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Los ladrones: La verdadera historia del robo del siglo

Documental A través de entrevistas, los autores del robo al banco más famoso de Argentina se sinceran sobre cómo y por qué llevaron a cabo su atrevido golpe en 2006.
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
11 de agosto de 2022
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me creí ese cuento de que el documental es el más objetivo de los géneros cinematográficos. Y esta película nos da la razón.

Está es la historia del denominado robo del siglo que sucedió en Argentina en el año 2006, donde cinco hombres asaltaron un banco sin dejar ningún rastro aparente. La película bien podría confundirse con una ficción basada en hechos reales y no hubiera problema en catalogarla de esa manera. Aunque el director recoge el testimonio de los protagonistas del hecho como cualquier documental tradicional, Gueilburt viste y transforma a los personajes en actores protagónicos. Realiza una puesta en escena con cada uno de ellos y recrea convincentemente los principales acontecimientos del mismo.

Si bien el relato y la estructura del documental es bastante convencional, este se ve enriquecido por el desbordado ego de algunos de sus protagonistas quienes no ven esta aventura como un simple robo sino como una obra de arte. Se agradece, asimismo, que no haya pecado de los excesivos diálogos o monólogos a los que usualmente se enfrenta el género del "True crime". La película se toma su tiempo para la reflexión, la pausa, gracias a su decisión de ficcionar al mismo estilo del género del thriller o el policial. No es casual que en una de las primeras escenas veamos al protagonista con unas sobreimpresiones en su cuerpo de imágenes proyectadas de clásicos del cine de asaltos, como "La jungla de asfalto" de John Houston, entre otros.

Queda claro que este "documental" demuestra que el género no tiene límites para desarrollarse y afrontarse de maneras diversas y novedosas. Como en muchos otros casos ya no es suficiente la película de ficción para agotar un tema o idea. Hay tantos puntos de vista como personas en el mundo. Y mientras esas miradas sean inteligentes, originales y honestas los espectadores siempre lo agradeceremos.

Por Leonardo Sagástegui - La última butaca a la izquierda
Leonardo
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13 de agosto de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nuevo documental de Netflix dirigido por Matías Gueilburt narra el atraco al Banco Río de Acassuso en 2006 de la mano de sus protagonistas, un grupo de carismáticos ladrones liderados por Fernando Araujo y el uruguayo Mario Vitette Sellanes.

Por Nicolás Bianchi

¿El documental supera a la ficción? Al menos en una comparación entre la reciente El robo del siglo (2020), protagonizada por Diego Peretti y Guillermo Francella, y este documental sí. No es que la película dirigida por Ariel Winograd sea mala, de hecho cuenta con varias virtudes, pero, en este caso, la ficcionalización del documental, con los verdaderos personajes de carne y hueso en escena, es más atractiva que cualquier tipo de dramatización.

Gueilburt y su equipo de producción consiguieron testimonios claves para reconstruir lo sucedido el 13 de enero de 2006 en el Banco Río de Perú, en la zona norte del conurbano bonaerense. La historia comienza a hilarse a partir de lo que cuenta el excéntrico Araujo, que se obsesionó con la idea de robar un banco tras un viaje de marihuana. Luego comenzó a diseñar un plan al que dedicó meses de intenso trabajo (la película no explicita de qué manera este hombre podía vivir sin trabajar, aunque todo parece indicar que se trata de alguien de una posición acomodada).

La banda se comenzó a formar a través de otro delincuente apodado El Doc, recibido de abogado en la cárcel de Devoto, que nunca fue identificado ni apresado por la policía. Araujo sumó a su amigo de la adolescencia Sebastián García Bolster, estudiante de ingeniería y dueño de un taller de motos, encargado de la maquinaria para hacer el túnel y abrir las cajas de seguridad. Finalmente se unieron al grupo los delincuentes “profesionales” Rubén de la Torre y Vitette, a quien le gusta recalcar que es un ladrón de la vieja escuela, con “códigos”. Ambos contaban, al momento del hecho, con un frondoso prontuario.

