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Adán también tenía su manzana

Comedia Adan Hogan es dueño de unos lujosos apartamentos que alquila a bajo precio, pero sólo a chicas atractivas que pueda conquistar. Robin, alquila un apartamento con la intención de vivir allí quince días con su novio de un modo experimental, para intentar resolver una cuestión de incompatibilidad de caracteres. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
10 de marzo de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
... Hay que catar cien para descubrir uno bueno”. Eso le dice Jack Lemmon a la guapa Carol Lynley (finalmente la televisiva Carol Lynley) para que se dé cuenta que además de su novio, él está disponible y dispuesto a colaborar para que adquiera experiencia.

“Admiro tanto tu inteligencia, que no me fijo en tu cuerpo”. Típica frase de sátiro con fines perversos (la realidad de lo que piensa es justo lo contrario). Lo más meritorio del film, indiscutiblemente, es la actuación de Jack Lemmon, un auténtico crack del Humor por y para siempre. Es genial cuando actuando deja ver esos gestos tan clásicos suyos que luego utilizaría, por ejemplo, en el papel del príncipe Frederick Hopnick (La carrera del siglo, 1965) en la parte correspondiente a la sátira del prisionero de Zenda.

La película no es un compendio de sketch hilarantes, es la verdad, sencillamente es una de esas comedias simples en la que nada ofende a pesar de las ideas expuestas sobre todo por la tía de Robin (Carol Lynley) acerca de la pareja y el papel de la mujer en el matrimonio, porque el film tiene la clase que le da ese magnífico actor, los demás también, nadie cae mal, y cuenta con la simpatía del espectador para comprender su absoluta falta de pretenciosidad.

Hay que ver las películas con la perspectiva del tiempo, no creo que nadie vaya a poner el grito en el cielo si en una película sobre la prehistoria se ve a un troglodita llevarse por los pelos a una hembra después de atizarla un mamporro. Pues lo mismo. Además, si se analiza este tipo de películas de entonces, el papel de la mujer en esa siempre tan denostada sociedad americana, la mujer era la que proyectaba los planes, los ponía en marcha y los dirigía. Y no es porque fuera en una comedia, era porque en realidad el hombre es como el melón.
floïd blue
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25 de octubre de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los tiempos actuales, ver una película así es como vivir una epopeya de ciencia ficción: una parejita decide alquilar un piso para compartir su vida sin hacer "aquello", para averiguar si sus almas se compenetran y todas esas majaderías. Naturalmente, el casero es un individuo perpetuamente tumefacto que, en cuanto ve a Lynley, se propone llevarse al catre aquella beldad (cualquiera no lo intentaría). Así, entre monerías de la parejita y maniobras de Lennon dignas de cartoon (véase sus encuentros con el gato entrometido), se desarrolla esta peliculita que a veces te ataca los nervios porque, en fin, Lynley y Jones no son adolescentes que digamos. En cualquier caso, cabe decir que Lennon está perfecto como casi siempre, y que Lynley vista al trasluz da qué pensar.
Eduardo
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12 de mayo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Traviesa comedia que discurre por los derroteros del enredo frívolo y vivaz en el que la vis cómica de J. Lemmon comparte protagonismo con una C. Lynley desenvuelta y risueña.
La trama es divertida, las situaciones resultan graciosas y su ritmo se ajusta muy bien a los requerimientos de una historia cuya valoración debe ceñirse a los cánones de la clave del humor y del desenfado.
La película se mueve en el ámbito del esperpento y hace gala de gran soltura en el manejo de los recursos cinematográficos.
Posee aires de chanza y ademán burlesco y, aunque pueda parecer banal, se trata de un modo de filmación cuyo ejemplo -tanto en la forma como en el fondo- se ha tratado de imitar en casi todos los países del mundo a lo largo de la historia moderna del cine.
ABSENTA
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27 de diciembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay actores que pecan de sobreactuar, porque son así de malos, porque no saben hacerlo mejor, de manera que dan ganas de salir corriendo bien lejos. Muchos de estos casos son incomprensibles, qué le vamos a hacer, la opinión general elogia su presencia y sus aportaciones y tú sólo ves mediocridad. No me voy por las ramas, porque Jack Lemmon es alguien que sobreactúa tanto, de forma tan exagerada, que dan ganas de salir corriendo y no parar hasta que llevas dos maratones seguidas. Y sin embargo, funcionó, su carrera cinematográfica es considerada impecable y peliculitas tan flojas como "Adán también tenía su manzana" se consideran mejores de lo que son.

No digo que Lemmon sea un horror, digo que cuesta verlo. Y que no es la leche.

No es un desastre, no me voy a ir de la olla, por momentos es agradable y se puede pasar por alto todo con tal de pasarlo bien. Pero está lejos de ser cima del humor, está lejos de ser una película notable, más bien debería permanecer en un olvido justo porque ni siquiera es atemporal: ¿quién se cree que ese muchacho aguante sin meterle mano a su novia?; eso no es creíble ni ahora ni antes. Y si Lemmon sobreactúa, parece que sea contagioso y los demás se suman a la fiesta sin complejos. El resultado es justito, para pasar un rato, desde luego, pero yo de una comedia lo que espero es descojonarme. Y aquí, lejos lejos...
Luisito
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