Guapa, intrépida y espía

Gracias a las películas de James Bond, a mediados de los años 60 se puso de moda el cine de espías.
Cada año se hacían docenas de películas de agentes secretos, y "Guapa, intrépida y espía" fue una de ellas, uno de las más discretas, todo hay que decirlo.
Raquel Welch nunca fue una gran actriz, pero lo que si tuvo fue muy buen ojo para escoger sus papeles y así participó en media docena de buenas películas:
"Viaje alucinante", "Los tres mosqueteros", "Fiesta salvaje" y alguna más.
En "Guapa...." el guión es normalito y está completamente sublimado a Raquel Welch, y sobre todo a sus bikinis, tiene un par de personajes secundarios que podían haber dado mucho más de si ( Anthony Franciosa y Ronald Fraser ), pero que se convierten en meros comparsas.
Se explotan al máximo las localizaciones de exteriores, ( una costa del sol en plena expansión turística ) se rodó en Málaga y Mijas.
Durante un momento tuve miedo de ver a Raquel montada a lomos de un burro taxi, afortunadamente no pasó; Uffffff!!!
Le he dado un 5 solo porque soy un gran admirador de Raquel ( Y sus bikinis )

Con un guión de cómic, ambientada en el verano de la costa sur española, recuerda a las "españoladas" de esa época, pendientes de que aparezca Sazatornil, Vázquez u Ozores en cualquier escena. Pero no los reclutaron para el proyecto y la bella Raquel va y viene acompañada siempre por comparsas que no se toman en serio la historia de espías que interpretan y que no nos importa un carajo.

¿Y Raquel? ¿Qué pasa con Raquel? Bueno, pues para los incondicionales tampoco se prodiga gran cosa. Llamativos modelitos poco atrevidos que realzan su peinado y, eso sí, unas secuencias en bikini verde ¿manzana? ¿pistacho? que tapa más que muestra, con lo que no es de extrañar que ese año le arrebatara el Oscar Katharine Hepburn (Adivina quién viene esta noche).

No esperaba mucho pero tampoco tan poco.

Siendo curiosamente la novia de Sean Connery por aquellas fechas, Raquel Welch protagoniza esta plana e insulsa versión descafeinada de James Bond rodada en el sur de España en la que el puntito de calidad son única y exclusivamente las breves tomas de nuestra sexy protagonista en bikini y recién salida del mar, con gotas deslizándose suavemente por su buen par de melones. Por lo demás: actuaciones pobres, malotes nada creíbles y acartonados y un guión vacío e inexistente para una película fácilmente olvidable. Raquel Welch rodó muchas películas en España gracias al éxito de "Hace un millón de años", pero a diferencia de esta, ninguna de ellas han llegado a convertirse en clásicos de culto.

La película, a pesar de ser tan sumamente mediocre tiene dos doblajes en castellano, uno de ellos bastante malo (el redoblaje).

A pesar de presentarse como una película de espías, no lo es. Cierto que su tono le aproxima a los films de James Bond, pero tiene mucha más imaginación que éstos y mejor sentido del humor. No entiendo por qué se desprecia este tipo de cine. No es muy diferente de "El temible burlón", "Los violentos de Kelly" y otras buenas comedias de aventuras. Además, la intriga policíaca está llena de sorpresas coherentes. Es difícil adivinar quién es el asesino y quién es el ladrón que ha robado "El dragón de fuego". El desenlace resulta inesperado e inteligente. Y las secuencias de acción son espectaculares, especialmente el duelo de dos avionetas sobre la costa de Málaga.
Destaca el estrafalario y divertido personaje interpretado por Richard Briers, que se cree un genio y no acierta ni cuando se equivoca. Y también Tony Franciosa, actor de verdadero estilo, encarnando a un detective que parece un delincuente.
No se dan diálogos que rompan el ritmo, ni incoherencias de guion. El film de Leslie H. Martinson es fluido, vital y muy estimulante. Ideal para alejarse durante 95´ de la estúpida realidad en que vivimos hoy.