Amor sobre ruedas

Entretenida y original comedia francesa que mantiene el buen nivel de este género galo. Al igual que en otras grandes comedias del cine francés discurre entre una delgada línea entre la risa, la denuncia y la cruda realidad que nos cuenta. La vida de un ejecutivo parisino que lo tiene todo: dinero, poder, sexo y una curiosa forma de entretenerse a costa de los demás, cambia de una manera radical cuando conoce a una joven en silla de ruedas. A partir de ahí se produce un cambio radical en su forma de verse a si mismo y a los que lo rodean que hará que el amor surja de manera sincera. Las interpretaciones son muy buenas tanto en los actores principales como en un magnífico elenco de secundarios que dan sentido y credibilidad a la historia. El resto de la trama, escenarios e incluso banda sonora también son notables. Sin duda, una más de las buenas comedias francesas de los últimos tiempos. Habrá que seguir a su novel director que promete mucho en su premiere.

El amor viene cuando menos te lo esperas y eso también sirve para los mentirosos. El film "Sobre ruedas" (cuyo título original en francés es bastante sarcástico si lo comparamos con el español, "Tout le monde debout" o, lo que es lo mismo, "Todo el mundo de pie" en su traducción española) es el debut en la dirección del actor Franck Dubosc, una interesante y entretenida comedia romántica en el que un hombre de negocios, bastante mujeriego y mentiroso, por culpa de un malentendido se hace pasar por minusválido, con silla de ruedas, para conseguir un nuevo ligue en su agenda. Lo que no se espera es que este nuevo ligue, esta nueva mujer, tiene una hermana minusválida, de verdad, y también con silla de ruedas. El rol de embustero ha empezado para nuestro protagonista Jocelyn, y lo que en un principio parezca que lo tenga todo controlado con la hermana, la bola de mentiras se hace tan grande, tan enorme, que no sabe cómo detenerlo todo. Y encima, el amor ha llamado a su puerta.
La trama es un sin fin de malentendidos y enredos, con toques humorísticos y dramáticos muy bien llevados, gracias a un buen guión escrito por el propio actor y director. El reparto lo encabeza Franck Dubosc como el mencionado Jocelyn y le acompañan, entre otros, Alexandra Lamy (Los infieles) en la piel de Florence (la hermana paralítica y que la actriz, además de lograr hacer creíble a su personaje, como curiosidad diré que me recuerda a la actriz Ana Duato y a la presentadora Anne Igartiburu), Elsa Zylberstein (Con los brazos abiertos) como la secretaria del protagonista, Gérard Darmon (Astérix y Obélix: Misión Cleopatra) como un amigo de Jocelyn, Caroline Anglade como Julie, la hermana de Florence y Laurent Bateau (Un seductor a la francesa) en el papel de Lucien.
No es que me llamara la atención cuando vi que este film había llegado a la cartelera española, pero quería evadirme y hoy he pensado en ir a verla. Me he sentido satisfecho con el resultado final. Si os gustan las comedias románticas y/o el cine francés, ya tenéis a vuestra película. Mi nota final es de 7/10.

Franck Dubosc (que en Francia es una figura muy conocida, aunque aquí no lo conozca nadie) dirige su primer largometraje a la mayor gloria de sí mismo y de los buenos sentimientos.

En el plato izquierdo de la balanza pesan lo inverosímil de la trama y lo convencional de los personajes; en el derecho, lo ajustado del guion, lo positivo del mensaje y la clara voluntad de no molestar a nadie.

En resumen, estimado filmaffinistista: la película no es mala ni buena; puede verse y puede dejar de verse.

¿Podemos ya decir que las mejores películas de humor de los últimos años provienen del cine francés? Títulos como “La cena de los idiotas”,“Bienvenidos al norte”, “Intocable” o “C'est la vie” bebían de la misma fuente que esta “Sobre ruedas” que ahora nos ocupa y que confirma al país galo como un referente contemporáneo a la hora de hacer reír al personal. Con historias sencillas, sin aparentemente grandes pretensiones, pero dejando que crítica social y relaciones humanas se vayan intercalando entre gag y gag, la comedia francesa ha ido penetrando en las carteleras internacionales en un proceso de globalización sin perder el poso de su esencia.

“Sobre ruedas” no es una excepción en este sentido. Apuntalada por un guión tan previsible como efectivo, la película de Frank Dubosc se atreve a pisar terreno delicado, presenta a un personaje principal envuelto en el patetismo de la inmadurez, con el que, sin embargo, no es difícil empatizar, y se lanza sin rubor, a los brazos de la comedia romántica más clásica. Y acaba dando lo que de ella se espera. Sin sorpresas, pero con la honestidad del trabajo bien hecho y dejando por el camino un puñado de inspiradas escenas.

Lo mejor: Frank Dubosc, delante y detrás de la cámara.

Lo peor: le faltan dosis de mala leche.

De qué va ya se puede saber por otras críticas y me lo ahorro. Un equívoco inicial y la posibilidad de una conquista más para un ya talludo soltero ligón le lleva a simular que tiene que ir en silla de ruedas porque empieza a enamorarse de una (espléndida Alexandra Lamy) que sí es discapacitada.
Lo que quiero señalar es la fluidez del relato, la buena actuación de personajes secundarios, la secretaria, el intento de una vuelta de tuerca a la tan manida comedia romántica.
La comedia francesa corriente, sin llegar a genialidades, mantiene un tono equilibrado e inteligente que la hace agradable de ver. No más, pero tampoco menos.