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El Café de la Marina (TV)

Drama. Romance La boda de Rosa, la hija pequeña del café, anima a la gente del pueblo pero, bajo esa alegría, el drama de Catalina, la hermana mayor, salpica y perturba las almas “bienintencionadas” del pueblo. La moral imperante de la época condena la chica del Café de la Marina y no perdona su falta: ser preñada y abandonada por un miserable. Catalina, obligada por su padre, ha tenido que abortar. Claudio, un pescador tímido, solitario y bebedor, ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
22 de septiembre de 2015
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya decía yo que "El café de la marina" iba a ser una adaptación televisiva de una obra teatral, y además, buena, es decir, antigua. En efecto, se trata de una pieza de 1933 del dramaturgo catalán Josep Maria de Sagarra, un señor que entre, otras cosas, tuvo que salir huyendo de la Barcelona republicana durante la Guerra Civil, el mismo 1936, por temor a que esos defensores de la libertad, y lo digo sin ironía, lo acabaron fusilando, como hicieron, por ejemplo, con su amigo y también escritor, Josep Maria Planes. Ya en 1940 regresó a España, donde encontró fácil acomodo bajo un régimen, el franquista, al que juzgaba con benevolencia.

Centrándonos en película en sí, narra la difícil situación de Catalina (la atractiva Marina Salas), que tras un desengaño amoroso, ha sufrido un embarazo y posterior aborto, todo ello en un pueblo de pescadores en una época indeterminada de principios del siglo XX y un lugar también indefinido. Hay aquí un buen retrato de las habladurías, la vergüenza y el honor de aquellos tiempos, aunque al final la trama amorosa, que tiene una parte intrigante, acaba atracando en el final más obvio posible: amigo, no hay nada que pensar. En resumen, buen texto y diálogos, pero cierta escasez de medios, que hace que se note mucho su origen.
Reaccionario
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10 de abril de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo dicho. Toda la ambientación -un pueblo pesquero de Palamós- y actores cumplen a la perfección con su contenido, 'vapores' del café incluidos (me refiero a su atmósfera). Y los diálogos rezuman esa prosa poética de Sagarra. Claro que hay que situarla en su contexto, pero, así y todo el alegato a favor de la idiosincrasia de una joven, que la distingue también de l@s demás a pesar de ser criticada por gran parte de la localidad, deja constancia de ello y traza también un acertado perfil del hombre (Pablo Derqui a lo Actor Studio) que sí sabrá defenderla al tiempo que valorarla -aunque no hay nada que defender-. Además, la lectura de la carta de un posible emigrante, explica con precisión, aunque sea a grandes rasgos, lo que implica una travesía se realice o no.
Rebeca
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