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España España · Madrid
Críticas de Ricardo
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
7
14 de octubre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viaje a la mente humana a través de una película que empieza como un road movie, que por momentos parece un thriler psicológico o cine de terror. Un buena interpretación de todo el plantel, donde creo que resalta Jessie Buckley (Lucy o como se llame, porque cambia como su ropa a lo largo del metraje)
Su narración confusa, difícil de entender, leí por ahí que es más de sentir, aunque el gran público sentirá poco, con un surrealismo que me recuerda a David Lynch y el Barton Fink de los Cohen.
“Puedo contarte…la vida de la mente. No hay mapa de carreteras en ese territorio…y explorarlo puede ser muy doloroso.”
Nos decían los Cohen en Barton Fink.

Eso creo que vemos aquí, nuestra mente y sus problemas con la soledad, los problemas para relacionarse, la influencia de la niñez en nuestras vidas, como nuestras inquietudes, la cultura o nuestro viaje por la vida nos moldean y hacen que seamos o no seamos o lo que pudimos ser y no somos.

Con unos diálogos que entremezclan la realidad (se supone, porque yo no sé dónde está el límite) con los pensamientos, haciendo que psique y realidad conversen, una atmósfera inquietante, una voz en off creo que bien traída, consiguen engancharme aunque no consiga desentramar esa mente en la que estamos atrapados y queremos escapar, aunque en la mayoría de los casos… no es posible.
Ricardo
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7
6 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Tenet, Christopher Nolan, nos presenta una trama, en principio sencilla, villano que quiere destruir el mundo conocido y agente secreto que trata de evitarlo. Nos recuerda a las películas de Bond, con las que encontramos muchas similitudes, en concreto aquel retorno de Connery al personaje que le dió fama en “Nunca digas nunca jamás” (1983), remake de “Operación trueno” (1965) interpretada por él mismo; sin embargo aquí, Nolan, añade un toque intelectual de la mano de la física, con idas y venidas en el tiempo, teorías improbables sobre la linealidad del tiempo, mezclando entonces, la trama entre Bond y un programa de Punset cuando hablaba de los multiversos, “no te duele la cabeza” como dice en la película el personaje de Pattison.
La trama que parecía, en principio, sencilla, comienza a embrollarse, con explicaciones que te lían aún más, entornos abstractos, personajes fríos, sin asideros emocionales, excepto la Debicki (alta, pero alta) con el amor a su hijo y sus malos tratos, mujer subyugada a Branagh, (más contenido que en sus Shakespere) con su odio por el mundo; personajes que nos recuerdan, como habíamos dicho, a los de Klaus María Brandauer y Kim Basinger en la versión de Bond comentada.
Con una imagen y un sonido brutal, el sonido te descompone, te inquieta y te atrapa, unos planos a la moviola, de muy difícil narración, pero visualmente geniales.
Washington hijo un poco perdido, cierto que el guión no da para mucho más, el personaje de Patisson más interesante.
Lo ideal es verla sin demasiadas pretensiones.
Ricardo
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10
20 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gabe (Woody Allen) y Judy (Mia Farrow) esperan en su apartamento, para cenar, a dos de sus mejores amigos Jack (Syney Pollack) y Sally (Judy Davis) La opinión para ambas parejas, sobre unos y otros, es que forman una pareja perfecta; pero todo se desmorona cuando Jack y Sally les comunican su intención de separarse, a partir de ese momento se inicia un viaje de dudas, rencores ocultos, planteándose si realmente su relación es algo sólido.
Gabe empieza a flirtear con una alumna adelantada y más joven, comenzando a sentir sensaciones del pasado, por otro lado Judy se siente atraída por el nuevo compañero de Sally, mientras Jack inicia una relación con una monitora de aerobic, estúpida sí, pero más joven
Sobre éste argumento Allen disecciona la vida en pareja de una manera profunda, penetrando en las partes más oscuras de nuestras almas, casi violando nuestros pensamientos, es difícil que el espectador no se sienta, en algún momento, reflejado en los personajes, que alguna mueca no se nos quede en nuestro rostro al vernos retratados. Pero el genial narrador no se queda en las parejas veteranas, sino que va más allá, como es tradición en su cine, y ataca las nuevas relaciones.
Los personajes que nos presenta son sus personajes clásicos, gente de media-alta clase social, cultos, con gustos refinados, quizá no representen a toda la humanidad, pero sí a una gran parte de personas que viven en un mundo acomodado donde el ritmo de vida, a veces, no nos deja ver lo que realmente queremos.
¿Qué es esa cosa llamada amor? de Cole Porter, canción que suena en sus créditos, define la gran pregunta de la película, como al final dicen Jack y Sally : Jack “A nosotros nos va muy bien. Hemos aprendido a aguantar mejor los problemas del otro” Sally “ El amor no tiene por qué ser siempre pasión y romanticismo…..también es compañerismo.. un protector contra la soledad, diría yo” Jack “Alguien con quien envejecer”. Una solución resignada frente a la soledad.
Rodada con cámara en mano, dejando libres a los personajes para moverse, acercándonos a estilos como el dogma 95 y el tipo documental como el Cinéma Vérité, consigue trasmitir las tensiones y realismo de un matrimonio real, como si se tratara de una cámara oculta en su intimidad.
En conclusión, una obra genial, perturbadora, brutal, en momentos cruel, expresando nuestros temores, frustraciones, dudas, no dejará indiferente a nadie, ni siquiera a sus detractores, que sin son capaces de dejar a un lado sus prejuicios e ideas preconcebidas, serán capaces de ver una reflexión sobre la pareja, pero también sobre personas actuales. Como dice el personaje de Gabe en su entrevista final: “Puede que, en el fondo, se trate de no pedirle demasiado a la vida”.
Ricardo
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8
17 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia sobre mentes destrozadas por hechos del pasado y del presente.

