The Last Ship (Serie de TV)

Si eres de los que, como yo, consideran la serie de Tele5 "El Barco" como una de las mayores sandeces rodadas en la última década y una ofensa a la buena ciencia-ficción, THE LAST SHIP vendrá a pacificar tu espíritu y te hará disfrutar de una buena historia, bien rodada, correctamente interpretada y con un guión que te mantiene en vilo en todos y cada uno de sus 10 episodios, haciéndote contar los meses que faltan para el estreno de su segunda temporada.

Una epidemia vírica aniquila a buena parte de la humanidad, hunde gobiernos y lleva el caos a todo el planeta. La única esperanza parece residir en un destructor de la marina de EEUU (por supuesto, que para eso la serie es americana, el que quiera héroes británicos, franceses o ecuatorianos, que haga la serie y ponga los medios) en el que un par de científicos y los 200 tripulantes del navío se verán metidos en una carrera contra-reloj para encontrar una cura mientras son perseguidos por un crucero ruso rebelde y han de vérselas con todo tipo de problemas tanto internos como externos.

Un capitán valeroso y carismático, unos oficiales majetes, unos rusos malotes, una científica entregada a su trabajo, un mercenario letal que le tira los tejos y (ojo al último episodio) unos EEUU muy distintos a los que les vieron partir configuran una serie "mid-season" llena de todos los tópicos al uso y con una estructura mas que vista (la influencia de "Star Trek" está ahí para el que quiera buscarla) pero muy bien hecha, con unas estupendas escenas de acción y bien documentada. Recomiendo verla, si es posible, de un tirón.

La película es un cliché en si mismo. Convertir el clásico 'La hora final' de Stanley Kramer en una serie moderna.
Un virus asola la tierra y un destructor americano con unos científicos se lo han perdido por estar en el polo con un par de científicos persiguiendo pájaros.

En fin, el comienzo no esta mal. Las imágenes de lucimiento del barco y las escenas de acción son decentes. El problema es cuando la serie comienza a coger su ritmo y los actores van actuando.
A ver, que por supuesto ya debes esperar que ellos son lo más mejor y todo les va a salir bien, más que nada porque son los buenos, ya sabes, americanos, que más se puede pedir...

Esto se puede obviar si la historia tuviera más chicha o las actuaciones no fueran tan... ÉPICAS. ¿Sabéis la última temporada de la serie 'Spartacus', en que cada secuencia y cada escena era un primer plano de un actor gritando? ¡¡¡PORQUE SU FRASE TENIA QUE SER ÉPICA!!! Así que al cabo de un capítulo ya estás deseando que los maten a todos.
Pues aquí es más o menos así.
-CUENTO CONTIGO SMITH.
-GRACIAS SEÑOR.
-BIEN, PORQUE SOMOS LOS AMERICANOS.
-DIOS BENDIGA AMÉRICA.

Y así aunque un misil impacta contra el barco no pasa nada.
Porque hay una chapa en el puente de mando con la bandera americana. Así que ningún átomo del barco puede ser dañado por materia impura y tal...

En fin. Ahora en serio. Una historia de apocalípsis algo forzada y una escenas de acción decentes con unas actuaciones bastante pobres.

La base de esta pizza marinera es una gruesa capa de patriotismo, sobre la que yacen crujientes y deliciosamente horneados los 200 marines más puros y entregados de la Navy USA, una científica top (model) y toda la mala baba de la raza humana en estado de extinción inminente, todo ello convenientemente sazonado de orégano Bay y puesto en la mesa para ser engullido a la velocidad del rayo.

Pues sí, a mí no me gusta la comida rápida, pero de vez en cuando me doy un atracón. Después me siento culpable, me veo algo de arte y ensayo para seguir ejercitando neuronas, pero recalo nuevamente en un pecado venial para dar alivio a la mente y apagar los calores del verano. Aunque dicho sea de paso, tanta adrenalina en la masa me ha hecho sudar en cada capítulo. Tan intensa y veloz como una montaña rusa, The Last Ship es el perfecto alimento para caprichosos bulímicos de series de relleno. Entretiene quieras o no.

