A lo sumo se salvan los primeros 30 o 40 minutos, aunque no sucede absolutamente nada relevante o sustancioso, se dejan ver a fuerza de mucha paciencia. La restante hora, es un suplicio para que termine.
Yo de Garland no soy muy fan, partiendo de que Ex-Machina me pareció correcta pero con infinidad de fallas y, sobre todo, que la idea principal no termina de explotar, sumando a la miniserie Devs en donde terminé por hacerme la idea que es uno de los directores más inflados de la actualidad, acompañando a la triada de Eggers, Peele y Aster.
La trama en sí no tiene un mal comienzo, pero solo es un bait para adentrarnos en la historia onírico-masturbatoria que quiere contarnos, con mensaje incluido, el director.
Lamentablemente termina siendo un experimento de 100 minutos insulsos, con poco o nulo conflicto, sin fuerza y queriendo imitar a Lynch, Tarkovski o Bergman de forma muy poco original y, lo peor, mediocremente.