Un hombre, que aparentemente es bueno, se dedica a salvar menores de la trata de blanca, además del cariño demostrado en imágenes a su anciana madre, es capaz de desatar una violencia sin límites.

La violencia se muestra parcialmente, como también nos sugería Jacques Audiard en su reciente Hermanos sister con fogonazos y sonido, los flashbacks nos van indicando de donde proviene esa mente destrozada y tendente al suicidio, esas elipsis que nos descubren claves, la imagen prevaleciendo sobre la palabra, aun así el relato es perfectamente inteligible, consiguen una historia cruel, pero con momentos más enternecedores, la agonía del asesino que agarra la mano de su antagonista para afrontar esa muerte que le llega.

Interesante propuesta de relato negro, detective que es contratado por alguien importante y todo se complica, alejándose de métodos clásicos, pero consiguiendo un clima oscuro y roto.
Ricardo
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6
6 de enero de 2021
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en el libro de Lily Brooks-Dalton, Clooney nos cuenta una historia sobre el fin del mundo (muy apropiado en estos tiempos pandémicos) pero si el libro, según criticas, nos habla de la superación y miedo a la soledad, la película, más bien, parece ir hacia el terreno de lo que pudo ser y no fue, el hombre desahuciado que renuncia a una vida por su trabajo y que intenta redimirse.
Clooney, que ya nos tiene acostumbrados a su compromiso crítico con lo social y lo político, como nos demostró en sus Idus de marzo, 2011 donde denunciaba la corrupción del hombre ante la perspectiva de acercarse al poder o con su participación en Syriana, 2005 de Stephen Gaghan, en la que se denunciaba la podredumbre internacional, quiere hablarnos de un mundo que se agota, no se nos cuenta muy bien las causas, pero si se intuye que el hombre ha tenido algo que ver, sin embargo, finalmente, se encamina por un drama paterno filial más al estilo Nolan en Interestellar o el retorno a casa de Bullock, con alguna escena similar, en Gravity, 2013 de Cuaron, incluso en la aceptación del final al estilo La hora final (On the beach) 1959 Stanley Kramer.
Augustine Lofthouse, reconocido científico, es un enfermo terminal en un observatorio antártico que ha sido evacuado, ya que los índices de calidad del aire y radiación en el planeta parecen incompatibles con la vida, siendo los polos los últimos en sufrirlo. La aparición de Iris (Caoilinn Springal) una niña misteriosa y silenciosa, la forma de su presentación nos transmite revelaciones sobre el personaje, cambiara sus planes.
A partir de aquí, Augustine, intenta contactar con la misión espacial Aether que quiere retornar a la tierra después de viajar a K-23 una de las supuestas lunas de Júpiter descubiertas por Augustine, donde quizá pudiera empezar de nuevo la humanidad.
Clooney, mediante flasback, nos va contando algo de lo sucedido en el planeta, de la evacuación, donde está la gente, y también sobre su vida, de cómo renuncio a la mujer que quería por su trabajo; utilizando algún mcguffin, no diremos cual, nos va introduciendo en la relación con la niña misteriosa.
La historia va caminando, parsimoniosamente, diría que apática, por una senda melancólica, que se convierte en rutinaria y previsible; solamente se torna algo emocionante en su búsqueda de una posible fórmula para resolver los problemas de comunicación, trasladándose en moto nieve a otra estación en unas condiciones climatológicas extremas, y en la aventura espacial de Sully (Felicity Jones) Maya (Tiffany Boones) y el resto de la tripulación del Aether, sin embargo, esas emociones se frenan con una lluvia de meteoritos que conduce a una tragedia desgarradora, resuelta con gran impacto visual, gran lección de física, en gravedad cero; a partir de ahí se vuelve a lo anterior, triste, parsimoniosa, rutinaria, aunque hay que reconocer, también, su invitación a la reflexión sobre los temas comentados: soledad, redención ante la llegada de la muerte, sin que el guión de Mark l. Smith termine de desarrollarlos.
La música (Alexandre Desplat, dos premios Oscar por El Gran Hotel Budapest y La forma del agua, casi nada) cobra mucha importancia en la película, sobre todo en los muchos momentos de ausencia de diálogos, aquí parece querer decirnos como estar, como sentirnos, apoyándose en un sentimiento conmovedor, creciéndose en los momentos dramáticos.
El retrato de los viajes espaciales, solitarios y melancólicos, se muestra con hologramas de familiares o amigos, a la vez que se aprovecha para presentarnos a la tripulación. El cambio entre Ártico y la misión espacial se realiza, creo, con acierto, fluidez y equilibrio narrativo.
En definitiva una película que supura dolor, sensación de pérdida, pero a su vez un lado poético con ese posible planeta donde poder comenzar de nuevo, descrito de manera entusiasta por Sully. Un relato emocional con un elenco con actuaciones moderadas, pero correctas. Con dos historias que, casi como el diario de a bordo, se te hacen distantes y frías.
Una reflexión sobre un planeta herido de muerte, pero con un canto a la esperanza. Pero sobre todo una mirada hacia nosotros, la vida se va y luego viene el arrepentimiento.
Ricardo
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