Antes que nada, si lo que se quiere ver es un filme en donde se ajuste a los acontecimientos históricos con el más alto rigor de investigación, este no es el caso, esta no es una película que intente ir al detalle y pormenores de la vida de Napoléon. Para ello, recomiendo más, ver la miniserie francesa del 2002, la cual tiene un nivel impresionante de recopilación de datos y contexto, los cuales van siendo contados y narrados a fuego lento.

Aquí lo que más se destaca es la espectacularidad visual y sonora, batallas que te dejan con ganas de ver más. En cambio, si se le pide profundidad y complejidad en la trama, es ahí en donde flaquea el guion. Pero en mi caso no fue este un problema, disfruté a pleno de la historia que quiso contarnos Scott. Tranquilamente podría haber seguido viendo una hora más de metraje.

Decir que se me pasaron bastante rápido los casi 240 minutos de duración no es poca cosa, ya que insisto, la historia no se esmera por construir una estructura de drama y conflicto, va a toda máquina desde un principio y logra crear una continuidad narrativa atrapante.

Las actuaciones están decentes, destacando abrumadoramente la de Kirby. En cambio, la de Phoenix, me pareció plana y sin profundidad, como tampoco carismática, tal vez haya sido una decisión de guion, pero no me logró impactar para nada.

Me sorprenden algunas críticas negativas, no sé si tenían altas las expectativas o esperaban una historia más épica o con alto rigor histórico, pero últimamente el cine de Scott viene siendo más efectos visuales que otra cosa. La historia de fondo es una excusa.