Lo único que hay que hacer para digerirla bien y sin ardores de estómago, es pasar por alto las barras y estrellas, junto con el tufo salvador de los United States. Si se ve con malos ojos, pues querrá uno coger un submarino y torpedearlos a todos, empezando por Michael Bay, siguiendo por el Capitán “Ken” Chandler, la científica cuyos pechos albergan neuronas y todos los históricos clichés que navegan por este proceloso y vírico océano "armageddonico".

Abstenerse exigentes, antiamericanos y personal con espíritu crítico, pero altamente recomendable para quien quiera pasar el rato sin más y anhele un marine saleroso como animal de compañía.

¡OJO! algún que otro spoiler de los capítulos 1 a 7.

No me parece mal la serie. El piloto, bien. Los siguientes, aceptables. La secuencia de acontecimientos, lógica en la mayoría de los casos.
Las bases científicas del relato poseen cierto fundamento: Una epidemia puede ser muy virulenta, y si encima parece un insensato que la manipula genéticamente... tampoco es un disparate la idea de un "portador sano", es decir, de una persona que no muestra síntomas, que no se muere, pero porta la enfermedad y puede contagiarla. También es muy normal que algunos individuos sean inmunes de manera natural. Muchos pasaran desapercibidos porque creerán que han tenido suerte de no contagiarse, sin comprender que se han contagiado pero la enfermedad no ha podido con ellos, y esas personas pueden ser la base para elaborar una vacuna, aunque no sería tan rápido ni sencillo como se da a entender en la serie.
El problema es cuando pasamos al enfrentamiento entre los protagonistas y el barco de los malos que les persigue (ruso, ¡por supuesto!) Vale que el malvadísimo almirante ruso no quiera cargarse el barco porque quiere la vacuna, ¿Pero por qué pone este afán en acosarlos y agobiarlos cuando su espía a bordo les dice que la vacuna no se ha conseguido todavía? ¡No hay premio por el que luchar¡ Dejemos aparte que el almirante ruso sea un estereotipo del malo loco que mata a uno de sus propios hombres sin venir a cuento, meramente para impresionar a los norteamericanos (ep. 3º) Nos dicen que es un genio de la estrategia, que ha escrito libros, pero luego se deja engañar con demasiada facilidad. Toda la parte del enfrentamiento de astucias entre ambos barcos parece escrita con los pies, pero lo que sucede en el capítulo 8º supera todos los límites.

En un futuro postapocalíptico, la tripulación de un destructor, el "Nathan James" que se encuentra realizando unas investigaciones en el Ártico con unos científicos, descubre que una pandemia ha acabado con el 80% de la humanidad, y que tienen que descubrir una cura para salvar a los supervivientes o la raza humana se extinguirá.

Con esta premisa comienza la singladura del "Nathan James" durante cinco temporadas, en la que además de la cura se enfrentan a una hambruna generalizada y a una guerra con Suramérica.

A los graves errores de guión hay que contraponerles las magníficas escenas bélicas, tanto de estrategia naval como terrestre que nos brinda la serie a lo largo de sus temporadas, que han hecho las delicias de los amantes del género bélico, sin duda.

Protagonizada por Eric Dane, que además viendo el filón produjo gran parte de las temporadas, y con un excelente reparto de actores conocidos, como Rhona Mitra, Adam Baldwin, Bridget Regan, y no tan conocidos... nos han tenido en vilo con sus aventuras y desventuras, con las bajas que en toda guerra se producen, con los nuevos reemplazos, con Presidentes democráticos y otros corruptos, con dictadores, con ladrones y asesinos, pero sobre todo con militares, con las barras y estrellas, con la bandera y el himno, con el "Dios bendiga América", con la prepotencia de los que creen que Dios es americano y sólo de ellos, quizás lo peor y más cutre de la serie hecha por americanos para ellos, no para el resto del mundo al que tratan con desprecio mostrando su ignorancia por las costumbres y por las personas que viven allende sus frontera.

Con todo, entretenida, que es de lo que se trata.

Buena singladura "Nathan James" por los mares y océanos del recuerdo y la memoria.

Aprobado, 5.