiliam para instaurar la monarquía y quitar del medio al indio Juárez, pero éste emperador austriaco, con una esposa fiel a sus principios, Bette Davis, no resulta ser un gobernante fácil de manejar y además traslada unos ideales limpios y sanos hacia la convivencia del país, tratando por todos los medios de instaurar la paz.

La película tiene ese encanto, de ver a estos dos gobernantes, con grandes cualidades, enfrentados por toda la gentuza que les rodea. Un capítulo muy interesante del México de aquel entonces. Buena fotografía y entrega muy entretenida y fácil de ver. Un 7,5.
Mag61
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9 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de un breve interludio regreso al Cine de Sobrevivientes con esta Tercera Entrega, espero les guste... Por eso caí en este grandioso film B/N, una auténtica lección de cine de como debe hacerse una Biografía, no pasa de retratar hechos, sino idealizarla al ritmo de lo creíble, equilibrada, concienzuda y modélica... Increíble que después de su independencia en 1824 contra el Imperio Español se le siga colonizando en 1863 por su derrocador Francia,
ofrecerle un puesto de primer ministro inaceptable, después de una democracia Mexicana de 40 años durante la guerra civil estadounidense y gran amigo del otro idealista Abraham Lincoln.

Emotiva, exalta el bien más preciado "La Libertad", la bandera inclaudicable que a la vez abarca extensas subtramas, colonialismo, pasional, familiar y la cruda guerra, diálogo y mutismo excelente de una de las mejores biografías revolucionarias, una verdadera pena que solo posea unas cuantas críticas. Las actuaciones, personalmente destaco a estos tres dentro de este gran elenco de estrellas, la sublime Bette Davis, a pesar de estar convaleciente de pleuresía y recien divorciada, sobrecogedor papel muy parecido a Mahatma Gandhiel por el presidente indígena Paul Muni y el estoicismo del monarca Rey títere Brian Aherne.

¿Quién le sobreviviente?, nuestro principito Mickey Kuhn entre los eclipsados actores estratégicos Gale Sondergaard y Claude Rains, los generales monarcas Donald Crisp y Gilbert Roland, por el lado contrario al rebelde general John Garfield "Porfirio Díaz", no olvide este nombre que se convertirá en Dictador en nuestro siguiente film mexicano...
John
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28 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con frecuencia los directores y guionistas para filmes de contenido histórico-biográfico suelen darse ciertas licencias para mejorar el ritmo de la película, ajustando aquí o allá los hechos o las circunstancias. Pero este no es el caso de Juárez de Dieterle.

Magnífica producción que debe verse como una muy buena clase de historia y de realización de cine. En este aspecto los actores principales saben llevar a los personajes y transmitir toda la tensión que vivieron Juárez, Maximiliano, Carlota y Díaz.

Por destacar además la constante referencia que se hace a la democracia y al positivo papel que se le adjudica a la Doctrina Monroe. Otros tiempos, antes de que el asunto tomara la forma que tomó en el siglo XX. Es evidente que Francia no se hubiera arriesgado a tanto si no estuviera de por medio la Guerra de Secesión en Estados Unidos, y eso que la película no menciona que también participaron en la invasión los españoles y los británicos, que pronto saltaron del barco cuando se dieron cuenta de la resistencia del pueblo mexicano y de su líder Benito Juárez.

También es curioso el papel de Porfirio Díaz a quien Juárez convence de que debe luchar a su lado y no apoyar a Maximiliano no obstante que este le ofreció a Juárez ser primer ministro en la monarquía que querían establecer. Fue a punta de reflexión con un general que luego sería el dictador eterno de México, no muchos años después.

La tragedia de Carlota está excelentemente sintetizada cuando discute con Napoleón III que se lava las manos y deja a Maximiliano abandonado a su suerte que el emperador forjó en su ambición. Carlota sale de la sala real para entrar en una especie de túnel nigérrimo como sería de ahí en adelante su vida, unos cuarenta años más luego de enviudar.
Edmundo
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