Araujo y Vitette hablando a cámara brindan la dosis suficiente de entretenimiento y show para esta y otras películas. Con estilos completamente diferentes, los une el egocentrismo y la pasión por hablar de sus hazañas compartidas. Las escenografías montadas por la producción refuerzan el carácter de los personajes y resultan sumamente efectivas. No importa si Araujo vive o no en una estrambótica casa en medio del Tigre o si Vitette tiene una mansión con yacuzzi en Uruguay (o si ambos sitios están sobre estilizados para dar un golpe de efecto mayor). En cualquier caso esto es verosímil y contribuye a la narración.

Los integrantes de la banda del golpe del siglo nunca fueron reprendidos por la sociedad. Es más, tras el estallido y el corralito bancario fueron considerados héroes o, al menos, personajes simpáticos. La complejidad del plan, la inteligencia de Araujo y Bolster, y también la picardía de Vitette han sido admiradas. Que no hayan empleado armas de fuego, puesto que ingresaron al banco con réplicas de plástico, también es un hecho que contribuye al mito.

Ahora bien, el no uso de la violencia es un hecho discutible. En la película también están presentes los testimonios de un puñado de rehenes, que al día de hoy, más de 15 años después, todavía lucen traumados por la experiencia. Ellos no sabían que las armas eran de juguete y creían que la amenaza que pendía sobre sus vidas era real. Recuperar estas voces es otro de los aciertos del documental.

Los ladrones es un documental sólido e inteligente, que aprovecha al máximo los recursos que tiene. Una de sus principales virtudes es reconocer que las verdaderas estrellas en esta historia son los protagonistas.
Se estrenó recientemente en Netflix. Contacto: [email protected]
El Golo Cine
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10 de julio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando parecía que no hacía falta ninguna pieza más, tras 'El Robo del Siglo' (del 2020, de Ariel Winograd), para describir aquel histórico evento en el Banco Río, este documental se encarga de aportar un toque todavía más apasionante, en su relato, para mantenernos pegados a la pantalla.

Con un estilo tradicional en sus formas (testimonios mezclados con archivos de aquel entonces), la obra escrita y dirigida por Gueilburt exprime el asunto por completo al contar con las presencias de las cuatro personalidades principales del épico y alocado plan de asalto y fuga.

Pareciera que uno, como espectador, cae rendido ante los extravagantes modos de Fernando Araujo, el cerebro del grupo, quien nos narra con una soltura (que da la sensación de rozar el delirio), los detalles de esta fascinante odisea (si hubiese sido solo ficción, nos resultaría poco creíble).

Vitette se desenvuelve con carisma, con humor y con una figura que él mismo se encarga de agigantar a través de halagos hacia su persona, convencido (desde siempre) de que ha sido un gran ladrón y un experto charlatán.

¿Por qué uno, de repente, se encuentra empatizando con sujetos que llevaron a cabo algo que va contra la ley y por qué se los romantiza? El ego de cada uno de los personajes, los motivos, las explicaciones, la ejecución y el "arte" en su máxima expresión (así se encarga de repetirlo Araujo), tal vez sean algunos de los fundamentos para tratar de entenderlo.

8,5 Alancitos Boqueteros sobre 10
Alaneche
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13 de septiembre de 2022
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Me gustó mucho este documental que narra de forma dramatizada, por los mismos protagonistas, los hechos ocurridos al robo del banco Río en 2006. Esta decisión artística es más que acertada y le da tanto un plus como una distinción frente al resto de los típicos documentales que se ejecutan a base de testimonios y material de archivo. También hay que decir, además de la detallada dirección y montaje, lo atractivo y atrapante que resulta escuchar y ver actuar a cada uno de los protagonistas narrando y dramatizando, a su manera, los hechos. Este ejercicio de recreación y hasta de reinterpretación subjetiva de los acontecimientos es la marca de calidad y valor agregado que le confiere al producto y lo vuelve totalmente atractivo, más allá de que tanto el caso y el contexto tienen peculiaridades de por sí.
pablodefou
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