Nada que pedirle a esta saga, que no es de mis favoritas, pero que la disfruto sin pedirle mucho. Otra vez El Justiciero se sostiene sí y para sí por la sola presencia de Whasington, todo gira para y por él, y funciona a la perfección, es lo más disfrutable.
La historia en sí no aporta nada nuevo y se mueve en terreno seguro, esto la beneficia y no molesta en lo más mínimo, se pasa rápido sin asperezas. La localización en la isla de Sicilia le suma varios puntos gracias a sus bonitos paisajes, siendo esta casi más protagonista que el mismísimo Denzel.

A lo sumo se salvan los primeros 30 o 40 minutos, aunque no sucede absolutamente nada relevante o sustancioso, se dejan ver a fuerza de mucha paciencia. La restante hora, es un suplicio para que termine.
Yo de Garland no soy muy fan, partiendo de que Ex-Machina me pareció correcta pero con infinidad de fallas y, sobre todo, que la idea principal no termina de explotar, sumando a la miniserie Devs en donde terminé por hacerme la idea que es uno de los directores más inflados de la actualidad, acompañando a la triada de Eggers, Peele y Aster.
La trama en sí no tiene un mal comienzo, pero solo es un bait para adentrarnos en la historia onírico-masturbatoria que quiere contarnos, con mensaje incluido, el director.
Lamentablemente termina siendo un experimento de 100 minutos insulsos, con poco o nulo conflicto, sin fuerza y queriendo imitar a Lynch, Tarkovski o Bergman de forma muy poco original y, lo peor, mediocremente.

Funciona bien hasta los primeros 50 minutos, luego la trama se hace chicle y declina lentamente hasta un desenlace digno, pero descafeinado y muy alargado para contar poco y nada.
La película no es ni una cosa ni la otra, no es ni crítica ni paródica, tampoco logra ser dramática ni comedia negra y mucho menos un thriller, está pululando entre medio de una historia de suspense pero mayormente inverosímil, con escenas bizarras para mal, en donde se tiene que hacer mucha fuerza para no salirse de la suspensión de credibilidad.
Más allá de esto, el filme va perdiendo fuerza poco a poco tras haber construido cierta narración atractiva en su primer acto. Un desperdicio tanto de historia como de actores.
Para una película con una narrativa y "mensaje" similar pero bien ejecutada y disfrutable me quedo con Triangle of sadness, por nombrar una que tengo fresca al pasar.

Decepción total. Si no fuera por haberme dejado llevar por algunas "críticas" especializadas e influencers del séptimo arte con los cuales tengo afinidad, no la hubiera visto en mi perra vida.
Tiene una intro demasiado larga y tediosa que no cuenta mucho y desborda en artificios visuales muy bonitos, pero que están vacíos por dentro, además de ser totalmente inconexos y que transmiten poco y nada. Cuando más o menos comienza la trama, la peli ya colmó toda mi paciencia a base de lugares comunes, escenas estrambóticas y lisérgicas gratuitas, acompañado de actuaciones sin alma y modo pose permanente. Un guion ideal para hacer un videoclip ochentero de MTV, no un filme de 2hs! super lentas. Recomendada solo para verla fumeteado.

Antes que nada, si lo que se quiere ver es un filme en donde se ajuste a los acontecimientos históricos con el más alto rigor de investigación, este no es el caso, esta no es una película que intente ir al detalle y pormenores de la vida de Napoléon. Para ello, recomiendo más, ver la miniserie francesa del 2002, la cual tiene un nivel impresionante de recopilación de datos y contexto, los cuales van siendo contados y narrados a fuego lento.

Aquí lo que más se destaca es la espectacularidad visual y sonora, batallas que te dejan con ganas de ver más. En cambio, si se le pide profundidad y complejidad en la trama, es ahí en donde flaquea el guion. Pero en mi caso no fue este un problema, disfruté a pleno de la historia que quiso contarnos Scott. Tranquilamente podría haber seguido viendo una hora más de metraje.

Decir que se me pasaron bastante rápido los casi 240 minutos de duración no es poca cosa, ya que insisto, la historia no se esmera por construir una estructura de drama y conflicto, va a toda máquina desde un principio y logra crear una continuidad narrativa atrapante.

Las actuaciones están decentes, destacando abrumadoramente la de Kirby. En cambio, la de Phoenix, me pareció plana y sin profundidad, como tampoco carismática, tal vez haya sido una decisión de guion, pero no me logró impactar para nada.

Me sorprenden algunas críticas negativas, no sé si tenían altas las expectativas o esperaban una historia más épica o con alto rigor histórico, pero últimamente el cine de Scott viene siendo más efectos visuales que otra cosa. La historia de fondo es una excusa.