Uno de los primeros trabajos del excelente director Richard Fleischer, uno de mis preferidos por la buena cantidad de estupendos trabajos que tiene.
Aquí todavía le falta un hervor para llegar a ser el maestro narrador que llegó a ser con los años, pero tiene fuerza e interés, amén de ser muy entretenida.
Tiene una duración de algo menos de setenta minutos, pero está bien condensada y no le falta de nada.
Una intriga bien llevada, buenas interpretaciones, y un empaque técnico muy eficaz, con buenas tomas en escenarios naturales.
Deja muy buen sabor de boca.

Como curiosidad, simpática, el doblaje en el que la vi, por DVD, está modernizado, con expresiones como "casi la cagas", "en un plis plás", o aquella bien divertida del momento en el que el jefe desea abandonar al herido de su banda y los otros dos no quieren.

"- No pretenderás dejarle aquí para que muera.
- No, si quieres le canto el "Gori, Gori"".

Bastante entretenida producción británica, bien llevada a base de amenas situaciones donde la amistad, el honor, la heroicidad y el amor se entremezclan de forma fluida, aunque un tanto deslavazada en alguna ocasión.
Lo más raro del film es su elenco interpretativo, con actores de las más diversas procedencias y formas de actuación.
Las escenas de acción, las puramente bélicas están muy bien filmadas, aunque ciertamente hay cosas que nos retrotraen al, por ejemplo, spaguetti western y que la hacen, en esos momentos poco creíble.
De todas formas, esto no merma que la cinta se deguste fácilmente gracias al buen hacer de Richards, no olvidemos autor de algunas más que estimables producciones.
Está bien y se ve gratamente.

Buena película de intriga, que entra también en el del cine puramente negro y el policiaco propiamente dicho.
Aunque en realidad no deja de ser un drama sobre seres perdidos, no solo en el plano geográfico, sino también en cuanto a que están solos y sin rumbo a ninguna parte.
Sobre todo el protagonista, un hombre que ha viajado mucho y se las sabe todas para sobrevivir, aunque no le haya servido mucho en la vida.
Preminger, en uno de sus primeros trabajos en el largometraje, consigue de forma muy sencilla una estimable película, que se sigue siempre con interés, aunque en verdad algo de extrañeza. Extraña resulta no porque no se entienda, ya que tiene una narración clásica, muy clara y concisa. Los personajes están bien perfilados psicológicamente, aunque el protagonista sea hasta el final un verdadero enigma ético, de ahí el título de la película. Pero, repito, resulta extraña por cuanto hasta más allá de su primera mitad no se sabe qué rumbo tomará, tal es la incertidumbre argumental. La mezcla de géneros no toma verdadera forma hasta llegar a ese punto, por lo que el espectador ve todo a gusto, pues es muy entretenida, pero sin saber a dónde carajos llevará todo.
Estupendos intérpretes, con jocosa aparición del gran John Carradine, que tiene con el protagonista, junto a su socio, los mejores diálogos del film.
No es muy del uso, al menos aparentemente, esta cinta con el resto de la filmografía de Preminger, pues le falta la mala leche habitual, pero sí que merece la pena por su cuidada realización y esmero en la puesta en escena.

Buena película inglesa, soberbiamente interpretada por Maggie Smith, encomiable en su papel de mujer solitaria y retraída, y Bob Hoskins, aquí muy alejado del histrionismo que a veces le caracteriza. Ambos están muy bien y dan una enorme pátina de humanidad a sus grises personajes.
Dirigida con personalidad por Jack Clayton, aquí algo alejado de los elementos cuasi irreales que caracterizan parte de su obra, se concentra en mostrar un universo áspero y duro, inclemente con los seres humanos más desfavorecidos.
El clímax de enfervecida amoralidad carnal por parte de los dos hombres protagonistas, y de la soledad descreída de la protagonista, están expuestos con sinceridad, destilando amargura y pesadez vital.
En este sentido, sí se puede decir que la visión de este buen film no aporta felicidad al espectador, no en vano sus personajes viven bajo una desesperanzadora cotidianidad. Pero en el aspecto puramente cinematográfico sí que se puede degustar tranquilamente, sobre todo por la inteligente y elegante puesta en escena de Clayton, con estupendos diálogos y unos intérpretes en estado de gracia.
Merece la pena esta cinta, aunque no sea la alegría de la huerta.

Muy bonita película de John Sayles, en la mejor época de su carrera, cuando todavía era capaz de emocionar narrando entrañables y cercanas historias, llenas de humanidad y ternura.
Aquí sucede lo mismo, tomando unos relatos, en principio un tanto erráticos, pero que desembocan en una excelente resolución lleno de emoción.
Una historia donde el realismo mágico irlandés, punteada por una preciosa música de allí, impera sobre todo lo demás ya que, aunque contada la historia desde un punto de vista realista, no cabe duda que se trata de una narración fantástica donde la magia reina sobre todo lo demás.
Las historia de los Selkies (o Sherkies, criaturas de la mitología celta), mitad humanos, mitad focas, se muestra con una sencillez y maestría, que está lejos de lo que se suele hacer en el cine estadounidense. Aquí no hay grandes efectos especiales, más bien ninguno, sino que maravillan con sobriedad.
Una película con una maravillosa fotografía del gran Haskel Wexler, que encuadra unos preciosos paisajes irlandeses, no exentos de dureza.
Excelentes interpretaciones, comandadas por una preciosa y simpática niña con gran determinación y valentía vital, y un guión aparentemente sencillo que deleita por su sabia escritura que nos acerca a la naturaleza y a nuestros propios ancestros y a la tierra donde nacieron y de donde nunca debieron emigrar al tener las raíces allí.